Por Héctor R. Jara Paz
¿A quién le importa?
Los diagnósticos son certeros, un par de grados más y el calentamiento global alterará el clima. Esto afectará no solo la actividad agrícola, la industria de seguros, la planificación urbana, la pérdida de territorios por aumento del nivel del mar, el avance de la desertificación, huracanes, inundaciones, crisis hídrica, etc., también afectará directamente la salud humana, alterará los ecosistemas, se activarán virus y bacterias latentes y de no mediar urgentes cambios con el combustible fósil de nuestras economías, nos achicharraremos en pocos años más, partiendo por los territorios afectos al hoyo en la capa de ozono.
Apocalipsis? Está dentro de las probabilidades…lo importante es que la reacción de la naturaleza del planeta nos obliga a cuestionarnos…
Un poco de historia…el mercantilismo como modelo económico que justificó que nuestras economías se basaran en la minería como sustento del desarrollo, sigue como una plaga alterando ecosistemas vitales para la existencia de la humanidad.
¿A cambiado? Al contrario, se intensifica y se acerca a los centros urbanos con una serie de efectos indeseados, arrasando con estilos de vida naturales de nuestras comunidades indígenas a lo largo de Latinoamérica.
Chile es un campeón en la firma de acuerdos y protocolos sustentables a nivel internacional, sin embargo, no suelen acompañarse de leyes y normas internas. Desarrolla una legislación ambiental de punta, pero con poca o ninguna efectividad. En estos momentos, al interior de la cuenca de Santiago, empresarios mineros se ríen del Tribunal Ambiental y la Superintendencia del Medio Ambiente que decretó cierre temporal de faenas en Rinconada de Maipú (RES.EX.N°10/ROL D-012-2014), terrenos supuestamente bajo niveles de protección adoptados por Chile en acuerdos internacionales (Sitio Prioritario, hotspot de biodiversidad mundial). Han destruido dos cerros de reconocida riqueza en su biodiversidad, lugares de formación académica durante décadas…siguen siendo destruidos por la Sociedad Minera Española Chile Ltda.
A nivel internacional somos mirados con extrañeza, nuestros especialistas, pese a ser responsables como país de solo el 0,26 % de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), se comprometen en la reducción de emisiones y validan proyectos de mitigación y anuncios de políticas de adaptación de poca credibilidad ante el peso de los intereses empresariales del país…somos especialistas para vivir de apariencias en el ámbito internacional en vísperas del COP 20 de fines de año en Lima (Conferencia de las Partes bajo la Conferencia Mundial de Naciones Unidas para el Cambio Climático) y el 2015 en París.
Las posiciones de nuestros representantes políticos y Ong´s van desde el absoluto pesimismo de dejar de habitar este planeta y mudarnos a otro, hasta crear un modelo de gobierno mundial alternativo a los intereses que manejan las Naciones Unidas.
Lo cierto es que la humanidad está en crisis, no solo de valores, sino también de la concepción que el hombre tiene de sí mismo y su relación con el planeta. Es como si supiéramos que el planeta está enfermo y que requiere de medicina natural, pero seguimos tratándolo con medicamentos de la industria farmacéutica.
¿Por qué no hay respuesta política?
Porque no hay políticos con conciencia ambiental, la ignorancia sobre estos temas en el Parlamento chileno es alarmante.
¿Por qué no hay respuesta de las organizaciones de trabajadores? Porque son pauteados por los intereses partidistas que están ajenos a esta realidad.
Lo más apremiante es la falta de modelos de desarrollo alternativo, las ideologías no han incorporado las variables ambientales para sus modelos de sociedad… ¿Por qué? Es interesante cuestionarnos esta realidad, toda vez que el actual modelo neoliberal exacerba las causas del actual deterioro ambiental… No quisiera pensar que nuestras conciencias grises e ilustradas han sucumbido a los intereses del modelo neoliberal, más bien creo, no se han detenido a priorizar los fundamentos del ser por sobre la valoración del tener, son momentos en que la filosofía debe redefinir el Humanismo al interior de la naturaleza.
Durante el renacimiento, el viejo mundo superó un modelo oscurantista mirando hacia atrás. Los conocimientos de la Grecia Clásica iluminaron un nuevo mundo y formaron un hombre nuevo…si miramos hacia atrás en América Latina, nos encontraremos con culturas prehispánicas que evolucionaban en la dirección correcta, lo más parecido a lo que hoy denominamos “desarrollo con sustentabilidad”, modelos económicos que centraban sus actividades bajo equilibrios con las leyes de la naturaleza, una concepción de hombre en el territorio y no sobre el territorio, la misma idea que desarrollara José Martí a fines del 1800 sobre la justicia social, que solo se encontraría cuando el hombre comprendiera lo que son los equilibrios de la naturaleza.
Esto me lleva a pensar en la viabilidad de una estrategia regional, el progresismo latinoamericano debe abordar con sentido práctico y estratégico un camino que esté por sobre diferencias menores, un discurso transversal, que concrete iniciativas de estudios y propuestas comunes al foro de Naciones Unidas para el Cambio Climático.
Soy un optimista, creo que la humanidad encontrará los caminos de sobrevivencia en el planeta, el punto es educar a tiempo, particularmente a los actores políticos, concientizar sobre los efectos de un camino equivocado que tomó la humanidad, pero que aún habrá tiempo para volver a comenzar con un nuevo modelo productivo. ¿Cuánto demoraremos? Se medirá en cantidad de vidas, no solo humanas, por lo que la potencialidad del daño está por verse.