La educación: eje del desarrollo sostenible

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

Por Antonio Horvath Kiss
Senador por Aysén

 

AHK (4)La educación, desde la primera infancia hasta la de nivel superior, jugará un rol muy importante en los próximos debates presidenciales y en la comparación de los distintos programas de gobierno; estos tienen que hacerse cargo de las realidades familiares, comunitarias y de las distintas regiones de nuestro país, asi como de los compromisos de inclusión y gratuidad.

En esta materia, a las 22 universidades regionales estatales y públicas –todas acreditadas y asociadas en la AUR– tienen un rol fundamental, no obstante su precario presupuesto, que equivale al 35% del total,  realizan más de la mitad de la investigación, innovación, ciencia y tecnología; además del importante aporte que hacen a la cultura en su rica diversidad a nivel nacional, que resulta clave en la identidad y bienestar de las personas.

No hay duda que Chile tiene que cambiar el énfasis respecto al rol que les cabe a los profesores, a los padres y comunidades y en resignificar su labor; también en enfocar de manera gradual la educación superior, pasando por las instancias técnicas correspondientes. No podemos seguir bajo la lógica de la pirámide invertida, en donde todos pretenden –con toda legitimidad– tener títulos universitarios, para luego encontrarse sin trabajo, ni posibilidades reales de emprendimiento. Esto esuna contradicción que no se da en los países más “desarrollados” .

Haber estudiado con beca fuera de Chile me acercó a una experiencia diferenciadora, donde las  tareas y proyectos que se les exigían a los estudiantes era formar sus propios emprendimientos, ya sea como consultores, gestores o empresarios. En esta materia hemos avanzado con la inclusión y en la gratuidad; en reformas que no han sido del todo bien comprendidas.

Sin embargo, este no es el momento de echar pie atrás, por el contrario, en forma participativa debemos lograr avances. Una de estas instancias se da no solo con motivo de las reformas a la educación superior, sino también en el traspaso de funciones y atribuciones a las distintas regiones del país, donde las universidades regionales están llamadas a participar activamente en las estrategias de desarrollo. Sin embargo, se dan contradicciones como que estas instancias de educación superior, pese a estar acreditadas, no tienen acceso a los hospitales como campos clínicos que se otorgan al mejor postor por políticas definidas desde el poder central.

Ello es una fórmula no solo para financiarlas, también lo es para incorporarlas como un actor relevante en el desarrollo integral de cada uno de los rincones de nuestro país.

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