- Las personas mayores tienen disminuida la percepción del reflejo de sed, por lo que el déficit de líquidos en el organismo, puede generar varias consecuencias. Especialista U. San Sebastián lo explica.
La imagen de la canciller alemana Angela Merkel, temblando sin poder controlar el cuerpo en pleno acto público, levantó una serie de sospechas respecto a su salud.
La líder esgrimió que la causa de su malestar se debió a una deshidratación “la cual se asocia a una disminución del sodio en el organismo producto de la baja ingesta de líquidos.”, explicó Carolina Barrientos, especialista en salud del adulto mayor y académica de Enfermería de la U. San Sebastián.
Pero ¿cómo una deshidratación puede provocar esos síntomas?
La docente USS comentó que a diferencia de los niños, las personas mayores no sienten el reflejo de la sed tan intenso, por lo que es más fácil deshidratarse.
Eso sumado a las “altas temperaturas, exposición directa al sol como le ocurrió a la mandataria alemana y la pérdida de líquido por sudoración, desencadenan episodios de deshidratación que pueden derivar en mareos y confusión”.
Si bien en las personas sanas, una baja ingesta de líquidos no conlleva un riesgo inmediato porque existen mecanismos corporales que permiten compensar la situación, las personas mayores son especialmente susceptibles a estos episodios, dice Barrientos.
Precauciones
- Ingerir 1 a 1.5 litros de líquido al día
- Considerar que ante situaciones de estrés las necesidades de ingesta hídrica se incrementan.
- Utilizar gorros, sombrillas al sol para protegerse, así como ropa ligera
En invierno, tampoco se debe descuidar la ingesta de líquidos. “Los requerimientos del cuerpo siempre van variando, por lo que es necesario mantenerse hidratado para favorecer las funciones fisiológicas corporales”, destacó la académica USS.