El 35% de las empresas prioriza la igualdad salarial como estrategia clave para fomentar la equidad de género en el trabajo, según Robert Walters.
La representación femenina en altos cargos sigue siendo un desafío en muchas industrias. Factores como los sesgos inconscientes y la falta de programas de desarrollo limitan el crecimiento profesional de las mujeres, impactando su confianza y toma de decisiones.
Brechas en el liderazgo femenino
Según estudios de Robert Walters, la sensación de insuficiencia profesional, conocida como síndrome del impostor, es más prevalente en entornos con baja representación femenina en la alta dirección. Este fenómeno refuerza la inseguridad sobre sus capacidades, afectando el acceso a posiciones de liderazgo.
“Para lograr un cambio real, las empresas deben ir más allá de iniciativas simbólicas y crear estructuras que fomenten un entorno laboral equitativo”, afirmó Tereza Mayer, Marketing Manager de Robert Walters.
Estrategias empresariales para potenciar el liderazgo femenino
Para cerrar estas brechas, las organizaciones han implementado diversas estrategias. De acuerdo con Robert Walters, las iniciativas más relevantes incluyen:
- Promoción de igualdad salarial (35%): Auditorías salariales y transparencia en la compensación ayudan a cerrar la brecha de ingresos.
- Políticas inclusivas (30%): Flexibilidad laboral y medidas de conciliación son claves para el desarrollo profesional femenino.
- Programas de desarrollo (29%): Diseñar capacitaciones y mentorías para mujeres impulsa su preparación para roles estratégicos.
- Mentorías efectivas (6%): Redes de patrocinio facilitan la guía y apoyo en la progresión profesional.
Un compromiso a largo plazo
El impacto de estas estrategias dependerá de su implementación y medición constante. “No basta con crear políticas, es fundamental evaluar sus resultados y garantizar que generen un cambio estructural”, enfatizó Mayer.
A medida que las empresas avanzan hacia una cultura corporativa más equitativa, la retención y desarrollo del talento femenino se vuelve una ventaja competitiva clave en el mercado laboral global.