Dra. Annabella Arredondo Paz, epidemióloga y coordinadora académica del Instituto de Salud Pública UNAB, Sede Viña del Mar.
La influenza aviar H5N1 es altamente patogénica, es decir, tiene gran capacidad de enfermar. Es una zoonosis, enfermedad que se origina en los animales y puede transmitirse al ser humano, y circula con brotes esporádicos desde el 2003. Su comportamiento cambió a partir del 2020, con brotes frecuentes que afectaron aves silvestres migratorias, aves de corral, aves de traspatio, mamíferos marinos, y esporádicamente mamíferos domésticos en muchos países.
Su impacto ambiental y económico ha sido importante, en especies silvestres y criaderos. También se han diagnosticado casos en personas con antecedente de contacto con aves silvestres o de corral o mamíferos marinos enfermos o muertos por el virus. Se habla ya de una panzootia.
En Chile se detectó en aves silvestres en diciembre de 2022, siguiendo los patrones migratorios de norte a sur. En febrero de 2023 se detectó por primera vez en lobos marinos. En marzo de 2023 se produjo el primer caso en una persona de la Región de Antofagasta, con un cuadro respiratorio grave que logró recuperarse.
Otras especies afectadas además de las aves silvestres y lobos marinos: pingüino de Humboldt, chungungos, marsopas, delfines chilenos y huillín. En marzo de 2024 se detectaron casos en pingüinos, cormoranes y skua (ave carroñera), de la Península Antártica, consolidando la presencia del virus en todos los continentes.
Una nueva situación se produjo en abril de este año; en Texas, Estados Unidos, el caso de una persona que tuvo contacto con vacas lecheras. Evolucionó en forma leve y se recuperó. Un segundo caso, de un trabajador de granja lechera en Michigan, lo habría adquirido desde vacas infectadas; también fue leve. En este caso se detectó una mutación del virus.
En EEEUU los casos de vacas lecheras infectadas con influenza H5N1 abarcan hasta ahora 9 estados. Se ha extremado la vigilancia epidemiológica en el ganado bovino y en quienes trabajan con ellos. Se condiciona el desplazamiento interestatal del ganado bovino a un examen de laboratorio negativo para Influenza aviar.
También se están vigilando los productos lácteos, y se ha encontrado el virus en los provenientes de ganado enfermo si no están pasteurizados. Se recomendó a quienes trabajen con aves silvestres, aves de corral, productos lácteos no pasteurizados o desechos de animales enfermos confirmados o sospechosos de tener la infección, que eviten el contacto con los animales o sus productos. Consultar en caso de enfermar de un cuadro respiratorio agudo después de haber tenido contacto de riesgo.
De acuerdo a la FDA de Estados Unidos, no hay preocupación acerca de la leche y productos lácteos comercializados, pues siempre deben ser pasteurizados antes de expenderse, y se deben fabricar sólo con animales sanos. Los productos de animales enfermos deben destruirse. La pasteurización no sólo destruye los virus como el de la influenza aviar, sino también otras bacterias. También se considera seguro el consumo de carne de vacuno procedente de mataderos controlados.
Se considera que el riesgo para los humanos aún no es alto, pues no ha habido transmisión de humano a humano, pero quienes se exponen en forma prolongada por razones laborales al contacto con aves y otros animales tales como ganado bovino, pueden estar en mayor riesgo y deben protegerse usando los equipos de protección adecuados. La transmisión se ha producido entre vacas del mismo ganado, entre vacas y aves de corral, entre planteles lecheros debido al desplazamiento del ganado. No se han detectado cambios en el virus que lo hagan transmisible a seres humanos o entre humanos.
En nuestro país el SAG (Servicio Agrícola y Ganadero) ha intensificado la atención a denuncias de ganado bovino enfermo, indicando que se aumenten las prácticas de bioseguridad de quienes trabajan en los predios e indicó reducir el desplazamiento de animales.
En Chile se recomienda evitar el contacto con aves o animales enfermos, tales como aves silvestres, aves de corral, animales marinos. Una medida que precede con mucho a esta amenaza es la de consumir exclusivamente productos lácteos pasteurizados.