De ciencia social a tejemaneje político, y de allí a liturgia del nuevo culto capitalista: el neoliberalismo. ¿Cuándo se les aplicará a los economistas una prueba INICIA o una EUNACOM, como se hace con los profesores y los médicos?
Por Arturo Alejandro Muñoz
Columnista Granvalparaiso.cl
LAS DIFERENCIAS DE opinión respecto de los asuntos macroeconómicos jamás terminarán. Siempre habrá sectores que luchen por defender el derecho que asiste a la sociedad civil respecto de ser propietaria absoluta de los recursos naturales de la patria que habita, como también, siempre, existirán otros sectores dispuestos a impedir lo anterior en beneficio de que tales recursos pertenezcan a pequeños y poderosos grupos, pero no al país en su conjunto.
Así ha ocurrido a lo largo de la Historia y de la misma laya seguirá acaeciendo. De hecho, se estructuró una ciencia social (¿?) llamada Economía que se encarga de proveer profesionales dispuestos a defender ‘técnicamente’ la venta de una nación a manos privadas. En Chile, para solidificar lo anterior, en la década de 1980, fue inventada una carrera universitaria cuyo objetivo principal es administrar dinero. Hoy, esa misma profesión se encuentra presente en otros países del planeta: es la ingeniería comercial… una variante supuestamente “matemática” de la antigua ciencia social que conocemos con el nombre de Economía.
La molestia con la Economía y los economistas se puede traducir como una decidida oposición a que Chile entregue sus recursos naturales principales y estratégicos –casi a perpetuidad y bajo costo- a manos privadas, las que pertenecen, en una u otra forma, a las mismas 10 familias que se han adueñado del país y que conforman sociedades variopintas con grandes conglomerados transnacionales. El dolor y decepción aumentan a grados superlativos al comprobar que la mayoría de los componentes del círculo político partidista ha gobernado –y se sigue confirmando lo mismo a futuro- en beneficio de esa situación que, en otras épocas y circunstancias, bien podría haber sido calificada como “traición a la patria”.
¿Por qué se acepta que economistas y Economía entreguen a manos privadas recursos principales del país, y que, junto con ello, los nuevos propietarios (manos privadas, obviamente) expolien a Chile y a los chilenos con bajos salarios, impuestos risibles y prebendas varias? ¿Eso es ‘desarrollo’? ¿Se desarrolla quién? No el país, ciertamente.
Si en un ejercicio simple replicáramos lo anterior en aquello que toda dueña o dueño de casa debe hacer, veríamos entonces cuán demencial resulta esta cuestión del neoliberalismo a ultranza. Echémosle una mirada a este asunto a través de un burdo ejemplo. Usted es el dueño de casa; de manera supuestamente separada arrienda a varias personas la cocina, el baño, la sala de estar, el comedor, el galpón y el patio. Los ‘arrendatarios’ pagan poco, y rápidamente se encargan de desmantelar cada una de esas dependencias. Realmente las manos que hacen aquello son las suyas y las de sus hijos, contratados (con salarios bajísimos) para realizar los trabajos de desguace. A poco andar, un día cualquiera, los arrendatarios de marras cortan esos contratos, traen a otras personas y le comunican que tanto usted como sus hijos como deben hacer abandono de la casa, Y la ley…ley chilena… los respalda.
Si ello realmente ocurriera, ¿qué dirían de usted los vecinos y conocidos? Quizá, alguno de sus hijos solicitaría de los tribunales una orden de interdicción en su contra, argumentando que la demencia estraga su cerebro. Y si así fuera, tendría razón. Sin embargo, exactamente lo mismo acaece con Chile y sus recursos naturales… pero, al contrario de lo que expresarían sus amigos por las estúpidas condiciones en que usted regaló su casa, tanto los economistas, como los políticos, periodistas y empresarios aplaudirían a rabiar la venta a bajo costo de nuestro país, sosteniendo además, a voz alzada, que somos “un ejemplo de modernidad y desarrollo” para el resto de América Latina.
En fin, se duda fuertemente que la Economía sea una ciencia exacta, pues se trata de una ciencia social cuyas proposiciones distan mucho de ser infalibles. Como también se duda de la certeza de los economistas en sus juicios y proposiciones. Y la duda en ambos casos obedece a que los integrantes del círculo político que gobierna Chile han entregado –en los avatares económicos y financieros- su apoyo y obediencia a los anteriores.
Es por ello que cada día a la gente le asiste más y más el convencimiento en cuanto a que estos profesionales (al igual que los de otras disciplinas) deberían ser sometidos –y de manera urgente- a un test de conocimientos al estilo de aquel que se aplica a los docentes y a los médicos, es decir, algo similar a una prueba EUNACMO o una INICIA.
Me atrevo a sospechar que en relación a los economistas, en muchos de ellos, los resultados serían catastróficos. Afortunadamente, en estas materias no estoy en el cerro de los ermitaños. Algunos personajes realmente dignos de destacar han emitido sus opiniones sobre el tema, y muchas de ellas me interpretan a cabalidad. Aquí les dejo algunas… elija usted la que mejor le interprete.
“Si yo te debo una libra, tengo un problema; pero si te debo un millón, el problema es tuyo.” (John M. Keynes).
“Cuando la estafa es enorme, ya toma un nombre decente”. (Adelardo López De Ayala)
“La única función de la predicción económica es hacer que la astrología parezca algo más respetable.” (JK Galbraith)
“Definición de economista: es un experto que mañana sabrá explicar por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy.” (Lawrence J. Peter)
“Los empresarios desean verse libres del Gobierno cuando prosperan, pero protegidos cuando les va mal”. (William Simon)
“Negocios de muchos, de nadie”. (Thomas B. Macaulay)
“Un banco es un lugar en el que le prestan a usted un paraguas cuando hace buen tiempo y se lo piden cuando empieza a llover”. (Robert L. Frost)
“Un banquero es un hombre que presta a otro hombre el dinero de un tercero”. (Barón Guy De Rothschild)
“Un pillo favorecido por la suerte deja de ser un pillo. Se convierte en un banquero, un político, un administrador, un comerciante: en una palabra, un hombre que ha triunfado”. (Etienne Rey)
“Tanto depende la Economía de los economistas, como el clima de los meteorólogos” (anónimo)
“La Economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado” (Eduardo Galeano)
“Si los economistas en verdad fueran buenos para los negocios, serían hombres ricos, no los asesores de los hombres ricos.” (Kirk Kerkorian)
“Enséñale a un mono a decir oferta y demanda y tendrás un economista” (anónimo argentino)