Por Eduardo A. Barrueto Mercado – Académico Facultad de Economía y Negocios
Universidad Andrés Bello
El emprendimiento constituye un factor clave en el crecimiento económico, la creación de empleos y la innovación en los procesos de negocios para las naciones en todo el mundo, asimismo se destaca la importancia en el rol fundamental que juegan los emprendedores en la economía global.
El impacto del emprendimiento a nivel mundial en aspectos socioeconómicos contribuye significativamente al PIB y al empleo. Organizaciones como la OCDE destacan que las pequeñas y medianas empresas (PyMEs), que constituyen un motor de desarrollo y son fundamentales para la economía global, representan hasta el 70% del empleo en algunos países. Estas empresas no solo aportan en términos de empleo, sino que también son cruciales para la innovación y la competitividad de los miembros de la OCDE.
Según datos del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) millones de personas en todo el mundo participan en actividades emprendedoras, con una proporción notable de estas empresas que se inician debido a la identificación de oportunidades de negocios en los mercados, dentro de las cuales se incluyen las economías emergentes y desarrolladas, lo que viene a ratificar el papel crucial del emprendimiento.
En el contexto de Chile, un país conocido por su estabilidad económica y su apertura al comercio internacional, el emprendimiento ha sido una base fundamental en la diversificación de su desarrollo económico, que va más allá del tradicional sector minero. El país ha crecido significativamente en su ecosistema de emprendimiento mediante la generación de nuevas startups en las industrias de tecnología, turismo, y servicios financieros, destacando el espíritu emprendedor que las caracteriza.
Según un estudio de FORBES (2021), Chile se encuentra dentro los 5 mejores países para emprender a nivel mundial. Esto, gracias al fortalecimiento de su ecosistema de emprendimiento que incluye a una red de entidades que colaboran bajo un propósito común para crear un entorno propicio para el crecimiento y desarrollo de nuevas empresas. Dentro de esos actores tenemos a los emprendedores, Universidades, Incubadoras y aceleradoras de negocios, gobierno y organismos reguladores, redes de emprendedores y asociaciones.
A nivel nacional, el Día del Emprendimiento, que se conmemora en el mundo el 16 de abril y en Chile el 29 del mismo mes, es especialmente significativo dada la creciente cultura emprendedora que caracteriza al país. Esta efeméride no solo reconoce a quienes se atreven a innovar y a crear, sino que también destaca la necesidad de apoyar políticas que fomenten un entorno propicio para el desarrollo de nuevas empresas.
El apoyo gubernamental, mediante políticas que facilitan el acceso a financiamiento, la reducción de barreras burocráticas, y la creación de redes de apoyo, ha sido fundamental. Iniciativas como Start-Up Chile han ganado reconocimiento mundial por su enfoque innovador en atraer talento emprendedor internacional y fomentar una cultura de innovación y colaboración.
Sin embargo, aún hay desafíos que superar. La necesidad de mayor educación y capacitación en habilidades empresariales para mejorar la administración y gestión de los emprendedores, que constituyen un elemento esencial para mantener y mejorar la competitividad en los negocios. Además, se requiere de un mayor desarrollo en el ecosistema de inversión de riesgo, que permita a los emprendedores escalar sus operaciones a nivel global. La acción emprendedora se ve fortalecida a través de políticas de apoyo, programas de financiamiento y un entorno regulatorio que facilita la creación y el crecimiento de nuevas empresas. Este día no solo celebra a los emprendedores actuales, sino que también busca inspirar a las futuras generaciones para que consideren el emprendimiento como un eje central de prosperidad, bienestar y competitividad de los países.