Por Sonia Fuentes Muñoz
Decana de la Facultad de Educación y Cs. Sociales, U. Central
Este 16 de octubre, celebramos a nuestros/as profesores. Ser docente en el siglo XXI es un desafío complejo y apasionante. La evolución de la sociedad y la tecnología han transformado radicalmente el campo de la educación, y los/las docentes enfrentan una serie de cambios y expectativas que requieren una reflexión constante y una adaptación continua a nuevas realidades.
Ser docente, implica competencias que permitan estar en constante evolución, ser flexible, creativo y dispuesto a abrazar el cambio. La reflexión constante y el compromiso con la mejora continua y actualización permanente son fundamentales para ser un Profesor/a eficaz en esta era de cambio constante.
Por ello, la educación es fundamental para el progreso de la sociedad, y los/las docentes desempeñan un papel esencial en la formación de las generaciones futuras. La docencia es una profesión fundamental que tiene un impacto profundo y duradero en la sociedad. Los profesores y profesoras no sólo transmiten conocimientos, sino que desempeñan un papel crucial en la formación de ciudadanos responsables, equilibran la igualdad de oportunidades, el desarrollo personal y el progreso de una sociedad. Su trabajo contribuye a la construcción de un mundo mejor y más informado. Creo no equivocarme, al afirmar que todos estamos de acuerdo con la relevancia de este rol profesional, para el desarrollo de cada niño, niña, de cada joven que busca desarrollarse, y de cada joven adulto que aspira a ampliar su camino.
Este 16 de octubre que conmemoramos el día del Profesor y la Profesora, no olvidemos que el trabajo educativo exige desafíos acordes con la sociedad y que también nos demandan a las instituciones formadoras la tarea crucial de preparar a los futuros docentes con competencias adecuadas para enfrentar al siglo XXI.
La formación de docentes es fundamental para la calidad de la educación y, por lo tanto, debe ser un área de constante mejora y adaptación.
Los diversos indicadores señalados parecen marcar una profesión de grandes desafíos, pero también de grandes satisfacciones y oportunidades en el trabajo colaborativo en una comunidad educativa, que se mueve en un entorno dinámico, inclusivo y colaborativo, promoviendo de esta manera, aprendizajes significativos y equitativos en los estudiantes, impulsando la reflexión en el quehacer docente, fortaleciendo el acompañamiento a padres y a otros actores relacionados con esta importante misión. Por toda la trascendencia de este rol queremos escuchar a jóvenes decir, ¡Quiero ser Profesor/a!