Por Kenneth Bunker
Académico U.Central
“Chica comunista”, así se refirió la candidata DC, Carolina Goic, a Karol Cariola, Jefa de Comunicaciones de Alejandro Guillier. Esta, por lo general intrascendente, declaración comenzó una batahola de proporciones que aparentemente dejó a los dos bandos en la situación política más delicada desde el comienzo del ciclo electoral. Hay al menos dos teorías que esclarecen el comienzo del conflicto y por qué probablemente seguirá.
Una teoría es estructural y apunta a las razones ideológicas que utiliza la DC para fundamentar su decisión de llevar a su candidata a la elección presidencial y levantar una lista parlamentaria propia. Esta idea tiene sentido porque la DC busca instalarse en un espacio de centro que solo podrá ocupar desplazando a Guillier y el bloque progresista hacia la izquierda, algo que es primordial para sus aspiraciones.
Lo anterior explicaría por qué la reacción del bloque progresista no se hizo esperar. El espacio de centro que clama la DC es tan importante para Goic como para Guillier. Es un nicho de votantes críticamente funcional para cumplir con los objetivos primarios. En el caso de Goic, implica tener una presentación digna en la elección, mientras que para Guillier significa poder pasar a segunda vuelta y derrocar a su principal adversario.
No necesariamente es la mejor estrategia, pero a estas alturas parece ser la única. Goic está obligada a polemizar con Guillier para poder diferenciarse. De hecho, esta teoría no solo permite haber anticipado las declaraciones de Goic, pero además incrementa la probabilidad de que situaciones similares sigan ocurriendo. El desembarco del camarada Burgos en su campaña es evidencia de aquello.
Una segunda teoría es coyuntural y apunta a motivos estratégicos que utiliza la DC para contrarrestar el efecto negativo de no participar en las primarias que, entre otras cosas, considera una franja televisiva de alcance nacional. Tiene sentido, dado que es probable que la ya débil posición de Goic se vea aún más afectada al saltarse las primarias. Si no mete ruido arriesga ser sepultada por la avalancha de propaganda de los demás candidatos.
El objetivo central de Goic es darse a conocer. Es la única forma de aumentar en las encuestas de intención de voto. Si la gente no la conoce, no va votar por ella. Y qué mejor forma de darse a conocer que por medio de la polémica artificial. A veces la polémica es mal evaluada por la ciudadanía, pero siempre es cubierta por los medios (sobre todo en ciclos electorales). En este sentido, es el camino más rápido y seguro para tratar de nivelar la cobertura.
Por ello, se puede esperar que el conflicto entre la DC y el bloque progresista se mantenga. De hecho es probable que este tipo de polémicas aumenten a medida que aumente la presencia de los candidatos rivales en los medios. Por cierto, a esta altura del partido pareciera que generar conflictos artificiales es la única forma para compensar por la mala decisión de no participar en el proceso de primarias.
Ambas teorías son plausibles y complementarias. Es probable que Goic y la DC actúen tanto por razones ideológicas como por motivos estratégicos. El problema que queda por resolver es si los conflictos artificiales serán suficientes para poder solucionar el problema de fondo. La evidencia parece indicar que no, que la suerte está echada y que ni Goic ni la DC obtendrán el resultado que añoran.