Por EQUIPO GV/fuente. CIPER-Chile
Poco le duró la calma al ministro de Justicia, José Antonio Gómez, en su rol como vocero subrogante de La Moneda. El lunes 9 de febrero, tan sólo una semana después de haber asumido temporalmente la representación mediática del gobierno, tuvo que enfrentar la primera crisis de la administración Bachelet en 2015: el millonario y polémico negocio inmobiliario que el viernes 6 de febrero reveló la revista Qué Pasa y que involucra al hijo mayor de la Mandataria y director del área sociocultural de la Presidencia, Sebastián Dávalos Bachelet y a su esposa Natalia Compagnon. Frente al micrófono y las cámaras, Gómez blindó a Dávalos y aseguró que no hay nada irregular tras las gestiones realizadas por la pareja, cuando Bachelet era candidata, para obtener un crédito por más de US$ 10 millones con el Banco de Chile a favor de Caval Ltda., la sociedad donde Compagnon es socia y Dávalos era gerente de Proyectos. El ministro fue enfático al señalar que ninguno incurrió en tráfico de influencias, que en las operaciones cuestionadas no hay recursos fiscales involucrados, y que todo el proceso ha sido transparente. Y agregó:
“Como existe de parte del señor Dávalos y del gobierno la necesidad de transmitirle a los chilenos la absoluta transparencia, el señor Dávalos va a hacer su declaración de intereses. Por lo tanto, se va a clarificar hasta ese nivel; sin tener obligación legal lo va a hacer, porque le interesa la transparencia y a este gobierno también le interesa la transparencia total”.
Cuando Dávalos entregue los documentos con el detalle de sus intereses y su patrimonio a la Contraloría, se transparentará también un vínculo comercial hasta ahora desconocido que lo ligan a él y a su madre, la Presidenta Bachelet, con José Antonio Gómez, el ministro que salió a defenderlo públicamente.
El punto donde los tres nombres se intersecan es una dirección: Julia Bernstein 447, en La Reina. Es en ese condominio, en la casa B, donde vive Sebastián Dávalos desde marzo de 2011, cuando le compró la vivienda a la sociedad Inmobiliaria y Constructora Las Canteras en 5.000 UF (cerca de $107,8 millones). Ahí también vive Michelle Bachelet, en la casa F, quien compró a la misma empresa inmobiliaria en enero de 2007 a un valor de 7.500 UF (unos $137,5 millones). Gómez, como dueño del 50% de la sociedad Las Canteras –según consta en su declaración de patrimonio– fue quien les vendió las casas. El ministro es dueño también de una de las casas a título personal, y a través de su sociedad aún es propietario de otra vivienda que queda por venderse.
EL MINISTRO CONSTRUCTOR
José Antonio Gómez era subsecretario de Justicia del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle cuando en agosto de 1997 compró como persona natural el terreno ubicado en Julia Bernstein 447 en 21.250 UF (poco más de $290 millones). No lo hizo solo. En el emprendimiento participaron además de Gómez otros tres socios: Rafael Enrique Videla, Rodrigo Ernesto Soto Hidalgo y el músico y cantante del grupo Santiago Nuevo Extremo, Luis Alberto Le-Bert Montaldo. Cada uno quedó como propietario del 25% del terreno. Tres años después, en 2000, Videla le cedió sus derechos sobre la propiedad a Marigen Hornkohl, un mes antes de que ésta asumiera como subsecretaria de Previsión Social del gobierno de Ricardo Lagos. Soto, por su parte, se los cedió a José Manuel Alejandro Gómez Iturra.
Durante cuatro años la propiedad del terreno se mantuvo intacta, hasta que en 2004, quedó en manos de José Antonio Gómez y Luis Alberto Le-Bert: el primero le compró su parte a Hornkohl, mientras que el segundo adquirió la porción de Gómez Iturra. Ya con el 100% del terreno en su poder, en octubre de ese año el actual ministro y el cantante crearon la sociedad Inmobiliaria y Constructora Las Canteras Ltda., con un capital de $4.000.000 que ambos se repartieron en partes iguales. Fue entonces que dividieron la propiedad y comenzaron a construir un proyecto inmobiliario que contemplaba al menos diez casas de entre 140 y 167 metros cuadrados. En marzo de 2009, Luis Alberto Le-Bert se retiró de Las Canteras, cediendo toda su participación a la hija de José Antonio Gómez, Francisca Gómez Passi. Desde entonces, padre e hija comparten la propiedad de la empresa inmobiliaria en partes iguales. De acuerdo a su declaración de patrimonio vigente, el ministro participa en la administración de la empresa.
En marzo de 2006, Michelle Bachelet se convirtió en la primera mujer en alcanzar la Presidencia de la República. Al mismo tiempo, Gómez asumía como senador por la región de Antofagasta. Y ese mismo año empezó la venta de los inmuebles. Primero, Gómez y Le-Bert –quien aún era socio– se adjudicaron cada uno una casa. El entonces parlamentario se quedó con la casa H, que hoy tiene un avalúo fiscal de $116,8 millones, mientras que el músico se hizo de la casa G, cuyo avalúo fiscal era de $94,2 millones cuando la vendió a mediados de 2014. El resto de las propiedades fueron traspasadas a la sociedad de Gómez y Le-Bert en octubre 2006 en una transacción por $393,6 millones.
Cuando Michelle Bechelet compró la casa a la empresa de Gómez en poco más de $137 millones, todavía no cumplía un año como Presidenta. Sin embargo, no la necesitaba. Era enero de 2007 y para entonces aún vivía en la casa ubicada en Burgos 388, en Las Condes, que arrendaba desde que asumió su primer período. Recién se instaló en La Reina alta cuando dejó La Moneda, a comienzos de 2010. El inmueble de Julia Bernstein tiene tres pisos, 140 m2 construidos, 500 m2 de terreno y una vista privilegiada de Santiago. Su avalúo fiscal, según los registros del Servicio de Impuestos Internos, es de aproximadamente $100,7 millones, una cifra que no calza con lo que la Mandataria puso en su declaración de patrimonio (ver documento), fechada el 10 de abril de 2014. En ese documento, Bachelet señaló que la vivienda estaba avaluada en apenas $79,7 millones. Además, la Presidenta anotó que el valor comercial a esa fecha alcanzaba los $152, 9 millones.
EL VECINO DÁVALOS
A comienzos de 2013, revista Qué Pasa publicó un extenso reportaje sobre los negocios del hijo mayor de Michelle Bachelet y su esposa. La publicación aseguraba que Sebastián Dávalos y Natalia Compagnon participaban en seis sociedades comerciales distintas, a través de las cuales se dedicaban a la asesoría y representación de empresas nacionales y extranjeras. Entre ellas estaba Caval Ltda., la misma empresa que hoy pone en aprietos a la administración Bachelet y que hace dos años fue fuertemente cuestionada por haber sido a través de ella que Dávalos adquirió cuatro vehículos de lujo, marca Lexus, cada uno avaluado en cerca de $30 millones.
Fue precisamente la aparición de Dávalos en el condominio de Julia Bernstein, manejando uno de esos vehículos, lo que llamó la atención de los periodistas. Era 21 de diciembre de 2012 y mientras esperaban que su madre saliera y anunciara si sería o no candidata a la Presidencia –finalmente dijo ese día que no hablaría de su futuro político sino hasta marzo de 2013–, el hijo de Bachelet apareció. Muchos pensaron que iba a la casa de su mamá. Pero lo cierto es que él también es propietario en el condominio que construyó el actual ministro de Justicia.
Los registros del Conservador de Bienes Raíces de Santiago (CBRS) dan cuenta de que Sebastián Dávalos compró en marzo de 2011 la casa B del proyecto inmobiliario. Pagó a Las Canteras –la empresa inmobiliaria del ministro Gómez– poco más de $107 millones por un inmueble muy similar al de su madre, que también tiene 140 m2 construidos, aunque fue edificado tres años después (2009). La vivienda hoy está avaluada en $97,5 millones por el SII.
Los mismos archivos del CBRS señalan que el negocio inmobiliario del ministro Gómez ha sido bastante bueno. De las 10 casas que contemplaba el proyecto, nueve ya tienen dueño.
Durante las últimas internas de la Concertación, para elegir el candidato presidencial definitivo, José A. Gómez me convenció en sus presentaciones de que era sincero al plantear la necesidad para Chile de una Asamblea Constituyente, pero ahora me pregunto , si él pertenece a esta “clase política” tan corrupta, mentirosa y traidora que nos gobierna desde hace 25 años ¿qué necesidad tiene que las reglas del juego cambien?. Todo ha sido una gran mentira, sólo para captar votos de incautos como yo. Pido perdón. Nunca más.