Hacia una responsabilidad empresarial con propósito 

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

Por Marcelo Rocha
Gerente Superior de Desarrollo Empresarial Merck Chile

El inicio de un nuevo año es un momento propicio para reflexionar sobre el papel crucial que desempeñan las empresas en la sociedad y cómo pueden trascender más allá de los números en sus estados financieros.

El concepto de “negocio con propósito” ha ganado impulso en la última década, y la conciencia de los criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) ha emergido como una hoja de ruta para aquellas compañías que buscan no solo maximizar sus beneficios, sino también hacer una contribución positiva al mundo que las rodea.

En un entorno cada vez más interconectado y consciente, las organizaciones enfrentan la creciente demanda de ser agentes de cambio positivo. La responsabilidad empresarial ya no se limita simplemente a ofrecer productos o servicios de calidad, sino que también se extiende a temas de sostenibilidad, ciudadanía y de buenas prácticas. 

En el ámbito de la industria farmacéutica, trabajamos incansablemente para dejar una huella positiva en la vida de millones de personas a diario. Por eso, es esencial que las empresas contribuyan al país desde una perspectiva social, con el objetivo de mejorar la vida de los grupos vulnerables, a menudo mediante asociaciones con ONG’s o instituciones especializadas.

Este compromiso beneficia tanto a la responsabilidad social empresarial como a la convivencia de los colaboradores, quienes se involucran activamente. Generar más empatía es clave, y esto se refleja en la creación de comités o grupos de ayuda social y voluntariado dentro de la organización.

Hoy no es suficiente que las empresas realicen solo acciones de responsabilidad social, sino que es fundamental implementar iniciativas específicas, formar y motivar a los equipos internos y llevar a cabo otras actividades que reflejen las mejores prácticas de la compañía.

La invitación para todos es a fortalecer nuestro compromiso con prácticas éticas y sostenibles, que vayan más allá de las regulaciones para potenciar nuestro rol en la construcción de un futuro consciente y justo. Adoptar un enfoque centrado en un negocio con propósito, nos permite convertirnos en agentes de cambio, demostrando que rentabilidad y responsabilidad no solo coexisten, sino que son interdependientes en beneficio de toda la sociedad.

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