Nuevo cuadro político tras las elecciones en España
Por Niko Schvarz
Las elecciones municipales y autonómicas celebradas el 24 de mayo en 13 de las 17 comunidades autonómicas de España modificaron de raíz el cuadro político del país ibérico. Se verificó un notable avance de la nueva formación de izquierda Podemos, a menudo en alianza con otras fuerzas de izquierda, sobre todo en las mayores ciudades y centros de votación, paralelamente a un desplome del gobernante Partido Popular (PP) y un sensible retroceso del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El viejo cuadro bipartidista español terminó, y aparecen muy claras las posibilidades de Podemos de situarse al frente en las elecciones generales del próximo mes de noviembre en España, en una situación similar a la de Syriza en Grecia.
El comentario generalizado coincide, desde ángulos diversos, en que el pueblo español lanzó el domingo 24 de mayo un claro mensaje al gobierno central: la ciudadanía demanda un profundo cambio de rumbo político. La misma idea se expresa con otras palabras en el siguiente comentario: “Las elecciones municipales y autonómicas en España marcan un resquebrajamiento de los rígidos y estables dominios de las fuerzas políticas conservadoras, cuya tendencia inició Syriza en Grecia el año pasado”. En las elecciones de 2011, el partido Popular (PP) liderado por Mariano Rajoy obtuvo mayoría absoluta en 9 comunidades: Madrid, Comunidad Valenciana, Baleares, Cantabria, Castilla y León, Aragón, Murcia, Castilla La Mancha y La Rioja. En las recientes elecciones, no obtuvo mayoría absoluta en ninguna. Más aún; en las recientes elecciones bajó en 13% su porcentaje de votación y perdió casi 2 millones y medio de votos. El PSOE por su parte perdió más de 688.000 votos en las elecciones municipales y más de 486.000 en las autonómicas. Cifras definitivas, con la totalidad de los sufragios escrutados, establecen que la pérdida de votos del PP alcanza 2.418.371. El comentario respectivo añade que en ese cuadro el PP asiste al derrumbe de su hegemonía en Barcelona, Valencia, Sevilla, Coruña y Santiago de Compostela. Con razón atribuye estos resultados catastróficos a haber seguido desde el gobierno la política de austeridad y recortes dictada por Angela Merkel y la troika, y la proyecta a las elecciones generales de noviembre próximo.
Otro comentario destaca que en las urnas municipales y autonómicas el PP y el PSOE juntos apenas han superado el 50% de los votos, “algo inaudito en los últimos 20 años”.
Primavera política en España
Sobre el considerable avance de Podemos, vale la pena considerar las opiniones de su líder y secretario general, Pablo Iglesias, vertidas al día siguiente de la elección en una nota de opinión titulada: “Llegó la primavera política en España: reflexiones de Podemos sobre las elecciones regionales del 24 de mayo”. En un párrafo inicial definitorio señala que “las elecciones de ayer representan un momento crucial del cambio político en España, sin precedentes desde la transición”. Luego explicita en el siguiente párrafo:
“Hay dos elementos que revelan la profundidad del proceso que avanza. En primer lugar, las grandes ciudades han representado una vez más en la historia de nuestro país, la locomotora de la transformación política. Los resultados, tanto de las candidaturas de unidad popular por las que apostamos en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Coruña, Oviedo, Compostela o Cádiz, de Compromís en Valencia, así como los resultados de Podemos en las grandes ciudades en las que también se podía votar en las elecciones autonómicas, son reveladores. Podemos gana en Las Palmas de Gran Canaria, en Parla, en Rivas, es segunda fuerza en Zaragoza, Palma de Mallorca, Santa Cruz de Tenerife, Oviedo, Huesca, Teruel, Fuentelabrada, Gijón y Avilés”.
A renglón seguido examina en detalle la votación en dos centros fundamentales: Barcelona y Madrid. Dice así: “En el complejo ecosistema político de Barcelona, la candidatura encabezada por Ada Colau ha ganado las elecciones en un hecho sin precedentes en la historia política catalana”. Otro comentario a este respecto señala que “se produjo una revolución en Barcelona con el triunfo de la probada e incansable militante Ada Colau”. Agrega Pablo Iglesias: “El caso del municipio de Madrid ha sido insólito pues ha mostrado la pasokización (alusión al Pasok de Grecia, NS) del PSOE en la capital de España. Si en algún lugar nuestra apelación al voto socialista ha funcionado de forma arrasadora ese ha sido Madrid, gracias a una candidata que ha sido capaz de sumar a los apoyos consolidados de Podemos, los de buena parte del electorado socialista, dicotomizando el escenario electoral en la capital”.
En cuanto al futuro de Cataluña, estima que “se plantea un escenario inédito en nuestro país para las elecciones generales (noviembre), en la que la disyuntiva entre continuidad y cambio constituirá el eje de la contienda”.
La conclusión final merece retenerse: “Aunque de manera más lenta de lo que esperábamos y deseábamos, el bipartidismo ha dejado de servir para entender el sistema de partidos en España-El PP y el PSOE han tenido el peor resultado desde la transición. Aunque resisten bien en algunas de las comunidades autónomas menos pobladas, la política española ha dejado de ser cosa de dos partidos”. En ese cuadro, señala la retrogradación que se ha producido en UP y D y en Izquierda Unida.
A su juicio, hay dos elementos que explican los grandes avances electorales de Podemos y de su política de alianzas: la defensa permanente de las clases populares en todos los terrenos reivindicativos, en particular en el problema de la vivienda, contra lo desalojos (desahucios) provocados por las deudas hipotecarias; y la denuncia sistemática de la corrupción imperante en las esferas dominantes, postulando la tolerancia cero en esta materia. Hacia las elecciones generales de noviembre, se proponen que Podemos no sea un partido más, sino un instrumento abierto a la participación de todos aquellos que apuestan por el cambio.
En el próximo período habrán de elegirse los principales cargos de dirección en las comunidades, y Podemos podría gobernar en coalición con otras fuerzas progresistas las comunidades autónomas de Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Valencia, Extremadura e incluso Madrid, en todos las cuales ha obtenido excelentes resultados. Pero en muchos de estos centros deberá sobreponerse a las maniobras que se están urdiendo para impedir su acceso a los cargos de dirección. Madrid es un caso notable en este sentido. El PP ha llegado incluso a proponerse votar al candidato de su eterno rival, el PSOE, con tal de que no salga electa la candidata de Podemos. En concreto, la candidata perdidosa del PP en Madrid, Esperanza Aguirre, ofreció entregarle los votos nada menos que para la alcaldía de Madrid al candidato del PSOE, Antonio Carmona, que obtuvo solo el 15% de los votos y 9 de los 57 ediles, para impedir que Manuela Carmena (candidata de “Ahora Madrid”, la cara visible de Podemos, con el 32% de los votos y 20 ediles) sea la próxima alcaldesa de la capital española. Esperanza Aguirre ha declarado sin ambages que “mi objetivo es frenar a Podemos”. Esta maniobra está siendo resistida desde el interior mismo del PSOE, por parte de sus tendencias de izquierda, como Izquierda Socialista, que están promoviendo incluso una alianza extendida con Podemos y otras corrientes de izquierda. Todo esto configura un escenario muy dinámico, en que no está dicha la última palabra, ni mucho menos.
Tanto es así que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, abrirá una ronda de contactos con los dirigentes territoriales de su partido para analizar el nuevo escenario político, y tiene previstos intercambios de opiniones con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y también con Albert Rivera, de Ciudadanos, una formación de derecha que obtuvo el 6,55% de los votos. Por su parte, Izquierda Unida (IU) aspira a no mantenerse al margen de este proceso, y su líder Cayo Lara manifestó que “nos sentimos parte del cambio que se ha producido en el país para derrotar a los gobiernos del PP”. IU obtuvo el 4.76% de los votos.
Otro hecho importante es que desde Podemos se han efectuado llamamientos varios a estudiar la realidad de los gobiernos progresistas de América Latina y a examinar sus experiencias positivas en un conjunto de países. Por otro lado, como dijimos, la actividad política de Podemos se enlaza con la de Syriza en Grecia, en el esfuerzo por construir una Europa alejada de la plaga del neoliberalismo y de los sufrimientos deparados por la aplicación a rajatabla de las políticas de austeridad. La lucha a brazo partido que está librando en estos días el gobierno de Syriza conducido por Alexis Tsipras contra el bloque conformado por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional es la mejor prueba de este aserto.