El Frente Amplio es una acción alternativa de fuerzas con sensibilidad social ubicable a la izquierda del espectro político, cuyos perfiles ideológicos se definen más por la frustración que por la innovación.
Por Hernan Narbona Veliz
Periodismo Independiente @hnarbona
Porque corresponde a sectores amplios, pero dispersos, de lo que fueran las fuerzas por la recuperación democrática en Chile, con claros proyectos de sociedad opositores al neoliberalismo y al capitalismo depredador y salvaje implantado en dictadura y administrado, cínica, obsecuente e inmoralmente por la Concertación y sus élites, coludidas y compradas por el sistema.
El Frente Amplio está surgiendo a partir de pérdida de legitimidad de la política, a raíz del destape de casos extendidos, profundos y transversales de corrupción, donde el robo, el saqueo, el cohecho, el enriquecimiento ilícito, el aprovechamiento del Estado para mantener feudos de poder, prevaricando, favoreciendo a los parientes y compadres, este verdadero tsunami de corrupción, ha tumbado la política a niveles jamás imaginados.
El duopolio ha tratado de empatar. Pero es patético comprobar la debacle ética que conlleva este streeptease que tiene a los políticos tradicionales desnudos en la plaza pública, con sus inmundicias a la luz del día, tratando de competir en quien ha sido peor.
Es el escenario de decaimiento que se aprecia en Chile y que este año 2017, electoral, ha entrado a ribetes increíbles. En febrero la ofensiva de la coalición gobernante fue la campaña en contra de Sebastián Piñera, quien es investigado por negociaciones incompatibles realizadas a través de su fideicomiso “tuerto” de Bancard, precisamente en el Perú, invirtiendo en empresas pesqueras y de la minería que se ubicaban en los territorios que Chile mantenía en disputa con el Perú.
Una acción de este nivel, podría, en apreciación de ética pública, perfilar un ilícito de traición a la patria, más allá de la acción económica impropia, por haber sido realizada por un Jefe de Estado, que tuvo información privilegiada de un conflicto territorial con un país vecino, terminando con inversiones bajo su control en ese país, en la misma zona en disputa ante el Tribunal de La Haya.
Al trasluz de los hechos que los medios han informado, Piñera estaría quizá liquidado como candidato presidencial en función de una conducta reñida con la ética pública, por la mezcolanza que ha hecho de la política y los negocios, con ese “todo vale” que lo marcó desde que Ricardo Claro le encomendara una misión de negocios y Piñera se apropiara personalmente de esa veta de las tarjetas de crédito, que había explorado por encargo y mandato de Ricardo Claro.
Desde el mismo Chile Vamos, se han escuchado voces censurando la torpeza ambiciosa de Sebastián Piñera y ha sido principalmente el manifiesto del Senador Manuel Ossandón que desde una visión republicana democrática, ha destruido este mes la reprochable conducta de Sebastián Piñera, lo que lo invalidaría como candidato, aunque las encuestas hasta ahora lo daban como el más auspicioso. Sin embargo, lo que deja en el tapete el Senador Ossandón es un desafío de la derecha de validarse con un mensaje de recuperación ética, eliminando las malas prácticas, lo cual no deja de tener sentido práctico, porque se acerca con empatía a un sentir ciudadano mayoritario.
Podría decirse, como corolario de los primeros dos meses del 2017 que la Nueva Mayoría habría “ganado” en su campaña demoledora en contra de Sebastián Piñera. Pero la realidad es que del lado propio del gobierno y la Nueva Mayoría, la situación ha ido de mal en peor.
La continuidad de hallazgos de corrupción nos mostró en Febrero un Estado fallido, con la actitud irresponsable de la Conaf y la Onemi frente a la incendios forestales, la demora en autorizar el avión Super Tanque que venía a ayudar en la emergencia; el destape del Cartel del Fuego, donde empresas españolas mantenían jugosos contratos oligopólicos con la Conaf y el Estado; el hecho de mantener el subsidio forestal y darle a las empresas forestales gigantescos recursos para seguir en las mismas plantaciones criminales que devastaron la mitad de Chile. Hay una impronta ciudadana: no podemos aceptar que nos sigan destruyendo como país.
Los medios oficiales quisieron tapar los hechos con la farándula festivalera y allí les salió otro tiro por la culata, porque los valientes humoristas fueron “voz de los que no tienen voz” y le enrostraron al sistema su inmundicia, pusieron en vitrina internacional la corrupción en el Ejército con los fondos reservados de la Ley del Cobre, gastados en los casinos de juego y en autos de colección. Y cuando querían pasar febrero colados, se vienen los aluviones, de nuevo una inoperancia para reaccionar al pronóstico del tiempo, de nuevo no avisar, la incapacidad de parar la transmisión festivalera para dar la noticia de prevención temprana. El resultado, más muertos por desprotección del Estado, bajo la irresponsabilidad de los burócratas de turno.
Tan grande ha sido el desastre mediático en la Nueva Mayoría, que extrañamente se suspendió la Encuesta Adimark de Febrero. Quizá, es lo que piensa la mayoría, venía tan, pero tan mala, para Piñera como para el gobierno, que para no ser autoflagelantes la suspendieron, recurriendo a la mala memoria de los chilenos. Por eso, Febrero no se debe olvidar.
En este contexto, se sumó el nombramiento de Javiera Blanco como Consejera del Consejo de Defensa del Estado, la no autorización del gobierno de Cuba al ingreso de Mariana Aylwin, el rasgar vestiduras del ala conservadora del Partido Demócrata Cristiano, que busca el punto y momento para abrirse de una coalición en coma inducido. El Partido Comunista se ha refugiado detrás de Michelle Bachelet, mientras se le exige desde la ciudadanía dar cuenta de la quiebra de la Universidad ARCIS. En paralelo con esta disputa a muerte entre PC y PDC, a la Nueva Mayoría se le aparece marzo, con el mensaje perentorio de SERVEL, en términos de un reempadronamiento exigente que difícilmente los partidos podrán cumplir.
A la democracia tutelada por la Constitución de Pinochet, que tiene su Tribunal Constitucional como filtro de blancura, se agrega ahora, vía reglamento de los Partidos, exigencias de padrones actualizados que se han convertido en la espada de Damocles para quienes han hecho uso y abuso de estos instrumentos, como feudos de poder, excluyentes de los independientes, como un verdadero oligopolio.
En el clima descrito, se movilizan las fuerzas progresistas, sin todavía una plataforma de mínimo consenso que les dé coherencia, pero todos tratando de pechar para validarse en este conglomerado que aspira a representar esa masa de abstención que llega al 70% de la ciudadanía. Avanzar en esta conversación es el desafío y llegar con un resumen claro para abril una meta complicada.
El Frente Amplio tiene un gran ejemplo en el Pacto Democrático de Valparaíso, que posicionó a Jorge Sharp y que lucha hoy contra las zancadillas del gobierno central y de la máquina enquistada que dejó el UDI Jorge Castro en el Municipio. Impedir éxitos en la gestión comunal de Valparaíso es frenar también la influencia de este movimiento en el resto del país.
Y es en esta apertura desde las bases, desde la frustración de quienes se sienten traicionados y estafados por la izquierda con fin de lucro, esa élite que se tomó la Concertación y después cambió de nombre, pero profundizó sus malas prácticas, que se empieza a formar el Frente Amplio, parafraseando al movimiento exitoso de Uruguay. Pero, el gran pero, lo que falta es ubicar un líder, un nombre aglutinante, que traduzca ese perfil republicano, de decencia y de compromiso por premisas de Estado, que corte lazos con los grupos de poder, que abra espacios para que la clase media vuelva a la vida cívica, votando en las próximas elecciones.
Están las voluntades de un 70% que hasta ahora se abstuvo. Votar ¿pero por quién hacerlo?
Muchas guaracas para un trompo. Luis Mesina, líder del Movimiento No Más AFP ha ganado un puesto de vanguardia por las movilizaciones realizadas. El Sociólogo y panelista Alberto Mayol se ha declarado disponible y tiene la adhesión de los jóvenes. Están el Partido Humanista, la Izquierda Autónoma, Revolución Democrática, el Movimiento de los Indignados, Grupos contra las inmobiliarias, resumen, descontento transversal ¿Se está reconstruyendo lo que en los 80 fuera la Asamblea de la Civilidad?
Para que eso se diera, en la convocatoria del Frente Amplio debieran sumarse los Colegios Profesionales, las Federaciones de Estudiantes, los Sindicatos, la ANEF y la CUT. Respecto a la CUT, el Partido Comunista ha jugado en la Nueva Mayoría un rol de amortiguador de las presiones sociales, apelando a un discurso de conformismo con lo poco que se ha hecho, dejando de lado su ímpetu histórico por un cambio democrático real. El costo de este pragmatismo por una cuota de poder le restará legitimidad al PC y sus bases le pasarán la cuenta, pues muchos de sus militantes y simpatizantes migrarán, seguramente, a la opción que estaría abriendo el Frente Amplio.
Desde el rol de Periodismo Independiente y como hombre de Estado, he propiciado que la discusión para formar el Frente Amplio se delimite a ciertas ideas fuerza que, como compromiso básico y aglutinante, sea la plataforma para aunar y converger.
Eliminar los mesianismos, las zancadillas, las pretensiones de llegar al poder para conseguir pegas, es decir funcionar con una mística de humildad y de ética en la política, resultaría a mi juicio un discurso convocante para la gente decente de este país, la que no está en el circuito perverso del populismo, de los operadores políticos, de los lobbistas inescrupulosos. La Convergencia Ciudadana se está construyendo y desde las comunidades de base hay un sentimiento de colaboración, un ánimo de recuperar país, un agobio, pero al mismo tiempo una esperanza.
Correr riesgos es necesario. La reacción de la oligarquía, la plutocracia y sus peligrosos socios internacionales, pueden determinar que ya la democracia representativa no les sirve y, en forma pragmática, podrían derivar al restablecimiento de un régimen autocrático, levantando en forma más descarada, una nueva dictadura. Hay ultraderecha funcionando. Son los riesgos. Hacerlos explícitos es parte del análisis, para actuar con madurez y sin voluntarismo, pero también sin cobardía ni servilismo.
Son los desafíos ciudadanos para este período crucial. Los vectores de poder seguirán moviendo piezas. Los ciudadanos desde las catacumbas del reino, seguiremos construyendo comunidad, confianzas.
El Frente Amplio viene y el hecho de que aparezcan muchas guaracas para el trompo, habla positivamente de la pluralidad que debe reflejar este movimiento político, sin prejuicios generacionales, sin fundamentalismos ideológicos. Con un compromiso fuerte contra la Corrupción. Por la Ética en la Política y los Negocios.