Alegrías y riquezas del desarrollo económico y social nacional

Publicado por Equipo GV 26 Min de lectura
Por Omar Villanueva Olmedo   
Director OLIBAR Consultores Lic. Ing. FEN Universidad de Chile
omar¿Hay empresas potentes para aportar al desarrollo nacional acorde a las demandas del siglo XXI y los nuevos niveles de competencia e innovación en el mundo? ¿Existe una estructura de sectores económicos del país similares a la que distingue a los países económica y socialmente desarrollados? ¿Tenemos líderes y liderazgos que impacten positivamente capaces de conducirnos hacia el desarrollo? ¿Es posible pasar de un desarrollo económico y social de tipo singular al nuevo paradigma de desarrollo plural intersticial? ¿Existe alguna institución que sea responsable y encomendada explícitamente de conducir el país a lograr su desarrollo económico y social? ¿Tenemos una estrategia país consensuada para al desarrollo económico social? Existen diferentes caminos para incursionar al interior de estas preguntas:

I.- Hay una coexistencia de muchas empresas tradicionales, con insuficiente innovación menos aún disruptiva y con escasos emprendimientos de magnitud y éxito mundial.

En general son empresas antiguas (desde antes de 1980) operando en la agricultura, la pesca, la minería, la manufactura y los servicios (varios de dudosa calidad); muchas de ellas se han ido vendiendo a empresas extranjeras, y algunas han tenido incursiones internacionales principalmente extendiendo sus operaciones tradicionales en el continente. En el año 2016 existían más de un millón de empresas, con apenas 1,3% grande y más de 60% micro, según el Servicio de Impuestos Internos (*). Las primeras son las que se centran en la incorporación de tecnologías extranjeras principalmente en sus procesos y algo en productos. Entre las otras empresas se multiplican las comerciales y se destacan algunas pocas pymes que se dedican a las nuevas tecnologías.
Las grandes y medianas empresas se modernizan en materias comercialización, publicidad informatización y de la selección de personal. Las empresas de las nuevas tecnologías, en buena parte extranjeras, son pequeñas y tienen serias dificultades para vender, exportar e introducir sus tecnologías más avanzadas en el mercado.
Los directivos de las empresas mayores tienen formación profesional en el país y en exterior, pero con déficit en su perfil de liderazgo, de acuerdo a los cánones de centros de excelencia internacionales, lo cual supone la inexistencia de autoevaluación de sus características personales, aparte de los esporádicos esfuerzos que realizan en la aplicación de estrategias disruptivas a nivel de negocios y corporativa, a excepción de las empresas multinacionales. Este medio le da gran importancia a los cambios profundos que demandan las actuales y futuras condiciones de la economía y del mercado nacional e internacional, pero al tiempo que se advierte la tendencia a postergar indefinidamente los cambios profundos, por los temores de fracasar, lo que se refuerza por el bajo grado de conocimiento de la cultura y los valores que dominan al interior de la empresa.
Las empresas nacionales están centradas de preferencia en el mercado interno –  sólo algo más del 4% hace envíos al exterior – priman las empresas familiares – casi el 50% y muchas tienen sus ventas concentradas en pocos clientes. Se carece asimismo de un poderoso mercado de capitales de riesgo (Venture Capital) para apostar seriamente a nuevos emprendimientos que de soporte a la innovación compleja y de magnitud mayor que se requiere para un fast development. Asimismo, en el débil Mercado de la Industria de la Innovación y Emprendedurismo, sus actores y sus esfuerzos están: híper fragmentados, inconexos, dispersos y superpuestos.
El espectro empresarial es de concentración de muchas industrias en pocos competidores con sus efectos sobre la competencia y los peligros de acuerdos poco éticos. Aunque, por otra parte, para las pymes en los mercados en que colocan sus productos o servicios hay mucha competencia y sin olvidar un gran comprador, sin otra alternativa, que es el sector público, que impone sus reglas y plazos y opera sin mucha transparencia.

Dentro de este mundo se destaca la penetración de internet y de teléfonos inteligentes, con más de 14 millones de personas respectivamente, mostrando que las personas han avanzado mucho más que los productos y servicios que entrega el actual mercado proveedor nacional.

Dentro de este panorama son muy limitados los emprendimientos en nuevos rubros, especialmente en las nuevas tecnologías singulares de crecimiento exponencial, que se constituyan en “nuevas empresas que sean relevantes” en cuanto a su aporte al producto nacional. Esto a pesar de los millones de dólares que ha invertido o gastado, por ejemplo, la Corfo y otras agencias en el último decenio, en el incentivo al emprendimiento de empresas nacionales y extranjeras.
Finalmente, se puede concluir que no hay indicios claros de que se hayan creado, se estén creando o que se crearán empresas de tamaño grande o mediano e innovadas de alto impacto que contribuyan a duplicar el Producto Interno Bruto (PIB) nacional hacia el año 2028.

II.- La composición sectorial del producto interno de un país identifica a los que son desarrollados, de los que no lo son.
Las grandes empresas nacionales se concentran en casi los mismos productos desde hace más de 30 años, con avances menores en la digitalización y modernización de procesos con inteligencia externa y algo en productos.

Se reconoce en los países desarrollados la existencia de una determinada relación entre sus sectores económicos, como se muestra a continuación. Por ejemplo, los países desarrollados tienen un sector agrícola que constituye alrededor del 1% del PIB (USA, Japón, Alemania) o cuando más un 2% (Italia, España) en comparación al casi el 4% de nuestro país. La industria es un sector que en los primeros países aporta del orden del 20 al 30% del PIB, en Chile aporta más del 30%. Finalmente, los servicios en los países desarrollados contribuyen con alrededor del 70% del PIB, en nuestro país es de menos de 60%.
Por lo visto para poner a tono y acortar las brechas desarrollo-subdesarrollo los sectores de la economía nacional y llegar a PIB como los de los países que lo han logrado habría que: (1) Hacer crecer las empresas de materias básicas como agricultura, silvicultura, pesca y minería, pero (2) Al mismo tiempo, hacer crecer un poco más a las empresas industriales y (3) Dar un gran impulso a los servicios especialmente a los innovados de valor. ¿Será eso posible de aquí al 2028 al paso que se avanza? Es urgente y prioritario.
Es innegable que los empresarios han hecho un importantísimo aporte al desarrollo de las dos últimas décadas, dadas sus características: empuje y valor para invertir y correr riesgos no menores, pero su responsabilidad no es el crecimiento del PIB nacional y damos el crédito que el estado ha hecho lo posible dentro de lo que la Constitución actual mandata. Sin embargo, ese esfuerzo es insuficiente para el crecimiento deseado y requerido, puesto que se anticipa -en un escenario- que la economía crecería un máximo 4% anual en los próximos ejercicios (según la mayoría de los profesionales consultados) cuando para llegar al nivel de país desarrollado se debiera crecer desde ahora al 2028 a tasas superiores al 6% anual. Y no se vislumbra que las actuales empresas y las que se pudieran crear puedan llegar en 10 años a duplicar el PIB.
Para algunas autoridades la innovación y emprendimiento puede ayudar a mejorar el desarrollo, pero siendo una industria fundamental para el cambio de los sectores, hay que reconocer que es una industria novel, en etapa de pleno crecimiento, está en sus primeras etapas, con muchos adeptos y animadores, pero con escasos éxitos, con poco capital de riesgo, con creciente publicidad y con un ícono con ya bastantes años como son las “lagunas” del siglo pasado y ahora “esquinas de compra” vendida a un grupo internacional. Pero es poco probable que en la próxima década se produzca una revolución nacional que lleve, por ejemplo, a que muchas innovaciones en el sector de los servicios se transformen en exitosos emprendimientos que aporten de manera significativa al PIB, pero que además, tendrían que ser exitosas en la medida que, principalmente: sus servicios se produzcan en el país y sus mercados y sus clientes estén en los mercados externos o extranjeros consumiendo sus producciones chilenas.
Finalmente, se puede concluir que es poco probable que la composición de la estructura de los sectores económicos nacionales y los emprendimientos que nazcan en los diferentes sectores, siendo prioritario el de servicios de exportación sea una realidad en la próxima década y, por lo tanto, el escenario – ceteris paribus – es que se siga vegetando en espera que llegue el mentado desarrollo económico y social… para todos pues la élite ya lo ha logrado para si misma, como lo señala el diagnóstico y los loables esfuerzos 3i que impulsa el Ministerio Social más un grupo de empresarios comprometidos en dichas tareas. Pero insistimos, sin crecimiento sobre un 6% anual del PIB los resultados son previsibles para este o cualquier gobierno: no seremos desarrollados el 2028.

III.- Debe haber liderazgos desarrollistas de éxito para lograr el tan anhelado desarrollo económico y social
En los últimos años la atención nacional se ha centrado en temas sociales, muy comprensibles, que demandan enormes recursos para otorgarlos en la calidad adecuada y en eso se han ocupado los mejores cerebros del país. Se han hecho y se siguen haciendo esfuerzos en mejoras en cuestiones: de identidad de género, de ecología y descontaminación, de tratamiento de la criminalidad juvenil, de acogimiento a los inmigrantes, de crear más regiones y de darles más autonomía, del acogimiento a las madres que abortan o que están por abortar, de dar un tratamiento digno a los niños en situación irregular o a los discapacitados, o de entregar la educación en forma gratuita, o diversos programas de inclusión, ancianidad, obesidad y otros. Estos temas han sido y siguen siendo bastante tratados por las autoridades, lo que solo muestra lo atrasado que está nuestra sociedad en estas materias.

Pero para resolverlos hay que tener recursos y muchos, los que hasta ahora son insuficientes. Sin embargo, no es el desarrollo económico una preocupación permanente y sistemática de los líderes visibles, porque suponemos que acceden a los recursos suficientes para dejarlos tranquilos en sus aspiraciones, ya sea que los obtengan del mercado o de los fondos públicos. No observamos que en los principales frentes que apoyan el desarrollo económico que existan líderes destacados que planteen con fuerza, con  urgencia y en forma sostenida “la necesidad de crear más riqueza y sobretodo de la nueva riqueza de las naciones” para dar más y mejores servicios sociales para compensar las innegables desigualdades que existen para: millones de personas que tienen trabajos de ingreso mínimo, mala atención  en salud, educación insuficiente, que luchan por una vivienda digna, que quieren vivir en lugares seguros, con transporte y traslados al trabajo que les ocupan muchas horas del día, con inexistentes áreas verdes, pensiones y vejez indignas, etc. Todo lo cual está ampliamente descripto en millones de páginas de sesudos y bien pagados estudios de organismos y centros de estudios internacionales y locales, universidades y partidos políticos.

Por principal, ¿a quién se puede identificar hoy día como la o las personas que sean adalides y líderes para enfrentar en serio, con proyectos y con escenarios y con estimaciones los desafíos del desarrollo económico y social nacional integral? ¿Quién presenta fórmulas para invertir en hacer que los sectores productivos se enfoquen a la formación de una estructura económica de país desarrollado requerida? ¿Cómo se están formando los profesionales y los técnicos para que sean aportes al desarrollo y no a la mantención de una estructura de sectores anticuados? ¿Quién manifiesta su opinión sobre la necesidad de que el emprendimiento que lleva sólo a ganar un sustento para sus dueños es conveniente, pero que aporta casi nada al verdadero desarrollo que les lleve a niveles de rentas y bienestares de países desarrollados? ¿Quién lidera la creación de un poderoso e innovado mercado de capitales de riesgos (VC) de la magnitud requerida para afectar positivamente el PIB y que de soporte a la innovación y emprendimientos requeridos por las empresas tradicionales y a las nuevas industrias y negocios de este siglo?

Por principal segundo, es que los empresarios expresen que su legitima preocupación gremial en: promover los principios éticos por los cuales debe desarrollar su acción, dar opiniones a los poderes públicos y defender los intereses de la producción y del comercio deja en claro cuales son sus objetivos y rol parcial en términos de su participación en el liderazgo del desarrollo económico integral del país. Por su parte, el Congreso Nacional tiene objetivos singulares de representación de la ciudadanía, concurrir a la formación de las leyes y fiscalizar los actos del Gobierno, por lo cual tampoco es responsable del desarrollo del país como tal. ¿Y por último el poder ejecutivo es responsable del desarrollo económico y social del país? Corolario: busque Ud., si es que encuentra esa respuesta a “quien es el responsable del desarrollo nacional” en la Constitución Política de la República.

Como se podrá entender de lo anterior, en este país no hay en lo fáctico y constitucional un responsable de tamaña y trascendental tarea como es el desarrollo económico y social de la nación y, por lo tanto, es efímero pensar que esta aventura que facilitaría la vida de todos los ciudadanos la vaya a asumir alguna autoridad (o los privados) por los puros aplausos y que e incluso podría ser motivo de acusación de inconstitucionalidad. Tenemos un enorme vértigo de vacío como diría el poeta Vicente Huidobro refiriéndose al futuro y quizás una falta de un Poder Directivo superior al Ejecutivo para encabezar este desafío.
Pero insistiendo en el tema, “para ser desarrollados hay que crecer por sobre el 4% por año”, menos que eso es postergar para siempre el que toda la población del país viva sin mirar con envidia a los muchos chilenos que están en desarrollo en Chile, o que se han ido o se irán, a países ya desarrollados, donde logran condiciones de vida y resultados muy superiores a los locales por el mismo esfuerzo o menos.
IV.-  Conclusión preliminar: ¿Procastinar?
Como no identificamos líderes nacionales que luchen por este tipo de desarrollo económico social país, concluimos que el desarrollo se posterga para el futuro, en espera de mejores tiempos hasta que los chilenos tomemos conciencia que no existe el liderazgo presente, reconocido y aceptado para alcanzarlo y procrastinándolo una vez más. Así el asunto olvidémonos y sigamos repitiendo la frase de que “en 10 años más seremos un país desarrollado”, aunque sea lo mismo que oímos en los años 1950, del milenio pasado.
Por eso categóricamente: (1) Sin líderes a nivel de estado que pongan el fuerte en que hay que llegar al desarrollo y actúen en consecuencia, y que conjuntamente con cada aumento del crecimiento económico se comprometan nuevos recursos a mejorar los “bienes sociales de los chilenos y extranjeros que vivan en este territorio” y (2) Sin innovaciones y emprendimientos de gran envergadura y mayor complejidad de conocimientos con nuevas tecnologías y base científica intersticial, para satisfacer los mercados externos y que sean de un gran aporte al PIB,  es muy difícil que se logre el desarrollo económico y social del país.
Con una población cada día mayor y envejeciendo, serán millones de chilenos que quizás moriremos con la ilusión de que algún día íbamos a ser plenamente desarrollados, a menos que: se produzca una marea de empresas tecnológicas de la nueva economía que nazcan y produzcan lo que hasta ahora es desconocido.
¿Por qué a esta altura del siglo XXI no se distingue un líder o un grupo líder  en la política, la empresa,  la educación, la cultura, las artes, la justicia en la ciencia que se juegue por poner en orden los factores que lleven a que este país rico en recursos naturales, en geografía y en energía potencial, plantee la urgencia de un justo desarrollo económico, que  permita con justicia resolver los profundos problemas sociales que afligen a una parte importante de la población nacional activa y a sus viejos y de muchos de los inmigrantes que han cifrado forjar su futuro con nosotros? ¿Queremos líderes para hacerse cargo de crear la nueva riqueza innovada – económica, empresarial, social, científica, cultural, humana y ambiental – como las naciones desarrolladas que ya clavan su mira e innovadores emprendimientos en el espacio exterior y la profundidad de los océanos e industrias intersticiales?

V.- ¿Es posible pasar de un desarrollo económico y social tradicional de base singular tradicional a un innovado desarrollo intersticial?
Por lo que vemos nos corresponde a los ciudadanos manifestar nuestra incomodidad de vivir unos tiempos de cambio económico y social nacional y mundial, y  que como no se distinguen  responsables y no aparecen líderes poderosos para encauzar  los cambios al desarrollo económico, deberíamos expresar en forma continua, y cada día más amplia y vociferante,  a las autoridades que se pronuncien sobre qué están haciendo o van a hacer para acelerar el cambio que nos lleve de verdad y contemporáneamente al desarrollo económico y social y no en otros eternos y recurrentes “en 10 años más”.
Además de este relevamiento de situación expuesto en esta nota nosotros ponemos a disposición de la comunidad nuestros aportes al desarrollo de nuevas y potentes innovaciones que surgen de la inteligencia intersticial. En resumen, se trata de encontrar contenido para los intersticios o huecos o espacios vacíos de conocimientos que existen cuando se enfrenta a dos o más elementos independientes (aparentemente) con sus atributos, lo que es muy diferente al desarrollo habitual de los temas y organización singular que sustentan el desarrollo en el presente, muy bien definido por las segmentaciones de carreras profesionales y técnicas específicas, o por los ministerios singulares o las comisiones temáticas del parlamento, mandatadas a trata la realidad y problemas siempre en forma parcial e inconducentes al desarrollo como lo muestra la realidad.
Hemos enunciado desde hace meses sobre el potencial de un innovador enfoque intersticial y sobre el cual nuestros compatriotas han prestado poca o nula atención, puesto que tratándose de una “originalidad nacional” no les parece ser valiosa y como suele ocurrir en países subdesarrollado en diferentes materias, primero deben lograr su aceptación o éxito validado en el exterior y posterior y ya tardíamente retornar al interior. Mas, seguiremos insistiendo en los beneficios para Chile de trabajar con los aportes de “los vacíos de conocimiento que existe en los intersticios en la educación, en los espacios saludables, en la salud antepuesta a la sanación, la biología ingravitacional, arte cuántico etc.”, con un nuevo paradigma de innovación y emprendimiento el que puede ser aplicado con y sin nuevas tecnologías, que podría dar inicio a muchas empresas e incluso nuevas industrias nacionales de importancia mundial y con impacto en el PIB local.

SINTESIS: 1.- ¿Existe alguna institución que sea responsable del desarrollo económico y social del país? 2.- A ver ¿Quién(es) asume(n) el liderazgo nacional para el desarrollo en el presente ahora ya y no en 10 años más como simple una simple retórica electoral? 3.- ¿Aprovechará Chile la ventaja de contar con un nuevo paradigma intersticial para su desarrollo y gobernanza o va a esperar que lo registren en el exterior para empezar aplicar?
(*) Datos del SII y del “Informe de resultados: Empresas en Chile”, agosto 2017, Ministerios de Economía, Fomento y Turismo.
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