Tengo la sensación de que no le gusto a nadie

Publicado por Equipo GV 8 Min de lectura

 

Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)

 

De acuerdo con la revista de psicología, filosofía y reflexiones sobre la vida “La mente es maravillosa” la explicación a esta sensación es bastante compleja y diversa. La primera cosa que hay que tener en cuenta, es comprender que esta “percepción no está ligada solo y exclusivamente a la apariencia física de las personas”, ya que la atracción que se siente hacia otros individuos va más allá de ciertas características externas y/o superficiales, tales como el color de los cabellos, los ojos, o de la figura del sujeto que tenemos frente a nosotros.

En segundo lugar, es importante tener muy presente la gran variedad de preferencias y gustos que existen en el mundo, un aspecto que, incluso, sobrepasa nuestra más fértil imaginación, ya que el proceso de atracción o rechazo hacia alguien no se ajusta a un estándar de “tipo universal”. Por el contrario, es algo que es subjetivo y que varía ampliamente de una persona a otra y de una cultura a otra.  En este sentido, una conexión de carácter más profundo entre dos personas surge cuando una de las partes encuentra a alguien que comparte y vibra con sus aficiones, sus gustos, ideales y valores.

Es cierto, que una vez que la persona experimenta la extraña sensación de que no le gusta a nadie, resulta algo complicado poder zafarse de ese pensamiento que se torna invasivo y persistente. No obstante lo anterior, es factible poder trabajar ciertos aspectos personales a fin de desarticular y luego eliminar de forma paulatina dicha sensación y pensamiento. Puestas así las cosas, habría que analizar con más detalle algunas de las razones que señala la revista “La mente es maravillosa” que llevan a una persona a la sensación de no gustarle a nadie. Revisemos algunas de ellas:

  1. Lo primero que hay que hacer –como parte importante del proceso a realizar– es “aprender a aceptar el rechazo”: hay que entender que el rechazo por parte de un sujeto externo no es un indicativo de la propia valía personal. Por otra parte, hay un viejo refrán que dice “el que no se arriesga, no gana”, en función de lo cual, en ocasiones, es necesario que uno dé el primer paso y buscar por nuestra cuenta las oportunidades. Por lo tanto, hay que saber manejar el rechazo de una manera positiva, viéndolo como una oportunidad para crecer y sacar enseñanzas de aquello que se haya hecho de manera errónea, teniendo presente, eso sí, que también puede ser responsabilidad del otro individuo el que se produzca un sentimiento del rechazo.
  2. Temor a “no ser suficiente para la otra persona”: esto puede transformarse en una suerte de gran barrera en el momento de iniciar una relación y puede deberse a diversos motivos o causas, tales como: inseguridad en sí mismo, baja autoestima, el hecho de estar constantemente comparándose con otros individuos o la auto imposición de estándares difíciles de lograr.
  3. Hay que trabajar en el “cuidado personal”: esto significa que la persona debe ocuparse de cuidarse a sí misma, tanto en el aspecto físico como así también en el plano emocional. Lo anterior implica mantener un estilo de vida que sea saludable y enfocarse en el propio bienestar, ya que ello automáticamente aumenta la confianza en uno mismo.
  4. Es preciso “aprender de las experiencias pasadas”: esto requiere reflexionar acerca de las vivencias y experiencias anteriores, con la finalidad de identificar conductas, patrones y áreas de mejora. Hay que utilizar estas lecciones a fin de poder evolucionar en las relaciones interpersonales que se establecen con los demás.
  5. Hay que “ser una persona auténtica”: es preciso mostrar a la persona que tenemos al frente quienes somos, es decir, revelar el verdadero yo, en lugar de estar constantemente tratando de cumplir con las expectativas e ideales de los demás. Resulta un acto contraproducente el intentar ponerse una máscara o disfrazarse de quien no se es, ya que a un potencial amigo o pareja les gustará conocer todas las facetas.
  6. Revisar la “manera en la que te comunicas con los demás”: al respecto de este punto, la idea de fondo es reflexionar acerca de la forma de expresarse, tanto verbal como así también no verbal, teniendo muy en cuenta que la comunicación no verbal (o corporal) es mucho más potente que la verbal. En este sentido, hay que asegurarse de transmitir confianza hacia los demás, escuchar de manera activa a quienes están en nuestro entorno y mostrar interés por lo que nos están diciendo.
  7. Hay que aprender  “a evitar compararse con otras personas”: cada individuo es único, con sus propias fortalezas, cualidades, debilidades y experiencias. En lugar de compararse y medir la propia valía en relación con los demás, es preferible enfocarse en las propias fortalezas y en aquello que lo hace a uno una persona auténtica.
  8. Hay que “expandir el círculo social” en el que uno se mueve: esto significa buscar oportunidades con el objetivo de conocer nuevas personas, ya que en la diversidad se puede encontrar el gusto. Una de las formas más exitosas de lograr este objetivo, es unirse a clubes o a grupos donde se pueda participar en actividades que le interesen a uno, con la finalidad de ampliar las conexiones y relaciones interpersonales.
  9. Si no hay cambios en el horizonte, hay que “considerar la ayuda de un profesional”: si el sentimiento o el pensamiento de que “no le gusto a nadie” se mantiene y persiste, y uno advierte que eso está afectando el propio bienestar emocional, no hay que descartar la posibilidad de buscar el apoyo de un profesional de la salud mental.

En el intertanto hay que aprovechar todo el tiempo disponible para trabajar en el propio crecimiento personal y disfrutar de aquellas actividades que te apasionan, teniendo siempre presente que allá afuera hay alguien que también te busca y que te quiere tal como eres. Finalmente, no hay que olvidar,  que uno no necesita cumplir las “expectativas e ideales” de nadie y que tú defines los tiempos en los cuales quieres moverte.

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