Por Bernardo Javalquinto
Académico Facultad de Economía y Negocios, Universidad Central
En 1997 Chile era admirado por la mayoría de los economistas a nivel global por ser uno de los países más competitivos del mundo, era un caso de estudio de las mejores universidades del planeta. ¿Pero, qué paso?
Hoy estamos culpando al Banco Mundial por manipulación política en el informe Doing Business y opiniones vienen y van, sin embargo, nadie cuestiona el hecho de que el país haya entregado información errónea que, obviamente, afectaría su posición en el ranking.
Si nuestro país ha perdido competitividad es por varios factores, fuera de los del índex del informe Doing Business. China había dejado de crecer y redujo su demanda de cobre. De hecho, en su momento, se habló del fin del superciclo del cobre, lo que trajo como consecuencia una reducción de las inversiones y una contracción de nuestra economía.
Si fuéramos un país innovador, el sector público y privado, en conjunto, se las arreglarían para hacer crecer el país, como ocurrió en la agenda pro crecimiento de Lagos, bajo cuya administración, a pesar de la crisis asiática, se llegó a un consenso con los empresarios, con altura de miras y poniendo a Chile primero.
El índex del Banco Mundial no afecta nuestro desempeño económico. Nosotros estamos sujetos a la economía estadounidense y China; y con informe o sin informe, hemos perdido competitividad.