Por Christian Nicolai
Decano de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, U.Central
En Chile, industrias como la minería cuentan desde hace varios años con tecnologías de automatización en diferentes áreas de su proceso. Para otros rubros, está llegando, como en supermercados y bodegas, y en otros llegará como un desafío importante e inevitable de cara al rol futuro de los colaboradores que forma parte de sus nóminas.
Aquellos trabajadores que se desempeñan en tareas repetitivas, monótonas y/o rutinarias son los que presentan mayor riesgo de ser reemplazados por robots, pero hoy con la Inteligencia Artificial y la capacidad de cómputo, también hay riesgo para aquellos que toman decisiones sobre el análisis de mucha información. Un estudio del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CLAPES) de mayo de este año, estimó para Chile un promedio de automatización en el empleo superior al 40%.
Se ha señalado que, contrario a lo negativo que pudiese parecer, es sin duda una oportunidad para el aprendizaje y la especialización; desarrollar nuevas habilidades a través de planes de capacitación y formación, que entregue las herramientas necesarias para quienes hoy por hoy ocupan cargos susceptibles de desaparecer.
Sin embargo, la realidad nos llama a prever con realismo la problemática de los trabajadores, en efecto, según la encuesta de empleo del INE, del trimestre mayo – julio de 2019, el 44% de los ocupados tiene completa su educación secundaria y un 18% sólo primaria o menos. Ante este escenario, ¿cuál sería la solución? ¿contamos actualmente con una estructura lo suficientemente robusta para hacernos cargo?
En la formación de personal calificado, le compete un rol relevante al Estado, a través de las políticas públicas de formación continua o capacitación laboral, las que deben considerar una formación ascendente en las dimensiones de conocimientos, competencias y habilidades necesarias. Desde luego, la academia también tiene mucho que aportar a aquello, al igual que los distintos actores de las industrias. Pero sin duda, los andamios que den estructura a este nuevo desafío país, deben ser instalados por el Estado y esa discusión es una tarea pendiente.