Tú tenías un trabajo donde hablabas por teléfono con la Presidenta y tras dejar tu cargo viviste casi un año de cesantía.
¿Cómo enfrentaste esa situación, en la cual no podías generar un sueldo?
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“Cuando uno llora es porque quiere tener una jubilación de $ 5.200.000, porque uno quiere tener un sueldo de no se qué, porque quiere estar a cargo de algo y yo no quiero eso.”
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[column col=”1/1″] Pero yo hablaba con la Presidenta porque era mi jefa.
La pregunta es ¿cómo en un minuto tuviste buenas posibilidades laborales y luego no te llega nada? ¿Cómo se pasa ese tránsito?
Primero porque todo en mi vida lo he visto como un trabajo, en donde uno está full entregada a mil en lo que uno cree y trabaja al 100%.
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Cuando me pasó eso (la cesantía), que no era la primera vez que me pasaba.
Cuando fui sindicalista y representé a los actores y vino la crisis de Betty La Fea en el Canal 13 y finalmente a mí me echaron del Canal 13.
Me pasé un año absolutamente cesante, sin ningún compañero diciéndome “¿Paulina, que estás haciendo?”.
A mí me echaron y me quedé… y de repente la Cristina Luca me llamó para una cosa de mujeres que hacía y esa fue la única pega que tuve en un año.
Y después apareció TVN que me volvió a llamar…
¿Queda esa sensación de “a mí me iba bien y ahora estoy sin trabajo”?
Es que yo siento que a mí nunca me ha ido tan bien. Creo que quedar sin trabajo es absolutamente entendible y eso me hace enfrentarlo de la mejor manera.
Si te echan por sindicalista, ¿qué vas a hacer? ¿vas a llorar? No, lo hiciste porque tú creías en lo que estabas haciendo, entonces estay ahí cagá, pero con las botas puestas. Te creí el cuento. Esta cuestión la tengo porque me la jugué por algo y que tiene sus costos, tiene sus costos.
Fui ministra, sí, trabajé y me saqué la mugre. ¿Volver a lo mío?, ¿Cómo no me iba a costar? ¿Cómo iba a volver al teatro?, que fue como el empujón de la vida, lo que me iba a costar más y fue lo primero que tuve. Volví a actuar.
Hice “La Amante Fascista”. Me llamó Néstor Cantillana, me siento, me pongo a actuar, hago teatro, claro ¿cómo podía pedir vivir? Era imposible, nadie parte de cero ganando para vivir, para comer.
Obviamente echaron altiro al Augusto de TVN con la llegada del Gobierno de derecha y ahí los dos. Cómo salir de esta cuestión.
Sabiendo que yo no me iba a morir de hambre porque tengo capacidades, porque no le tengo miedo al trabajo, porque no tengo ningún pudor, encuentro que ningún trabajo es indigno, pero lo que me pasó es que yo soy súper creativa, invento miles de cosas, pero nunca tengo inventiva para ganar dinero.
De hecho yo tengo muchas amigas que nos juntábamos y yo les decía “oye, hay que hacer esto”, gente más joven, y me decían “Paulina, no des esas ideas, porque las van a hacer”.
Y yo les decía “¿Cuál es el problema que las haga?” Y me contestaban “pero si es una idea tuya”.
Y eso te refuerza, te sube el ánimo, cómo hay gente que es seca para los negocios, yo soy seca para los proyectos, para trabajo en equipo, entonces ¿cómo me voy a morir de hambre?
No te moriste de hambre, de alguna manera lo pasaron
Sí, finalmente yo siempre he trabajado en esto y siempre ha sido intermitente y precario, y la gracia es que no ando llorando. Cuando uno llora es porque quiere tener una jubilación de $ 5.200.000, porque uno quiere tener un sueldo de no se qué, porque quiere estar a cargo de algo y yo no quiero eso.
Te han ofrecido ser Alcaldesa, Diputada o Consejera regional y tu dijiste “para volver a la política tiene que pasar mucho tiempo”. ¿Pasó mucho tiempo?
No.
Me han ofrecido también ser gestora de centros culturales, etc… Quien sabe, cada cosa aparece en su tiempo.
¿Si hoy te suena el teléfono y es Michelle Bachelet que te invita a ser ministra nuevamente?
¿A ministra? Por ningún motivo.
¿Le cuelgas el teléfono?
No, no. Eso no va a pasar felizmente, porque creo que la política no está para hacer proyectos personales. Tú me estás haciendo una entrevista personal y la política no es eso.
Por eso contribuyo en lo que quieran, desde otros lugares.
¿Pero ni siquiera lo pensarías?
Por ningún motivo. Y considerando que lo que hicimos, que no lo hace uno, con el tiempo cada vez me siento más orgullosa de lo que hicimos.
¿Tú entras al GAM y sientes que pusiste una piedra ahí?
Un orgullo, un orgullo.
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