Tomado de Dypia
*Ilustraciones por Antonia Rosello Rodríguez
El acoso callejero es una forma de violencia de género aún no reconocida en Chile y en muchos otros países de América Latina. ¿Cuántos de nosotros, congéneres varones, no hemos sabido de alguna mujer cercana -madre, hermana, polola o amiga- que se ha visto afectada por situaciones desagradables ocurridas en espacios públicos?
María Francisca Valenzuela es Licenciada en Sociología de la Universidad de Chile, pero además es la fundadora del Observatorio Contra el Acoso Callejero (OCAC). Ella, junto a otras tres amigas, se unieron para combatir este tipo de prácticas y crear conciencia sobre el impacto sicológico negativo que éstas producen no sólo en mujeres, sino que incluso en hombres homosexuales y transgéneros.
“El acoso callejero es un práctica no deseada que genera sensaciones de rechazo, rabia, y vulnerabilidad, entre otras. Si bien existen mujeres que consienten -e incluso les gustan- actos como los piropos, la gran mayoría nos sentimos vulneradas y violentadas, pues nos crea una sensación de miedo e inseguridad constante”, explica la socióloga.
El OCAC entiende el acoso callejero no sólo como los piropos. Va desde silbidos, ruidos, alusiones sexuales al cuerpo de la mujer y tocaciones –ya sea en la vagina, senos o trasero- hasta acercamiento intimidante, seguimiento, “punteos”, exhibicionismo y masturbación pública.
En Dypia conversamos con María Francisca y elaboramos una lista con algunos de los mitos más comunes al respecto. Como para que tomemos conciencia y acabemos con este tipo de prácticas que tanto daño hacen a las mujeres en espacios públicos.
1. “Sólo a las bonitas les pasa”
“Es una forma de acoso que sufren todas las mujeres, sin importar si se tienen o no cánones estéticos considerados bellos. No importa si es gorda o flaca, alta o baja, rubia o morena; a todas alguna vez le ha pasado”.
2. “Es una cosa de mujeres jóvenes”
“Es transversal a todas las edades. Según las experiencias que nos han llegado, muchos casos implican a mujeres adultas y de la tercera edad”.
3. “Si el hombre es guapo es bien recibido”
“Este es uno de los mitos más comunes. Al ser el acoso una transgresión -y un acto no deseado- es irrelevante el aspecto físico de la persona, lo que importa es la vulnerabilidad a la que exponen a la mujer. Además, el aspecto de una persona no influye en el grado de violencia que puede llegar a ejercer”.
4. “Si hay mucha ropa no sufres acoso”
“Los relatos que hemos recopilados demuestran que no importa si estás tapada totalmente: ocurre en verano y en invierno, se use short o abrigo. Es una forma de acoso que no discrimina la vestimenta”.
5. “Ellas tienen la culpa por provocar”
“En el mismo sentido que el anterior, pero al revés: se suele culpar a la víctima cuando sufre algún tipo de agresión, pues estarían provocando a sus acosadores. Las mujeres son libres de poder vestirse como quieran, de actuar coquetamente, de mostrar su cuerpo y no por eso alguien tiene el derecho a decirle o hacerle algo”.
6. “Los casos graves son poco usuales”
“Ya ni siquiera es poco común que a una mujer la hayan tocado en la calle o que haya sido víctima de exhibicionismo. Lo preocupante es que sea catalogado como algo normal y sea un acto naturalizado cuando no debería serlo”.
7. “El piropo no es violencia”
“Al ser una conducta -por lo general- no deseada, el piropo es una opinión que no se ha pedido y que transgrede el espacio del otro. Esto configura una forma de violencia que ocurre sobre todo en aquellos casos donde se usa una connotación sexual muy fuerte, al borde de casi cometer una violación con palabras”.
8. “Es derecho a libre expresión”
“Se suele afirmar que tirar un piropo es derecho a libre expresión, pero en realidad al no ser deseado pasa a violar otro derecho, que es el derecho al libre tránsito. Por lo tanto, defender la libre expresión en estos casos es privilegiar el ‘derecho’ de muchos hombres sobre otro derecho que no se les está resguardando a las mujeres”.
9. “Es una forma de coqueteo”
“El acoso callejero se caracteriza por ser un tipo de violencia muy particular, en la cual el agresor no tiene ningún tipo de vínculo con la víctima. En casi todos los casos, el agresor tampoco busca llegar a generar ese vínculo, no busca coquetear y tampoco tiene como fin emparejarse, simplemente busca ejercer algún grado de acoso y nada más. ¿Acaso alguna vez alguien escuchó que ante un dicho grosero alguna mujer dijera ‘hola, muchos gusto, conozcámonos’?”.
10. “El chileno es así”
“Casi poniéndolo como un rasgo natural, idiosincrático y hasta picaresco del hombre chileno, se piensa que los acosadores callejeros que se dedican a piropear existirán siempre porque sería parte de su naturaleza, cuando en realidad corresponde a una conducta cultural que fue aprendida y que, por lo tanto, es modificable. Podemos ser una sociedad mejor”.
ajajajaj jamas había leído tanta basura junta … Les podría desmentir mas de la mitad de los puntos que dan , pero se que ante mentes tan cerradas e ideológicamente polarizadas, intercambiar ideas será solo una perdida de tiempo. La ideología de género es un asco.