Por Matthias von Hein.
Los usuarios de Facebook revelan cada vez más datos personales. Como opción, solo pueden aceptar o salir. Un pacto con el “diablo” cada vez más vigente.
“No eres el cliente de un consorcio de internet, eres su producto“. Así lo describe el pionero de la red Jaron Lanier. Este mensaje clave también sirve como anticipo para el titulo de su libro “¿A quién pertenece el futuro?”, donde Lanier analiza las nuevas tendencias de la economía de la red. Como resultado: La tendencia ya va más allá del Big Data hacia la vigilancia total con la consiguiente explotación comercial. Por ejemplo, como hace Facebook con sus nuevas condiciones de uso.
El mercado de finanzas suele actuar anticipándose al futuro. Actualmente, Facebook está valorado en torno a los 200.000 millones de dólares. Un 65% mas que hace un año. Los agentes bursátiles parecen estar convencidos de que Facebook dominará una gran parte del futuro. Solamente en el pasado año, la empresa de la red social por excelencia obtuvo unos beneficios de 3.000 millones de dólares por la publicidad. Publicidad personalizada y dirigida según la personalidad del usuario tal y como la analizan los algoritmos de Facebook. Estas formulas son secretas, pero científicos de la Universidad de Stanford y Cambrigde publicaron a mitad de enero un estudio revelando cuánta información se podría deducir a partir de los clics en “me gusta”.
“Me gusta”: desvelar la personalidad
El equipo de científicos angloestadounidenses desarrolló un algoritmo para analizar entre 100 y 150 “me gusta”. Al final consiguió obtener más información de una persona que la que podría tener su compañero sentimental. Además, Facebook no solo analiza nuestros “me gusta”. Posteamos mensajes, noticias, fotos, pasiones, intereses… casi 900 millones de usuarios lo usan cada día y 1.400 millones interactúan por lo menos una vez al mes.
Pero tanta información no consigue saciar la sed de datos de Facebook. La empresa aprobó sus nuevas condiciones de uso con una novedad central: en el futuro, quiere saber cómo navegan los usuarios por Internet fuera de la red social. Además, registrará exactamente la situación geográfica en la vida real. Todo un éxito sabiendo que la cuarta parte de los usuarios consume contenido a través del smarphone. Sobre todo, para publicar anuncios dirigidos de empresas o marcas que se encuentren a nuestro alrededor.
Tómalo o déjalo
El debate sobre las reglas de participación llegó recientemente incluso hasta al Parlamento alemán. En la Comisión de Derecho, diputados y partidarios de la protección de datos criticaron a Facebook por la gestión de los datos privados. Pero, al igual que Google y co., Facebook sabe como lidiar con críticas como esta. Los grandes de internet están acostumbrados a decidir por sí mismos cuáles son reglas del mundo digital. Los derechos nacionales no les afectan demasiado. Aunque al usuario se le tutee familiarmente, nadie le pide su consentimiento. La única alternativa es salirse de la red. Y eso es bastante difícil, puesto que cuanto más tiempo se utiliza y más fotos y mensajes se almacenan, también hay más contactos que mantener y menos ganas de prescindir de ella. Como un traficante de drogas que atrapa al drogodependiente. ¿Qué se podría pensar de alguien que nos pone entre la espada y la pared con una actitud tan familiar? Seguramente, en un “gran hermano”.
Fuente: Dw.de
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