Por Leonardo Vidal Hernández
Académico Terapia Ocupacional, U.Central
El aumento en el uso de fuegos artificiales en distintas ciudades de Chile por motivo de las festividades de fin de año, si bien genera alegría y goce para muchas personas, para otras personas del espectro autista, pueden ser fuentes de gran estrés y malestar. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor del 1% de los niños en el mundo viven dentro del espectro autista. En Chile, esta cifra es similar, lo que sugiere que cerca de 180.000 personas podrían convivir con esta condición, reflejando que es probable que en nuestros entornos comunitarios conozcamos familias que afrontan estos desafíos.
Las personas dentro del espectro autista se caracterizan por alteraciones en el comportamiento social, la comunicación, y la presencia de intereses y actividades limitados y repetitivos. Un aspecto común es la dificultad en el procesamiento sensorial, lo cual se vincula directamente con la reacción negativa a sonidos fuertes como los de los fuegos artificiales. Estudios indican que entre el 60% y el 95% de estas personas presentan dificultades en el procesamiento sensorial, afectando áreas como la auditiva, táctil y visual. Esto es relevante en el contexto de la pirotecnia, donde una persona autista podría responder al ruido intenso cubriéndose los oídos, exhibiendo ansiedad, o en ocasiones desinterés, lo que en realidad refleja una forma única de procesar los estímulos ambientales.
La pirotecnia puede representar un desafío o estresor considerable para quienes presentan alteraciones de procesamiento sensorial, siendo eventos que generan desregulación emocional y estrés en algunas familias. Esto pone de relieve la importancia de entendimiento y apoyo comunitario. Para minimizar el impacto negativo, se sugieren varias recomendaciones:
Primero, anticipación y preparación son clave. Informar a la persona sobre el evento con antelación, explicando lo que sucederá, puede ayudarles a mentalizarse y reducir su ansiedad. Segundo, incorporar actividades distractoras es fundamental. Involucrarse en juegos o actividades placenteras que desvíen su atención de los fuegos artificiales puede ser beneficioso. Tercero, proporcionar apoyo emocional constante es esencial, un abrazo puede ayudar a calmar situaciones de ansiedad. Cuarto, considerar el uso de audífonos diseñados para bloquear ruidos fuertes puede ser especialmente útil para atenuar la intensidad del sonido y facilitar la experiencia.
Además, crear un espacio seguro donde la persona pueda retirarse si se siente abrumada puede ofrecer una salida necesaria en momentos de estrés. Por último, promover el diálogo dentro de la comunidad sobre el impacto de la pirotecnia y abogar por alternativas de celebración más tranquilas contribuirá a un entorno más inclusivo.
La comunidad es llamada a ejercer empatía y comprender el impacto de la pirotecnia en las personas dentro del espectro autista. Fomentar el respeto hacia las diferencias sensoriales en estas personas es esencial. A través de la empatía y adaptaciones, se puede crear entornos más inclusivos y respetuosos, beneficiando a todos.