LA CASTA POLÍTI CA Y SUS MISERIAS

Publicado por Equipo GV 5 Min de lectura

Por Alejandro Lavquén

vanLa nominación de la senadora Jacqueline van Rysselberghe, como presidenta de la comisión de derechos humanos del Senado, y la inclusión de la abogada Olga Feliú en la cuestionada Comisión Anticorrupción convocada por la presidenta Michelle Bachelet, nos demuestra el estado de putrefacción en que se encuentra la política chilena y quienes gobiernan Chile a través de los poderes del Estado. Las dos personas reconocidas con los cargos mencionados, son defensoras contumaces de la dictadura genocida de Augusto Pinochet. Esto es como si los alemanes o judíos nombraran personajes nazis o fascistas en estamentos que investigan el holocausto judío. Es una demostración más de cómo la elite dirigente de la Concertación, hoy devenida en Nueva Mayoría -al incluir al Partido Comunista entre sus filas- vendió su alma al Diablo (léase empresariado). Recordemos que todo comenzó con el pacto entre la Concertación y la derecha fascista impulsado por Enrique Correa y Edgardo Boeninger a principios de los años noventa. Con una justicia “en la medida de lo posible” pregonada por el entonces presidente Patricio Aylwin (golpista del 73, no lo olvidemos), que incluso nominó como integrante de la comisión Rettig de  derechos humanos al historiador Gonzalo Vial, autor del Libro blanco del cambio de gobierno en Chile. En el volumen Vial justifica el golpe de Estado e inventa la existencia del llamado Plan Z, que significó la persecución y muerte de miles de chilenos. La participación de Vial en la comisión Rettig motivó que se ocultaran los nombres de cientos de torturadores y asesinos.

Tras los hechos anteriores, el presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, por “razones de Estado”, echó tierra a los actos de corrupción de uno de los hijos del dictador Augusto Pinochet, además de rescatar al propio Pinochet, prisionero en Londres, y en colaboración con Ricardo Lagos Escobar construirles cárceles de lujo a los pocos militares presos por violar los derechos humanos. La lista de colusiones, engaños, embaucamientos y gatopardismo es larga y podríamos llenar varios tomos, lo mismo que con las justificaciones de los políticos para tratar de encubrir sus fechorías. Los gobiernos posteriores al de Frei, los de Lagos, Bachelet, Piñera y Bachelet nuevamente, están llenos de episodios oscuros, que poco a poco han ido saliendo a la luz. Los revolucionarios de ayer, como por ejemplo, Sergio Bitar, Óscar Guillermo Garretón, Osvaldo Andrade, Gido Girardi o Camilo Escalona, hoy no son más que unos yanaconas de Agustín Edwards, el dueño de El Mercurio y uno de los principales culpables del derrocamiento del presidente Salvador Allende. Podríamos dar muchos nombres más, pero los citados grafican claramente la situación a que se ha llegado.

Los dirigentes de la Concertación (salvo honrosas excepciones) aprendieron y se coludieron con la derecha pinochetista para enriquecerse a costa del Estado y las coimas de los empresarios. El diputado René Saffirio, de la Democracia Cristiana, ha dicho, acertadamente, que “hubo gente de la Concertación o de la Nueva Mayoría que estuvo dispuesta a vender su alma a cambio de dinero manchado con sangre de la dictadura y eso el país lo tiene que saber”. A mi parecer, y apoyado en hechos concretos, Enrique Correa es el ejemplo más emblemático de las afirmaciones de Saffirio. Y no olvidemos a charlatanes infiltrados como Francisco Vidal ni a tontitos-patrioteros como el diputado Jorge Tarud. ¿Es curioso, por decir lo menos, que ningún parlamentario critique como se merece a Julio Ponce de Lerou, el empresario yerno de Pinochet acusado de financiar campañas políticas? En fin, hoy es más necesaria que nunca una asamblea constituyente que desaloje para siempre a la casta política y sus miserables conductas.

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3 Comments
  • LA DEMOCRACIA PATRONAL POST-PINOCHETISTA SE PUDRE.

    El hedor de las corruptelas políticas inunda cielo, mar y tierra de este paraíso neoliberal llamado Chile. Olor venenoso, que llega a nuestras narices en cada bocanada de aire putrefacto, puesto a punto por el calor de un verano que lo vuelve insoportable.

    Dicha pus infecta, maloliente, es la de los parlamentarios PENTA, la de los cancilleres Miami Vice y la de los diputados ARCIS.

    Atmósfera de corrupción y servilismo pro-empresarial que nada, absolutamente nada, ni siquiera la apertura relativa del escenario político con la reforma del binominal, puede cambiar.
    Por el contrario, la vuelve más visible, porque sabemos bien que aquello es producto del temor que comienzan a sentir estos políticos, yanaconas pro-empresa, a un peligro que comienza a acecharlos.

    Esto es, el peligro de la lucha obrera y popular que ensaya ya sus primeros golpes a lo largo y ancho del país. Que se acabe el Chile patronal, PENTA, ARCIS…

    El enemigo de clase, sus partidos políticos y sus aliados en la administración del gobierno neoliberal se encuentran cuestionados. En el caso de la derecha, aquella está momentáneamente paralizada y dividida, sobre todo su sector más reaccionario: la UDI, los capataces de la herencia de Pinochet. La Nueva Mayoría comienza a desenmascararse como lo que verdaderamente es: los continuadores de la neoliberal Concertación políticos patronales como servidores rastreros de los patrones.

    Y ESOS GUSANOS QUE SE ARRASTRAN por “raspados de ollas” , esas víboras que reptan por unos milloncitos más para la última campaña! Los políticos patronales están cuestionados, se dividen. Es a todas luces una oportunidad política: esto es, la oportunidad para poner en el centro de la agenda política nacional, nuevamente, nuestras reivindicaciones: las reivindicaciones de los trabajadores y el movimiento popular chileno que Bachelet ha logrado desviar y contener hasta ahora.

    ¡Que se vayan todos! Pero para esto deberemos romper HOY, NO MAÑANA, todos los puentes de diálogo con el gobierno neoliberal de Bachelet y sus secuaces.

    ES LA DINAMITA DE LA LUCHA del PUEBLO, LA QUE TIENE QUE VOLARLOS.

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