Por Arturo Alejandro Muñoz
Columnista Granvalparaiso.cl
Si usted, amable lector, es muy joven y no sabe qué era la DINACOS, permítame explicárselo de la manera más breve posible.
Ella fue la Dirección Nacional de Comunicación Social que durante la dictadura cívico-militar se encargó de visar y censurar los contenidos generados por los medios de comunicación, audiovisuales o escritos, autorizados para transmitir o circular en el país. Además, extendía su función revisora a las obras culturales, y era la encargada de las comunicaciones oficiales del régimen totalitario. La DINACOS decidía qué se informaba a los chilenos y al mundo exterior, cómo se informaba y cuándo se informaba.
Desde 1990 a la fecha no ha cambiado mucho el escenario en esta “democracia protegida”… y quizás ha empeorado, pues la decepción y desesperanza son mayores aún al suponer que ya no hay dictadura…pero la hay; subsumida, escondida, disfrazada…. la hay… está presente -y sin matices muy diferentes a los de ayer- en nuestra actual televisión, en nuestros diarios y radios. Es “la prensa canalla”.
Encienda la “cajita idiota” a eso de las 21:00 horas… comience su ejercicio sintonizando cualquier canal. Salte de un canal a otro (‘zapping’ le llaman) y tome nota. Con estupor comprobará que no sólo hay coincidencia en el tratamiento de las noticias principales sino, además, también la hay en el horario que destinan para ellas y en la línea editorial. Pareciera que los canales de televisión abierta chilena son guiados y pauteados por un mismo editor.
Incluso el orden o prelación noticiosa es idéntico. Veamos lo siguiente (y es solo un ejemplo al pasar): las informaciones políticas, internacionales y deportivas coinciden en el horario casi con exactitud en la mayoría de los canales, especialmente en TVN, Mega y T13. Lo mismo ocurre con la parrilla noticiosa. ¿No lo cree? ¿No se ha percatado? Pase y lea.
Se amañan de manera idéntica las informaciones relevantes; presentan el mismo sesgo ideológico; se omiten exactamente las mismas informaciones nacionales e internacionales, específicamente aquellas que pueden resultar “inconvenientes o dañinas” políticamente para el establishment neoliberal criollo; todos los canales resaltan o destacan los hechos negativos de cualquier marcha o movilización popular, soslayando el fondo y aspecto fundamental, pacífico y masivo de las mismas. Ello no dice relación sólo con los acontecimientos nacionales, pues también se replica con los hechos internacionales.
Esta nueva “dinacos” de nuestra seudo democracia ha logrado estructurar una parrilla noticiosa similar para los canales de la televisión abierta en Chile, convenciendo a la mayoría del ‘respetable público auditor’ que se está frente a un sistema informativo de calidad, objetivo, entretenido y veraz. Pero, ello es falso de falsedad absoluta. Vea usted lo siguiente.
Tómese un tiempo, agarre papel y lápiz. Vaya de canal en canal y anote (después me cuenta). De seguro se va a encabronar luego de leer lo siguiente, pero le hará bien, lo va a sanar de su ensimismamiento. Los noticieros centrales de nuestra TV abierta son malísimos, insultantes, y además servidos mayoritariamente por periodistas y presentadores de cuarta categoría. O mejor dicho por personal de la categoría indecente que los infumables noticieros nuestros requieren.
Generalmente esos noticieros comienzan con diez minutos de informaciones de ‘portonazos’, asaltos, lanzazos, crónica roja, etc.; cinco minutos de comerciales; diez minutos de noticias nacionales (todas ellas defendiendo el establishment político y el neoliberalismo) … cinco minutos de comerciales…cinco minutos de informaciones internacionales (generalmente atacando a países y gobiernos no neoliberales y destacando las ‘maravillas’ provenientes de Washington)…quince minutos de ‘reportajes’ (gastronómicos, turísticos, de la viejita que hace chalecos o fríe pescado en la huach’e la loma, en fin, lo que sea para entretener al ‘respetable’ y obnubilarlo con minucias intrascendentes)… cinco minutos de comerciales… diez minutos de fútbol… cinco minutos de comerciales… quince minutos de entrevista a cualquier gaznápiro político que hable a favor del statu quo…cinco minutos de comerciales… y se pone fin al noticiero con alguna notita babosa y cretina que diga relación con cierto aporte o ayuda menor a “la gallá”. Fin de las noticias …. y a ver ahora el Tiempo (que tal vez sea lo único objetivo de esos programas).
Después de haber ejecutado este ejercicio, si es que dispone de tiempo y de ánimo y suponiendo que dispone de TV Cable, compare nuestros noticieros con los que emiten canales internacionales como Telefe, Telesur, e incluso el muy pro USA CNN en Español, y otros similares (no confíe en CNN Chile porque es la misma porquería canallesca que los de la TV abierta), y comprobará casi con espanto que usted ha estado siendo embaucado sin remilgos por una prensa tan ‘canalla’ como ídem han sido periodistas que creía ‘honestos, objetivos y creíbles”… guarapos de indiscutida falsía profesional como Matías del Río, Carla Zunino, Soledad Onetto, Iván Núñez, José Reppening, ‘Polo’ Ramírez, Ramón Ulloa, Emilio Sutherland, Macarena Pizarro, Conny Santa María, Mauricio Bustamante, Juan Manuel Astorga, y otros nombres que no recuerdo en este instante, pero que hacen ingentes esfuerzos por parecer –ante los ojos del televidente- como objetivos, honestos (profesionalmente), directos y sinceros.
Todos ellos, junto a sus editores y jefes de prensa, son falaces, ganapanes colonizados por el establishment del neoliberalismo salvaje que impera acá en Pelotillehue, formando parte activa, consciente y muy responsable de esas mentiras llamadas “noticieros centrales de la televisión chilena”, tanto como esos infumables y desastrosos programas de “entrevistas y/o paneles de asuntos políticos contingentes”·, en los cuales –es el caso de “Estado Nacional de TVN y “Mesa Central” de T13- jamás darán una silla o un lugar a personas del Chile de a pié, del Chile real, del Chile profundo, para debatir cara a cara con lo mentirosos, traidores y cretinos periodistas y opinólogos pagados por el establishment que defienden prerrogativas, intereses, ilícitos y corruptelas de quienes se han adueñado de “la manija” en el legislativo, en el ejecutivo y en la prensa de este país de opereta y de ficción llamado Chile, o Pelotillehue…donde nada es de Chile.
¿Por qué no invitan a participar en esos programas de discusión política a chilenos de a pie, como Juan Pablo Moreno, Colomba Huacha, Artamumu, Baradit, Pipe Henríquez, Luis Casado, etc.? No se atreven… el alma se les hace agua. Son de mentira… falsos, livianitos, traidores, corruptos. Y lo saben. Por eso no lo hacen. Yo estoy dispuesto a participar en tales paneles televisivos … y no les cobro un maldito centavo. Salvo los costos de traslado, obviamente. Pero, los cretinos a cargo de esos programas de la TV no bien leen una o dos de mis columnas publicadas por la prensa independiente, se les entra el mojón. Así de simple.