La paradoja del centro político en chile

Publicado por Equipo GV 4 Min de lectura

Por Cristián Fuentes
Facultad de Gobierno, U. Central

Cristián Fuentes foto¿Dónde se fue el centro político? Según la doctrina tradicional, de claro sesgo norteamericano, las elecciones se ganan en el centro. Pero, si ese espacio se desdibuja, no está claro su significado, ni su volumen, las pistas se borran y el camino se pierde. Eso está sucediendo en Chile, después de las sorpresas ocurridas en la última cita con las urnas.

En efecto, los resultados de las parlamentarias del 19 de noviembre de 2017 indican que el sistema político chileno ya no cuenta con un partido mayoritario de centro, tal como lo hubo en los siglos XIX, XX y principios del XXI, destacándose el partido liberal, luego el radical y por último el demócrata cristiano.

El 8.5% que obtuvo la DC en diputados sepulta al viejo centro del siglo XX, pero abre la interrogante sobre la sustancia de este lugar, sus características y perspectivas. La historia nos enseña que en la Francia revolucionaria, la Asamblea Nacional se dividió en los girondinos, quienes se sentaban a la derecha del presidente y defendían a la monarquía parlamentaria y al sufragio limitado; los jacobinos, sentados a la izquierda de la testera, partidarios de la república y el voto universal; y el pantano, o los indecisos, que se sentaban en el centro del recinto y que podían apoyar indistintamente a unos u otros.

La ciencia política, por su parte, nos permite identificar un centro posicional, que forma alianzas con la derecha y con la izquierda dependiendo de los intereses que prevalezcan en su interior; o una tercera posición, que en su época correspondía a una alternativa al marxismo y al capitalismo. Tal era el perfil político de la Democracia Cristiana, levantada sobre los principios de la doctrina social de la Iglesia Católica y que siempre se consideró a sí misma como una fuerza de vanguardia, impulsora de transformaciones tan profundas como la reforma agraria y la sindicalización campesina. Otra cara de la DC fue el rol de articulador entre la izquierda y la derecha para consolidar la democracia, ejercicio cuya vigencia se extendió en exclusiva durante el período de la transición post dictadura.

Hoy, cuando los conceptos contenidos en estas referencias topográficas están en revisión y no está clara la adscripción social de las distintas alternativas, pues el sistema capitalista mundial ha pasado de industrial a financiero y reemplazado al proletariado por los trabajadores del sector servicios, el centro pierde razón de pertenencia, a la espera que derecha e izquierda redefinan sus parámetros.

Sin embargo, algunos insisten en entender al centro como sinónimo de moderación, aunque sin saber muy bien en referencia a que surge esa denominación. La clave para entender estas dinámicas es, precisamente, el sentido que poseen las distintas visiones sobre la política que existen en Chile, casi la totalidad de ellas conscientes de la realidad incontestada del capitalismo, aunque con una pluralidad de matices con respecto al modelo que debiera aplicarse. Mientras ello no se aclare, el centro no será más que una obra en busca de autor.

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