El título es robado, se trata del parafraseo de una hermosa canción cubana dedicada a Fidel Castro -“se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó parar”- que sirve para esta nota (sólo el título, por supuesto). Veamos el por qué.
Por Arturo Alejandro Muñoz
Columnista Granvalparaiso.cl
Siempre que se mencionaba la palabra “duopolio”, mucha gente movía sus manos en signo de desencanto y hastío, tal vez pensando que el concepto estaba manido y traqueteado en demasía. Sin embargo, ahora que los viejos tercios de esa cofradía de socios neoliberales (Nueva Mayoría y Alianza por Chile) han reaccionado de manera casi coetánea para evitar el surgimiento de nuevas figuras al interior de sus propias tiendas partidistas, el concepto referido regresa reeditando viejas prácticas del nunca fenecido gatopardismo.
Durante algunos días pareció que comenzaban a desarrollarse incipientes cambios en la política criolla y que muchos de los sempiternos “hombres públicos” que llevan años enquistados en los poderes del Estado y en sus instituciones, iniciarían viaje definitivo a la jubilación política. Duró sólo lo que dura un suspiro en un canasto. La nada misma.
Repare usted amigo lector cuán trascendentes eran esos primeros esbozos de cambio, donde la postulación de la valiente abogada Carmen Hertz llevaba las banderas de la renovación política, al igual que la arremetida de un interesante proyecto de desarrollo armonioso y equitativo que ameritaba tener en el Parlamento a Alberto Mayol. La primera, Hertz, hubo de resignar su postulación ser cambiada de distrito de acuerdo a los intereses del partido que la presenta (el PC). Mayol, a su vez, debió protagonizar una lucha pública contra la dirigecia el Frete Amplio (FA) para refrendar su postulación al Parlamento.
Incluso en la derecha se observaba también un aire similar. El conocido ex atleta internacional, Sebastián Keitel, aspiraba a uno de los cupos que ese sector tenía disponibles, pero fue el mismísimo candidato presidencial de aquel bloque quien lo hizo a un lado, privilegiando los contubernios y oscuros acuerdos de los partidos que él representa. La reacción del ex atleta se plasmó en sus comentarios a través de su cuenta de Twitter: “Presidente Sebastián Piñera, deme una razón para dejarme fuera por secretaria (Distrito #8) y no poder, de manera justa, competir por ser diputado para Chile (…) volvió a ‘ganar’ la impresentable ‘vieja política’, ¿cuándo nos daremos cuenta que todo Chile tiene que sacarlos para siempre?“.
“Hay cuchillazos en la UDI”, así, más o menos, lo planteó el diputado José Manuel Ismael Edwards (el año 2016 cambió su tercer nombre, Ismael, por uno nuevo: “Rojo”, usando como símbolo su cabello pelirrojo). ¿’Cuchillazos’ en la UDI? Rojo Edwards se refería a las atraiciones y engañifas usadas por esa tienda al determinar los nombres de quienes irán en su lista de postulantes al parlamento. Finalmente, decidió repostularse como candidato a senador por la Araucanía, sin apoyo de su tienda de siempre, la que por cierto demostró que Rojo Edwards siempre le resultó algo díscolo y con un par de ideas que escapaban del manual opusdeístico, cuestión que para la ultraderecha fundamentalista es casi un atentado.
Los viejos cuadros de la UDI y de RN, especialmente aquellos que fueron ‘bendecidos’ por Pinochet en Chacarillas el año 1977, sintieron que sus posesiones políticas amenazaban derrumbe y salieron a campo abierto dispuestos a dar la pelea, aunque para ello tuviesen que exigir a sus candidatos explicitar mentiras y estulticias, como ha ocurrido no sólo con el mismo Sebastián Piñera, sino también con la cónyuge del abanderado derechista, Cecilia Morel, quien de manera muy campanuda y carente de todo dato serio, afirmó que (en el actual gobierno): “No ha habido avances en políticas hacia las mujeres”; olvidando o desconociendo lo realizado por el actual gobierno al respecto: legislación del post natal, las salas cunas, la ley de aborto, el ministerio de la mujer, la igualdad en las listas electorales, etc.
La mafia política experimenta hoy una especie de fragmentación que le resta poder, aún más, le anuncia posibles socavamientos de su plataforma ideológica sustentada en corrientes del pensamiento que van más allá del conservadurismo, adhiriéndose al totalitarismo social, político y económico. Una ‘nueva derecha’ –encabezada por el referente llamado ‘Amplitud’- parece haber dado pasos incipientes en estas semanas, separándose del férreo núcleo vástago del pinochetismo y revalidando el concepto de ‘república’ que tanto defendieron e impulsaron los liberales de antaño. No son muy creíbles aún, pero el paso del tiempo habrá de validar o refutar lo que hoy plantean. Sin embargo, ello ha bastado para sacar de sus casillas a vetustos políticos pertenecientes a la “derecha dura”.
Pero, bemoles más, bemoles menos, la línea de mayor ‘unidad’ existente en la Nueva Mayoría (incluyendo por cierto al PDC) y la Alianza por Chile es, indudablemente, el pingüe negociado de las AFP’s, instituciones que administran el mayor volumen de dinero fresco habido en el país, nada menos que la sideral cifra de ciento veintidós BILLONES de pesos (es decir, 112 millones de millones de pesos, o 171 mil millones de dólares), con lo cual –siguiendo las palabras de quien creara el sistema, José Piñera- las empresas y empresarios que tienen en sus manos el uso y abuso de esas platas logran quitarle al Estado mucho poder político sobre la Economía. Ello es parte relevante de las razones que motivan a dirigentes del duopolio a oponerse a cualquier reforma que se desee practicarle a un sistema que siempre “chorrea” lo suficiente para financiar campañas de muchos ‘honorables’.
Así entonces, cualquier postulante que mencione la palabra “cambios al sistema de pensiones” sufrirá ipso facto el abandono de su tienda mediante una relegación al país del olvido. Y si el causante de las iras del duopolio fuese un adversario, las cofradías de esa sociedad de intereses mutuos pondrán en acción el poder de su propia prensa para horadar propuestas que no se condigan con el statu quo económico. En algunos casos, ciertos adversarios del duopolio no han requerido que este accione prensa ni panfletos para desestabilizarlos.
El de mayor resonancia al respecto es el del Frente Amplio (FA), cuya juvenil y entusiasta mesa directiva no dejó error por cometer los días previos a la oficialización de su listado de postulantes al Congreso Nacional. Lo anterior –una vez oficializada la participación de Alberto Mayol en las listas parlamentarias del FA- culminó con la promesa hecha públicamente por uno de sus fundadores, el diputado Gabriel Boric, en cuanto a “no votar por el candidato de la Nueva Mayoría –Alejandro Guillier- si este pasa a la segunda vuelta electoral en noviembre próximo”.
¿Triunfo de la derecha, o tal vez un confuso recado de Boric a la Nueva Mayoría en cuanto a “negociar” el apoyo del FA en una eventual segunda vuelta? Sea lo que sea, en concreto y en buen castellano, le disparó a su propia candidata en la línea de flotación, y así se registrará en las próximas encuestas de opinión, y eso sí es un triunfo no sólo de la derecha sino del duopolio en su totalidad.
Otro desagradable ejemplo del poder mostrado por uno de los bloques de la sociedad de intereses Nueva Mayoria-Alianza es lo acaecido con el ex secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien desde siempre aseguró querer ser candidato a senador representando a la región de Atacama. Los dirigentes de su partido decidieron otra cosa. Podría ser candidato, claro que sí, pero representando a la región de Arica-Parinacota, lo cual el ex secretario de la OEA rechazaba.
Así pues, José Miguel Insulza realizó durante un corto tiempo ese juego del “que sí, que no, que cuándo te decides”, hasta que el PS, el PPD y el PDC, decidieron que debía ser candidato por Arica-Parinacota. Y el llamado “panzer” aceptó finalmente representar a los ciudadanos de aquella región como “un sacrificio” de su parte (sic). Cual si estuviese interpretando una obra de Beckett (padre del ‘teatro del absurdo’), la DC entregó su respaldo a la candidatura de José Miguel Insulza en el norte, a pesar de haber inscrito a Trinidad Parra, una abogada ariqueña, como su candidata.
A juicio de algunos expertos en análisis político, como el cientista político Mauricio Morales, ello constituyó una “humillación pública” para la candidata (tal vez, poco dócil a las órdenes de los ‘guatones’ de la DC, como Burgos, el ‘Gute’, los Walker y doña Mariana). La cuestión es que la mafia ha movido sus tentáculos y se niega a dejar espacios a nuevas ideas y nuevos nombres. La declaración realizada por el diputado DC Matías Walker ahorra todo comentario: “Tengo el honor de anunciar que junto a nuestra candidata en Arica, Trinidad Parra, vamos a apoyar a José Miguel Insulza. Los tiempos exigen actos de grandeza pensando en la unidad. Insulza representa lo mejor de nuestro pasado reciente, de nuestra Concertación”,
Y claro, el duopolio lo nomina candidato a un cupo senatorial por Arica, no importando su historia personal al respecto, ya que el año 2002, siendo ministro en el gobierno de Ricardo Lagos, se opuso a la creación de la región de Arica-Parinacota. Para la inefable dirigencia duopólica lo relevante, lo que inclinó la balanza para nominarlo como candidato, es su curriculum de férreo defensor de Pinochet cuando el dictador estuvo detenido en Londres, y de activo luchador por el mantenimiento y solidificación del sistema neoliberal salvaje.
Mientras tanto, el PPD, inefable partido político que más bien pareciera ser algo así como un cajón de sastre (pues en él hay cabida para todos los colores, diseños e ideologías), decidió apoyar a un viejo conocido, René Alinco, quien de inmediato comenzó a dar explicaciones referentes a su conducta durante el período en que ofició de legislador en la Cámara de Diputados. “Crearon el mito de que yo era el farrero del Congreso, el ‘picado de la araña’, pero ello nunca fue así”; ¿no lo era? Hay datos duros que lo contradicen, pues él renunció al PPD el año 2010 debido a que fue sorprendido por la policía conduciendo su automóvil en estado de ebriedad. Se inscribió más tarde en el Partido Regionalista de los Independientes y después en el Partido Radical.
Hoy, Alinco es regresado a la arena parlamentaria por las cofradías del PPD, las cuales lo llevarán nuevamente como candidato independiente porque, durante su anterior diputación, fue siempre fiel a las órdenes emanadas de quienes son los patrones económicos del duopolio, y en el hemiciclo votó en consecuencia respetando los dictámenes provenientes de las jefaturas empapadas en aceite fenicio. Más vale diablo conocido que santo por conocer…. aseguran en el PPD.
Los viejos dirigentes de la confraternidad duopólica -comandantes, guatones, chascones, autocomplacientes y otros- se resisten a dejar espacios a nuevas generaciones, nuevas ideas, nuevos aires. Son como un fiero animal herido… y como tal, sus zarpazos pueden resultar fatales.