¿Cuánto dura la felicidad de las personas?

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)

“No existe  medicina alguna capaz de curar todo lo que sana la felicidad” (Gabriel García Márquez, escritor y novelita, ganador del Premio Nobel de Literatura)

No obstante que la felicidad tiene muchas definiciones, a menudo se la describe como un estado que involucra emociones positivas y satisfacción con la vida, a raíz de lo cual, una de las definiciones que más aceptación tiene es la siguiente: “La felicidad es un estado emocional que se caracteriza por sentimientos de alegría, plenitud y satisfacción personal”.

Otra definición que viene a complementar la anterior es la siguiente: “La felicidad es la sensación de bienestar y realización que experimentan las personas cuando alcanzan sus metas, deseos y propósitos, condición que permite a las personas alcanzar un equilibrio entre la salud corporal, mental y social”.

Sin embargo, una pregunta recurrente que ronda en la cabeza de los científicos e investigadores en torno a este importante tema es “¿Cuánto dura la felicidad del ser humano?”.

Algunas respuestas al respecto de la felicidad y su duración se obtuvieron por intermedio de una investigación realizada en Alemania con la participación de 120.000 hombres y mujeres de entre 16 y 60 años, a quienes un grupo de investigadores alemanes, ingleses y franceses les hicieron un seguimiento por 19 años, durante los cuales les aplicaron una serie de encuestas y test de medición de manera regular con la finalidad de verificar cómo evolucionaba y era percibido el concepto de felicidad a medida que pasaba el tiempo.

Ahora bien, sin que importe mucho si el suceso o evento a considerar es casarse, tener un hijo, obtener estabilidad económica o conseguir un ascenso en el trabajo, el hecho es que los diferentes acontecimientos que ocurren en la vida de las personas traen felicidad y, sin embargo, no duran para siempre. Tienen, incluso, un tope de años de duración. Lo mismo sucede con los acontecimientos negativos de la vida: la desdicha o la infelicidad también desaparecen con el tiempo.

Y este “plazo” –o tope de tiempo– está determinado, principalmente, por los rasgos de personalidad de la persona, así como por factores genéticos. Con esta idea en la mente, un grupo de psicólogos y economistas llevaron a cabo una investigación aplicando una serie de encuestas y test de medición de manera continua a 120.000 participantes durante 19 años, descubriendo que los diversos acontecimientos de la vida, así como distintos sucesos o eventos de carácter económico afectaban, efectivamente, la felicidad de las personas –ya sea aumentándola o disminuyéndola–, pero que siempre se regresaba a un nivel previo de felicidad.

Los datos obtenidos de la muestra de los 120.000 participantes fueron separados en seis sucesos distintos: (a) matrimonio, (b) nacimiento de un hijo, (c) divorcio, (d) viudez, (e) desempleo, y (f) ser despedido, donde a cada una de las personas se les midió su percepción de felicidad y satisfacción con la vida a través de una escala que iba de 0 a 10, siendo 0 muy infeliz y 10 muy feliz.

El análisis subsiguiente corroboró que “el proceso psicológico de adaptación a las nuevas circunstancias –fueran positivas o negativas– era fundamental en el ser humano”.

Una de las grandes sorpresas fue que el aumento de la felicidad obtenida por el nacimiento de un hijo decae luego de que el menor cumple dos años, en tanto que la dicha por contraer matrimonio dura entre tres y cinco años después de la boda. Algo similar acontece con el efecto de la pena, luego de experimentar acontecimientos traumáticos tales como la viudez o el divorcio.

Ahora bien, la capacidad de adaptación o de acostumbramiento a los diferentes acontecimientos de la vida puede convertirse en un arma de doble filo, ya que por un lado es posible disfrutar de un suceso bueno o positivo, pero la persona también se acostumbra a ello y termina perdiendo la felicidad luego de transcurrido un tiempo. Por otro lado, el proceso de adaptación resulta muy útil para efectos de poder afrontar acontecimientos de carácter doloroso o traumático.

De acuerdo con que señala el Dr. Yannis Georgellis, profesor de la London School of Management, conocido por sus investigaciones acerca de la felicidad, adaptación y bienestar de las personas y uno de los autores del estudio publicado en la revista The Economic Journal, “los seres humanos son muy adaptables a las circunstancias cambiantes, lo que quizás tiene que ver con el proceso de selección natural”.

Lo anterior implica que los intentos de las personas por mejorar, por ejemplo, su situación económica, sólo podrían tener un efecto transitorio en la felicidad de las personas, a raíz de lo cual, el dinero no podría ser considerado como “una panacea universal” para el bienestar personal de la gente a largo plazo. Digamos finalmente, que alcanzar la felicidad plena no es nada fácil y depende de muchos aspectos, entre los cuales están el tipo de experiencias vividas, el cerebro del sujeto, la carga genética heredada y el tipo de personalidad de cada individuo, entre otros factores. Sin embargo, si queremos estar más cerca de lograr la felicidad, los expertos coinciden en que la felicidad absoluta y permanente en una meta imposible de alcanzar, de modo que lo recomendable es “concentrarse en saborear plenamente la felicidad por un rato y mientras dure”.

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