El doble estándar es la característica oficial y normal de casi todas las tiendas partidistas chilenas, por ello guardan silencio y evitan responder esos ‘por qué’.
Por Arturo Alejandro Muñoz
Cuando se hace presente una conversación basada en la lógica y en la racionalidad, no puedo entender que ciertas personas –la mayoría en verdad- poseedoras de formación educacional post media, o con años de circo en esto de la política, eludan lo obvio en beneficio de lo subjetivo, deslindando en la hipocresía y el cinismo.
Lo peor de todo lo que se ha dicho en las líneas anteriores ocurre cuando ello se constituye en una rutina diaria para mucha prensa empecinada en omitir, falsear y engañar a sus lectores con el único propósito de blindar intereses –económicos y/o políticos- de poderosos individuos. Para lograrlo, se obnubila a la gente, al país en general, con situaciones y análisis basados en la falacia y la inconsecuencia, u omitiendo información, que a la postre es quizás más cuestionable que lo anterior.
Nacen entonces lo “por qué”, los miles de “por qué” jamás asumidos por nuestros periodistas de las dos cadenas principales de prensa escrita y de canales de televisión. En efecto, los “por qué” nacidos de bocas de personas comunes pueden inundar páginas. En esta ocasión, solamente mencionaremos algunos de ellos.
*¿Por qué muchos políticos y autoridades buscando ‘cercanía’ con la gente, una vez que ingresan a las redes sociales (específicamente a Twitter), no bien los usuarios de esas redes emiten opiniones críticas, los bloquean y sólo aceptan “yesmen” y aplausos? Además, muchos periodistas del sectorpolítico tienen los mismos vicios. Ejemplos de lo dicho, en mi caso abundan: Iván Moreira, Evelyn Mathei, Aldo Duque, Daniel Jadue, Jorge Schaulsohn, Felipe Bianchi, Juan Manuel Astorga, Sergio Melnick, etc., etc.
*Si de absurdos estamos hablando, bueno es preguntarse qué haría, por ejemplo, la derecha criolla si Sebastián Piñera (confeso ex democristiano) hubiese decidido postularse a la presidencia de la nación como representante de la Nueva Mayoría. Es un hecho absolutamente cierto que esa misma derecha –que hoy lo alaba y defiende- le habría cuestionado a viva voz y con demandas varias sus negociados como especulador financiero y, de seguro, le habría acusado ante el país y ante los tribunales de “traición a la patria” por la compra de acciones de la empresa peruana EXALMAR.
*La prensa ‘oficial’ –ya la definimos: cadenas Emol, Copesa y canales de TV abierta- armó una escandalera mediática-política con el apoyo del griterío de ChileVamos y gran parte de la Nueva Mayoría, cuando un periodista de canal 13 de TV fue expulsado de Caracas (Venezuela) por órdenes del gobierno que le acusó de efectuar acciones ilegales (filmaba largas filas ante las puertas de un supermercado). Sin embargo, esa escandalera mediática-política jamás se repitió cuando el gobierno chileno, a través del Intendente de Santiago, expulsó a un periodista italiano por informar respecto de las manifestaciones sociales.
*Tampoco hubo “airados reclamos” del establishment duopólico cuando el gobierno chileno ordenó el arresto de un periodista de la cadena Hispan TV porque “estaba grabando las manifestaciones y marchas estudiantiles” en Santiago. Así, entonces, si allá (en el territorio de un país que no es amante del neoliberalismo salvaje) sucede algo como lo relatado, de inmediato saltan como impulsadas por un resorte las autoridades, dirigencias políticas y editores de medios calificando el asunto como “acciones propias de una dictadura”… pero cuando ello ocurre en Chile, ah… entonces se arguye “defensa de la dignidad y la democracia”. ¿Por qué?
*Los socialistas oficiales –el PS gobiernista- quemó sus propias raíces al demostrar que desea seguir gobernando “para el pueblo, por el pueblo, pero SIN el pueblo”. Socialdemocracia rampante que exige ser llamada “izquierda”. ¿Qué ocurrió? El Comité Central de esa tienda partidista rechazó efectuar consulta ciudadana para designar candidato a la presidencia de la república. Lo hará “a dedo”, vale decir, según quiera la cofradía que hoy dirige ese partido. Es, sin duda, una mafia política en acción. Y quieren que se les siga llamando “izquierdistas y populares”. ¿Por qué?
*En otros ámbitos del quehacer nacional nos topamos con colusiones varias, empresas predadoras que explotan al cliente y se mofan de él volviéndolo a explotar… pues los clientes olvidan rápido, no les interesa que los exploten y siguen comprándole a esas mismas empresas, o pagando sin chistar los excesos que ellas cobran, o continúan yendo a esos mismos lugares a pesar de que se les explota inmisericordemente. Los casos de las farmacias, de los medicamentos, del papel tissue (o’papel higiénico’) y de la inaceptable ley respecto de los estacionamientos de vehículos motorizados, cuestiones que rayan en la locura, certifican lo dicho (entre decenas de otras situaciones similares o quizás peores). ¿Qué diablos nos pasa a los chilenos? ¿Por qué aceptamos ser desplumados y sonreímos por ello?
*Otro asunto que obliga a la crítica es el que protagonizan muchísimas personas proclives a ningunear el país con facilidad. Son las que han vivido, o viven, o tienen estadía por asuntos de estudio o trabajo, en naciones desarrolladas, como Estados Unidos, Canadá y Europa. En Chile, ellas protestan y se oponen –casi rasgando vestiduras- a un pago de impuestos más elevado que el tradicional, al aborto tres causales, o a la educación sexual en colegios y liceos… pero, en el exterior, en esas naciones desarrolladas donde vivieron o trabajaron (o donde tienen aún intereses comerciales o empresariales), nada dicen… por el contrario, pagan sin chistar elevados impuestos e incluso aplauden “las políticas modernas” imperantes allí. ¿A usted no le molesta esto? ¿No? A mí, sí.
En cuanto a política internacional, el doble estándar es la característica oficial y normal de casi todas las tiendas partidistas chilenas. Lo ocurrido en Venezuela con el cierre del Parlamento ordenado por el Tribunal Superior de Justicia de ese país, gatilló una andanada de protestas y críticas del establishment chileno contra el gobierno llanero. No obstante, se omite alevosamente que ese Tribunal (el TSJ) aplicó la Constitución Política Venezolana, nada más y nada menos, tal cual lo explicitó el embajador de Venezuela en nuestro país, el señor Isaías Rodríguez, declaración que prácticamente ningún medio de prensa ha destacado. ¿No conoce esa declaración? Bueno, si lee El Mercurio, La Tercera, La Segunda y ve TVN, Canal 13, Mega o CHV, jamás la conocerá. Por eso me permito transcribir lo informado por el embajador llanero para que usted se entere, y después juzgue.
- Venezuela no tiene un sistema parlamentario como los europeos
- Tiene cinco poderes en lugar de tres (ejecutivo, legislativo, judicial, ciudadano y electoral)
- Contrariamente a lo que ocurre en los regímenes parlamentarios el parlamento no tiene en Venezuela la misma significación que en los sistemas europeos
- Se rige por una Constitución que le establece las funciones así como a los demás poderes públicos
- El órgano contralor y máximo intérprete de la Constitución es la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
- Es de este órgano de donde han emanado las sentencias controversiales
- Las sentencias han sido emitidas a solicitud de recurso de interpretación sobre los acontecimientos institucionales que vive el país a partir del momento en el cual la oposición pasó a ser mayoría en el parlamento venezolano
- El parlamento se ha extralimitado en sus funciones, ha desviado el poder y la autoridad que como institución tiene, ha usurpado en algunos casos las funciones del poder ejecutivo y desacata las medidas judiciales tomadas con competencia constitucional para ello por el Tribunal Supremo de justicia
- Desde el mes de enero de 2017 se ha declarado en rebeldía absoluta
- Las sentencias pretenden ordenar jurídica e institucionalmente el estado frente a un poder que desobedece al Tribunal Supremo y crea conflictos con los otros poderes
- En la última sentencia la Sala Constitucional ha establecido, que temporalmente hasta cuando el Poder Legislativo vuelva a la normalidad, algunas de las funciones de ese poder, necesarias para el funcionamiento del estado, serán asumidas por el Tribunal Supremo
- Las funciones parlamentarias se incumplen por omisión o por actos no ajustados a derecho. La sentencia pretende asumir las funciones que por omisión impidan el funcionamiento del estado (ejemplo aprobar inversiones petroleras con compañías privadas para lo cual es necesario un protocolo que debe ser aprobado conjuntamente por el poder ejecutivo y el legislativo)
- La constitución está intacta, el parlamento no ha sido disuelto, hay total respeto a los derechos humanos, existe plena libertad de expresión dentro del país, la participación política es plural dentro del país, los partidos existen y hay libre acceso a la justicia. Estos hechos demuestran que no hay golpe de estado en Venezuela
Es posible que algún lector salga al paso de esta declaración argumentando que la actual Constitución Política venezolana es “mala”, que contiene excesos, en fin, que no es del gusto del sistema neoliberal salvaje que impera en otras naciones; sin embargo, ese lector soslaya entonces que la Constitución venezolana fue ampliamente debatida por la ciudadanía de ese país, la cual votó informadamente el año 1999 y la aprobó con más del 71% de los sufragios. Podrá ser “mala y excesiva” según algunos, pero es democrática a todo dar. Entonces, el aplicarla sería una acción antidemocrática, ¿o estoy equivocado y el asunto es al revés?
Además, quienes así opinen respecto de la Constitución venezolana, seguramente han de encontrar “buena, moderna y democrática” la que nos rige a los chilenos desde 1980, una Carta Magna impuesta a bayonetazos, sin información ni discusión y con registros electorales amañados por la dictadura. Obviamente, si procede de una dictadura, nada democrático puede haber en ella. Pero aquí muchos la aplauden. ¿Cómo entender esto?
“Oh, pero es inaceptable que un Tribunal (Superior de Justicia) esté por sobre el Parlamento, el poder legislativo de una nación”, sería esa tal vez la mayor crítica a lo ocurrido en Venezuela. Sin embargo, permítame preguntar a quiénes así argumenten, ¿y en Chile, usted nada reclama ni protesta con la presencia y acción del Tribunal Constitucional (cuyos miembros no son elegidos por voto popular) que también está por sobre el poder legislativo y es quien, a la postre, termina definiendo y estructurando las leyes? ¡Y hay quienes dicen que somos un país democrático que respeta los tres poderes del estado!
Y vaya si en Chile conocemos bien el modo y forma en que actúan los sediciosos, mercenarios y yanaconas del capital transnacional. Lo hicieron a la perfección en el período 1970-1973, obedeciendo cabeza gacha las órdenes y deseos del entonces presidente de EEUU, Richard Nixon. Miles de chilenos –millones tal vez- sufrieron directamente las consecuencias de esas acciones indignas, y ahora muchos de ellos desean que el pueblos como el de Venezuela, el de Ecuador, el de Bolivia o el de Paraguay, experimente lo mi.smo que les ocurrió.
No terminan aquí los estertores de los “por qué”. Veamos finalmente el caso Paraguay. Hace sólo algunos días, manifestantes asunceños asaltaron la sede del parlamento y lo incendiaron. ¿El motivo? Un grupo de parlamentarios derechistas (que son el oficialismo actualmente) se reunieron de manera intempestiva y secreta aprovechando la ausencia del resto de sus colegas (los de oposición) para aprobar, entre gallos y medianoche, una ley que permite la reelección del actual presidente guaraní, el derechista Horacio Cartes, es decir, se trató de un verdadero golpe de estado constitucional dado por la derecha gobernante de ese país, única nación de Sudamérica donde el pueblo asaltó el palacio legislativo y lo incendió.
¿Alguien, en la derecha chilena o en la Nueva Mayoría y en los editoriales de los principales medios de comunicación, acusó de “golpe de estado” lo acaecido en Asunción? ¿Alguien, de los sectores ya mencionados, hizo la misma acusación con el otro verdadero golpe de estado constitucional, el del derechista Michel Temer contra Dilma Rousssef en Brasil? Hoy, Temer está también acusado por la justicia debido a graves casos de corrupción… pero los quejumbrosos neoliberales fanáticos callan.
¿Por qué esa falta de objetividad de ‘moros y cristianos’, es decir ChileVamos y Nueva Mayoría, que siguen creyendo que la gente es ignorante, pusilánime, obsecuente? La realidad es otra, y bien pueden llevarse un palmo de narices en las próximas elecciones… o antes.