Mariana Aylwin, Cuba y la Fundación Jaime Guzmán

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

Por Santiago Escobar
Edición 715 PrimeraPiedra.cl

aylwin_marianaEl incidente Mariana Aylwin-Cuba, que arrastró al centro de la polémica a la DC, ha repercutido seriamente en la Nueva Mayoría como un indicador del grado de deterioro intelectual de la política en nuestro país. Tanto porque desde un comienzo había que dar por descontado los problemas políticos de un acto marcadamente disidente del gobierno, dada la postura política de la isla. Pero también por el hecho de que lo ocurrido con Mariana Aylwin y el resto de los invitados está plagado de omisiones, preguntas no hechas y de datos que indican que el mencionado acto recordatorio de Patricio Aylwin tuvo un burdo diseño, más propio de una provocación que de otra cosa. Lo más probable es que el ex presidente ya fallecido, aunque cultivaba la ambigüedad como estilo, jamás habría aceptado verse involucrado en algo de tal naturaleza.

Descontado el hecho de que la peor de las políticas de cualquier país es impedir manifestaciones políticas disidentes mediante prohibiciones de ingreso a personalidades internacionales o limitar su derecho de expresión, el elenco de invitados no parecía gente de derechos humanos ni menos inexpertos políticos o académicos. Vamos viendo.

La normalización de las relaciones de Cuba con la OEA está en proceso. El 3 de junio de 2009, los Ministros de Relaciones Exteriores de las Américas adoptaron la resolución AG/RES. 2438 (XXXIX-O/09), la cual puso fin a la Resolución de 1962, mediante la cual se excluyó al Gobierno de Cuba de su participación en el sistema interamericano. La resolución de 2009 declara que la participación de la República de Cuba en la OEA ”será el resultado de un proceso de diálogo iniciado a solicitud del Gobierno de la República de Cuba y de conformidad con las prácticas, los propósitos y principios de la OEA.” (negritas y subrayado mio). ¿Qué andaba haciendo Luis Almagro, Secretario General de la OEA en el caso? ¿Tratando de impedir el pleno retorno de Cuba al Sistema Interamericano o funando al gobierno con el cual debe negociar? Por decir lo menos, imprudente o falto de criterio.

Algo similar ocurre con Mariana Aylwin. La organizadora del evento fue la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia que en cuba dirige Rosa María Payá, hija del fallecido disidente Oswaldo Payá, y que en Chile la representa María Jesús Wulf, Directora del Programa de Acción Pública de la Fundación Jaime Guzmán, y una de las principales ejecutivas de la entidad. No se necesita saber matemáticas compuestas para entender que el reconocimiento a Patricio Aylwin fue solo un pretexto para un gran acto político disidente. ¿Lo sabía Mariana Aylwin? Cuando a uno lo invitan a algo así, lo menos que pregunta es quien organiza, quien paga los pasajes y la estadía y cuál es el marco político del acto. Más aún cuando la Fundación Jaime Guzmán ha sido una cuestionadora tenaz del comportamiento del gobierno cubano ante la investigación del crimen del senador que da nombre a la Fundación.

O Mariana Aylwin no tuvo la sensatez de analizar la invitación y le metieron un gol, o sencillamente es parte del juego. La declaración de principios de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia en una de sus partes señala que: “Basados en los pilares de la solidaridad y la fraternidad, los jóvenes latinoamericanos que hemos vivido dictaduras militares repudiamos cualquier tipo de dictadura, de derecha o de izquierda, convencidos que la promoción de los Derechos Humanos no tienen fronteras”. Nadie puede dudar que tan loable declaración poco tiene que ver con los principios que sustentan sus directivos, entre ellos su Presidente Jovino Novoa condenado por corruptor de la política en Chile y fiel seguidor de Augusto Pinochet, condenado universalmente como violador de derechos humanos.

Es verdad que en estas cosas el dime con quién andas es un principio sano para evaluar aspectos políticos como el ocurrido con el viaje de Mariana. Sin embargo, la tensión y virulencia de las declaraciones de algunos dirigentes democratacristianos –particularmente para emplazar al PCparece más una jugada de ajedrez político que una defensa de principios democráticos. Y carece de un entorno político prudente. Parece evidente que entre el camino propio en la elección presidencial que quieren sectores de la DC y la posibilidad de terminar gobernando con Piñera si este llegara a ganar las elecciones, hay poco trecho y demasiado precedente en el gobierno anterior del ex Presidente y actual candidato.

De ahí que no sea descabellado mirar con reticencia el acto de Cuba, sin perjuicio de no estar de acuerdo con la medida adoptada por el gobierno de ese país de no dejar entrar a los “invitados”, pese a que se ajusta a los cánones vigentes en materia de soberanía nacional prácticamente en todo el mundo.

El corolario del acto fallido lo pone Felipe Calderón ex Presidente de México y claramente un persecutor de la libertad de información. El 20 de agosto de 2012, a pocos días de dejar el gobierno anunció que no se renovaría la concesión a MVS, conglomerado televisivo del que formaba parte la famosa periodista Carmen Aristegui, por su enfoque crítico con Calderón, desmarcado del Grupo Televisa y TV Azteca. Simplemente el gobierno rechazó las diversas propuestas de la empresa para seguir explotando la banda de 2,5 Ghz, aun cuando la empresa había ofrecido aumentar los pagos como contraprestación.

De ahí el juicio sobre el grado de entontecimiento de la política nacional –o simplemente el juego sucio- en el affaire Cuba-Mariana Aylwin-Fundación Jaime Guzman. ¿Fue María Jesús Wulf quien gestionó su invitación?

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