Por Faustino Vicente
Columnista desde Brasil – Abogado y Consultor
“El mes de septiembre, para nosotros los católicos del Brasil, es el mes dedicado a la Biblia, a partir de 1971. Pero desde 1947, se conmemora el Día de la Biblia el último domingo de ese mes. Septiembre fue elegido el mes de la Biblia porque en el día 30, se conmemora el día de San Jerónimo (nació en el año 340 y falleció en 420 dC).
San Jerónimo fue un gran estudioso de la Biblia y fue el que la tradujo de los originales (en hebraico y griego), al latín, que en aquella época, era la lengua hablada en el mundo romano y usada en la liturgia de la Iglesia. En la actualidad es el único libro que está traducido a casi todas las lenguas del mundo y se encuentra en casi todos los hogares. Posiblemente no lo sepamos, pero la Biblia es el libro más vendido, distribuido e impreso en toda la historia de la humanidad”.
Por otro lado, ISO es una palabra griega que significa igualdad. Fundada en 1947, en Suiza, la ISO (Organización Internacional para la Normalización) es una entidad no gubernamental que edita una serie de Normas Técnicas con requisitos para la Certificación de sistemas de gestión de la calidad.
Su finalidad es la de patronizar y normalizar procesos para mejorar la calidad, aumentar la productividad y reducir los costos, tanto en la producción de bienes como en la prestación de servicios. Millares de empresas, de más de una centena de países, han invertido para la consecución de un Certificado de Calidad ISO, que sea compatible con cualquier tipo de organización.
Para una mayor comprensión de la norma ISO, podemos decir que ella es semejante a la receta de un pastel.
Una de las similitudes que encontramos entre la Biblia y la ISO se refiere al término igualdad. Además del concepto, encontramos en la Biblia una referencia operacional que las empresas, dotadas de excelencia en Gestión, aplican.
Estamos hablando de la construcción del Arca de Noé. La orden de servicio, dada por Dios, trajo todas las especificaciones técnicas: “Haz un arca de tablas de ciprés; en ella harás compartimientos y la calafetearás con alquitrán por dentro y por fuera. De esta manera la harás: de trescientos codos será la longitud; de cincuenta, el ancho; y la altura, de treinta. Harás a su alrededor una abertura de un codo de altura; la puerta del arca la colocarás lateralmente; harás el piso en el arca: uno abajo, un segundo y un tercero” (Génesis 6: 14 a 16).
Llegamos a la conclusión que, religión aparte, los principios de la Biblia pueden ser adoptados en la planificación estratégica de las empresas, contribuyendo para alcanzar así, la excelencia.