Jorge Espinoza, gerente de Inversiones de la Aseguradora Confuturo
El 2018 será un muy buen año en términos de crecimiento a nivel global. Se observará un crecimiento saludable en la mayoría de las economías, llegando a un crecimiento de 3,6%, por sobre el crecimiento experimentado el año 2017. Lo anterior, unido al bajo nivel de tasas, mayor liquidez en los mercados, valoraciones atractivas en diferentes mercados y el mayor apetito por riesgo por parte de los inversionistas, ha llevado a diferentes índices accionarios a alcanzar nuevos máximos.
Latinoamérica, en particular, se verá influenciado positivamente por este mayor crecimiento global. El consenso de los economistas espera un crecimiento de 2,4%, nivel muy superior al 1,4% esperado en el año 2017. Destacan Perú, Argentina, Chile y Brasil con crecimientos esperados de 3,9%, 3,1%, 2,8% y 2,4%, respectivamente.
Adicionalmente, existe un claro esfuerzo en tener una inflación controlada, así también el compromiso de reducir el alto déficit fiscal en países como Brasil y Argentina. Por otra parte, el aumento de la inversión estatal y privada, unido al alza en los precios de los commodities, son razones suficientes para aumentar el optimismo de los inversionistas en la región.
Los niveles de utilidades de las empresas también se verán beneficiados por el mayor dinamismo económico. Es así como se espera un crecimiento superior a dos dígitos en la mayoría de los países latinoamericanos. En esta línea, destacan los crecimientos de Argentina, Colombia, Perú y Chile con crecimientos esperados de 38%, 29%, 28%y 16,3%, respectivamente.
Dicho lo anterior, y en ausencia de temas políticos el mercado accionario latinoamericano debiera continuar con su tendencia alcista. Sin embargo, este año será un año clave para la región, pues la abundancia de eventos políticos marcará la agenda. Elecciones presidenciales en Brasil, México, y Colombia, podrían traer volatilidad a estos mercados. Otros países se enfrentan a inestabilidad interna, como el caso de Perú donde la clase política está inmiscuida en posibles casos de corrupción, o Colombia donde están enfrentando el proceso de paz al tiempo que intentan manejar el déficit fiscal que les ha dejado la caída en los precios del petróleo.
El caso argentino estará influenciado por cuán rápido y con qué efectividad se concreten las reformas económicas y si el esfuerzo por insertar al país en el mundo traerá o no frutos para la economía local (recordemos que la cumbre del G-20 será en Argentina en 2018). Las reformas en Brasil han resultado ser más difíciles de aplicar de lo que se creyó inicialmente y la precaria situación del propio Presidente Temer hace aún más compleja la coordinación del Congreso para reformar el sistema previsional, laboral e impositivo, el cual también debe ocupar su tiempo y energía política en votar destituciones, acusaciones constitucionales y juicios políticos por corrupción.
En conclusión, si bien LATAM se verá positivamente enfrentado a un periodo de recuperación tanto a nivel macro como a nivel micro, que pudiera impulsar aún más a los mercados accionarios en el corto plazo, los eventos políticos podrían generar incertidumbre en los principales mercados de la región. Sólo nos resta esperar su evolución en los próximos meses dado que el panorama se ve más incierto que en periodos anteriores.