Señor director:
Con cada vez más fuerza, el patrimonio se ha ido instalando como parte de las demandas de la agenda social en nuestro país.
Ejemplo de ello, es que la sociedad chilena ha reaccionado en forma crítica frente a la construcción de un mall en Castro, en medio de una arquitectura única en el mundo, cuando se observa el deterioro en Valparaíso o si se levanta la torre más alta de Latinoamérica, irrumpiendo un skyline modesto, pero que no altera las vistas a la cordillera. En estos y en otros casos, hay un hilo conductor ligado al valor que le damos a un conjunto de valores, que se encuentran materializados en edificios históricos, territorios y paisajes naturales.
Y es que nos encontramos frente a un tema que, en su concepto más esencial es puramente social: el patrimonio está estrechamente ligado a una valoración social e institucional de bienes materiales e inmateriales, naturales y antrópicos que identifican a un grupo humano.
Como investigador de paisajes de barrios patrimoniales y ciudadano, alienta saber que el patrimonio es un tema nuevo de esta masa crítica. Es muy importante contar con una sociedad civil sensible en todas las materias que inciden en la calidad de vida y en este caso el patrimonio, pues estamos en un país en que este tipo de valores, tan esenciales, fortalecen nuestra identidad, quedan a merced del pulso del mercado y su demanda, habiendo una escasa regulación que resguarde nuestro patrimonio, que es una pieza fundamental en el desarrollo de una nación.
Por Pablo Soriano
Investigador Instituto del Patrimonio Turístico
Universidad Central.