Si usted pudiera… ¿despediría hoy a su Jefe?

Publicado por Equipo GV 8 Min de lectura

Por Dr. Franco Lotito C.www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)

 

“Los empleados no renuncian a las empresas, sino que renuncian a los malos jefes”.

 

jefeUn estudio realizado hace un tiempo atrás por la empresa Adecco en Estados Unidos, reveló que más del 35% de los trabajadores norteamericanos le entregarían –con mucho gusto– un “sobre azul” a su Jefe, si estuviera en sus manos poder hacerlo.

La razón del estudio estaba relacionado con la celebración que se hace cada año en Estados Unidos del “Bosses’ Day” o “Día del Jefe”, día que se instituyó con la finalidad de que los empleados le expresaran a sus Jefes sus agradecimientos por ser éstos “amables y justos” durante el lapso de tiempo transcurrido entre un año y otro.

Otro dato muy llamativo que surgió del estudio, es que el 55% de los empleados encuestados consideraba que su Jefe era, precisamente, todo lo contrario, es decir, injusto, autoritario, prepotente, impaciente e irrespetuoso con sus colaboradores, lo que daría muy poco espacio para festejar y hacer una “celebración” del día del Jefe.

Por otra parte, un análisis estadístico realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a nivel mundial, reveló, que nada menos que 2,78 millones de trabajadores murieron en el año 2017 atribuibles:

1. Al mal liderazgo ejercido por  la Jefatura. 

2. Por tener largas jornadas de trabajo. 

3. A causa de accidentes laborales, por estar sometidos a altos niveles de estrés. 

4. Por enfermedades relacionadas con el trabajo, entre otros factores peligrosos del trabajo.

En este contexto, uno de los factores más llamativos, fue el relacionado directamente con el “comportamiento inadecuado” –por decirlo de una manera suave y diplomática– del Jefe hacia sus subordinados, y el enorme efecto estresante que esto causa en los trabajadores. A tal punto esto es así, que dos expertas en el ámbito de las Relaciones Humanas en el trabajo, Kathi Elste y Katherine Crowley, escribieron un libro que fue traducido al castellano con el sugerente título: “Trabajar contigo me está matando” (Working With You Is Killing Me, en inglés).

De modo que si usted –como trabajador que tiene a un mal Jefe encima suyo–, no encuentra motivo alguno para “celebrar” a su jefecito, lo recomendable sería que leyera este libro, el cual, le ofrece al lector diversos métodos y técnicas para lidiar con aquellos jefes complicados, abusadores, prepotentes y explotadores.

Ahora bien, dados los tiempos difíciles que vive, hoy en día, el mundo entero, con un marcado y peligroso aumento de los niveles de despidos, con una economía nacional e internacional que se derrumba con cada semana que pasa, es altamente probable que el porcentaje de trabajadores que despedirían a sus jefes –¡si tuvieran el poder de hacerlo!– aumentaría considerablemente, ya que hoy, ese porcentaje estaría por sobre el 60% de los trabajadores.

Las autoras del libro, Elste y Crowly, destacan por ejemplo, que en tiempos de crisis económica como aquella que está experimentando el mundo entero hoy, el Jefe más común que uno se encuentra en el trabajo, sería el “Jefe controlador”, es decir, ese jefe que quiere que todas las decisiones pasen por él (o por ella) antes de ser tomadas, y que necesita saber en todo momento dónde está y qué está haciendo cada uno de sus subordinados. Es de aquellos jefes que les dice a sus trabajadores: “¿Necesitas un descanso? Pues bien, buenas noticias: estás despedido”.

Al tipo de Jefe anterior, le seguiría el “Jefe que lo sabe todo y que lo dice todo”, en función de lo cual, este tipo de sujetos requieren tener trabajadores que lo estén constantemente escuchando, aún cuando no tenga nada importante que decir ni que comunicar. El otro subtipo de mal jefe, sería el “Jefe ido”, es decir, aquél jefe al que le importa un pepino el trabajo que estén haciendo sus colaboradores.

Finalmente –y acorde con los tiempos de crisis por las que pasa una empresa o la economía de un país–, tendríamos al “Jefe que cambia constantemente las reglas del juego”, es decir, aquél sujeto que tiende a modificar órdenes, objetivos y metas a cada momento, por mero capricho o decisión personal, sin que exista un motivo aparente que justifique los cambios realizados.

Ahora bien, dado que resulta inevitable tener que trabajar para una persona que no se soporta, los colaboradores –de acuerdo con las investigadoras Elste y Crowly–, tienen la posibilidad de dar y/o practicar tres pasos para efectos de poder enfrentar exitosamente –y sin enfermarse– a su jefe:

1. Detectar el tipo de situación tóxica que se está experimentando, con la finalidad de diseñar la mejor estrategia posible para enfrentar al Jefe tóxico. Si es posible hacerlo junto a las demás personas que sufren los embates y ataques de este mal Jefe, tanto mejor.

2. Distanciarse emocionalmente del sujeto, es decir, eliminar todo tipo de sentimientos y emociones hace este individuo, de modo tal, de no permitir que alguna palabra, acción o decisión por parte del sujeto tóxico afecte a la persona. Si bien, este punto es el más difícil de todos –dado que estamos obligados a pasar todos los días entre ocho y diez horas junto a este individuo que tenemos por Jefe–, es el que mejores resultados entrega, ya que la persona establece una “línea de separación emocional” clara en la relación con el otro.

3. Despersonalizar al sujeto, es decir, quitar o eliminar todo tipo de carácter personal  a la relación con el jefe y dejarlo meramente en un plano laboral distante, frío y lejano, con el objetivo de poder manejar las diversas situaciones que pudieran producirse en el día a día. En psiquiatría y psicología, la despersonalización hace referencia a una alteración del proceso de percepción, de manera tal, que la persona se siente “separada” de los procesos mentales o del propio cuerpo, con la gran diferencia, que en este caso, la despersonalización la estamos utilizando para defender nuestra integridad por parte del sujeto que nos está dañando con su conducta abusiva, prepotente o desconsiderada.

Lo extraordinario del asunto, es que funciona, ya que es como que si todo lo que el sujeto tóxico insinúa, dice o hace, nos resbalara y no nos afectara.

 

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