Por María Lorena Rossel Castagneto.
Directora de la Carrera de Derecho, Universidad de las Américas Sede Viña del Mar.
Doctora en Derecho.
En los últimos días nos hemos enterado de los detalles del secuestro, violación y asesinato de Pascale Alvarado en Quintero. Este caso llama la atención por la brutalidad del homicidio de una joven de 17 años, pero, además, porque la desaparición de la adolescente se produjo hace 9 años y, a pesar de que en el expediente había indicios de quiénes eran los supuestos responsables del hecho -entre ellos una confesión-, el caso fue archivado en 3 oportunidades, incluso después de dicha declaración. Entonces, ¿quién protege a las víctimas de delitos en el proceso penal?
Según el Código Procesal Penal y la Constitución, el Ministerio Público tiene el deber de dirigir la investigación y de proteger a las víctimas en todas las etapas del proceso penal. A parte de las medidas de protección que puede impetrar a su favor, este debe entregarles información acerca del procedimiento, sus derechos y cómo ejercerlos y tiene el deber de escuchar a la víctima antes de solicitar o resolver la suspensión del procedimiento o su terminación por cualquier causa.
Esto contrasta con lo que viven las víctimas en el proceso penal que, si bien son consideradas intervinientes de la causa, sienten que son excluidas por el sistema y que incluso las instrumentaliza para cumplir con los fines del proceso.
Aunque el nuevo sistema procesal penal, que se instauró en Chile progresivamente a partir del año 2000, reconoció un conjunto de derechos a favor de las víctimas acorde a los instrumentos internacionales vigentes, que dicen relación con la reparación, la protección, la información y la participación, las víctimas siguen siendo relegadas a un lugar secundario en el proceso.
El caso de Pascale llama la atención por su crueldad, pero también por la desidia de quienes tienen a su cargo una función tan trascendental como la de asegurar el acceso a la justicia de las víctimas de crímenes tan horrendos. Es de esperar que la justicia llegue ahora para Pascale y para su familia.