Por Dr. Eliseo Lara Órdenes
Director Pedagogía en Educación Media
Académico Doctorado Educación y Sociedad
Universidad Andrés Bello
Actualmente existe un déficit de profesores en el Mundo, donde Chile proyecta la necesidad de 30 mil docentes en unos pocos años más. En ese escenario son múltiples las propuestas que se han implementado para incorporar más docentes a la formación, pero son pocas las acciones que se vuelcan a la retención de los profesores y profesoras en ejercicio. Es así como creemos necesaria una ley que establezca ayuda psicológica a los y las docentes que lo requieran. El agobio no es el único problema que están enfrentando nuestras docentes en el país, los maltratos de estudiantes, apoderados y situaciones emocionales producto de la violencia en el hogar que viven los y las estudiantes, son parte de los relatos que a diarios escuchamos quienes investigamos a los y las docentes del país. Hoy urge establecer recursos que apoyen el bienestar psicológico de nuestros docentes como una medida de retención y de apoyo a su labor, sobre todo en aquellos casos donde el Índice de Vulnerabilidad Escolar supera al 60%
La violencia física que sufrió el colega de San Ramón y las múltiples situaciones que se viven a diario en los establecimientos escolares es algo para lo que ningún profesional está formado, y el impacto psicológico que estos hechos tienen no se han medido a cabalidad. Formar docentes no es un costo menor para el país, retener a los buenos y buenas profesoras no se logrará tampoco simplemente subiendo un porcentaje los sueldos, sino que se necesitan medidas más avanzadas de resguardo de la labor docente, y un plan de contención y apoyo psicológico especial, podría ser una solución inmediata si la voluntad es mejorar la calidad educativa.