Lagos/Piñera y las cartas marcadas del modelo

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

Por Pablo Varas
Escritor

Lagos-y-PiñeraEse pequeño porcentaje de chilenos que es dueño de empresas, bancos, cadenas de farmacias, de supermercados, de AFP, de la energía y del mar, dormirán cada noche por venir, tranquilos. Tienen dos candidatos para volver a La Moneda, dos viejas cartas marcadas y esforzados defensores del actual modelo, foto de Friedman sonriendo en el velador y un coro de empresarios con cantos gregorianos.

Piñera, un connotado ladrón y filibustero, defensor hasta dar la vida por un modelo excluyente y generador de pobreza, el lo arropa y agita con vestiduras usadas de democrático y participativo. La derecha más rancia y recalcitrante tiene al pinochetismo pegado, adherido en la solapa de la chaqueta del empresario/banquero/inversor/emprendedor, es su heredero, su fiduciano.

En esa larga noche de terror y muerte, el piñerismo fue tejiendo sin apuros sus fortunas y construyendo sus instrumentos y redes financieras para hacer leyes a su medida, gusto y pedido. Les regalaron una Constitución para jugar en el país todo para satisfacer sus más bajos instintos de usura/beneficio/ganancia, con el acompañamiento de una suave música militar. Piñera en La Moneda ya es foto conocida y mala, movida, lejos de un buen enfoque.

Repartió títulos nobiliarios, duques, marqueses, principados a todos sus amigos, esos que de manera regular se instalaban en el tercer piso de la casa de los presidentes para jugar al bingo del reparto de dineros, incluidos los que han sido condenados por los tribunales. Casi todos ellos llevados frente a un tribunal por cometer delitos como el cohecho. Jovino Novoa es un ejemplo, blanqueamiento de dinero, boletas y facturas todas falsas firmadas por sus familiares para hacer llegar ingresos a corporaciones/fundaciones para financiar su ejército de soldaditos parlamentarios. Esos beneficiados pueden morir tranquilos, en su obituario estará escrito que fue ministro, subsecretario u hombre de confianza entre tal y cual año. De gerente de una clínica de pertenencia del presidente a ministro de salud del mismo dueño, ahora presidente. Un carrusel con caballos ciegos con chaquetas rojas.

Piñera tiene sus pesadillas y el Banco de Talca es una de ellas. Se comenta que mientras estaba escondido y asustado como un gato, llamaba a sus amigos en busca de defensa, pedía entre quienes podían hacer sonar las puertas de los cuarteles que hablaran en los altos tribunales de justicia, su hermano en ese momento una de las altas autoridades, y el más amado de los grupos económicos pedía a la Ministra de Justicia que llamara a la Corte Suprema para pedir clemencia por la falta cometida, no es un delincuente, es sencillamente un joven impulsivo cuyo marcado con el más profundo interés en el desarrollo económico y social del país, y de la clase a la que representamos. Casi cuatro semanas duró la fuga, arrancando de la policía, ese juego al gato y el ratón del que salió casi convertido en un devoto de Lo Vásquez.

Fuerte fue el garrotazo que le pegó Ricardo Claro a Piñera con su famosa radio Kioto, en ese juego del que no estuvieron ajenos los inteligentes de las Fuerzas Armadas, Piñera quiso ser un personaje de los parecidos malos del 007, sacar cartas debajo de las mangas cortas, un mediocre lanzador de cuchillos, boletero de circo pobre, un ladronzuelo de dulces en el negocio del almacenero de la esquina.

Conocidos y públicos sus abrazos y la champaña para el día del golpe militar de 1973. Santa Cecilia se llama la empresa regalona de Piñera y la encargada de llevar los dineros a la candidata derrotada presidencial en las últimas elecciones, esa que agarró la pelota al cuarto bote, y que vive del premio de consuelo de ser la Alcaldesa de Providencia.

Y el otro…

Ricardo Lagos, el hombre del Departamento de Estado norteamericano a quien confesó la CIA y con el beneplácito de la Casa Blanca llega a la presidencia. En los tiempos actuales vuelve con marcado interés pero ya con un dedo menos, algo más flaco y corroído.

Tuvo los pantalones para presentarse frente a David Rockefeller y no decirle nada al hombre que juntó a empresarios para financiar el golpe militar que derrocó a Salvador Allende. De las manos del millonario norteamericano recibió la Insignia de Oro de la American Society. Defendió el modelo, su modelo, frente a George Soros, millonario sin riesgo de estar en situación de calle.

La palabra socialismo asusta hasta llegar a niveles extremos. De ella arrancan la derecha y los dueños del dinero. Pensaron en su momento que Lagos que en esos momentos venía de una tiendita de las tantas que hay en el Partido Socialista, les quitaría sus fábricas, bancos y negocios. Los ilusos derechistas y curas creían que Ricardo era la continuación del presidente que se enfrentó a los Estados Unidos nacionalizando sus minas de cobre, pero no eran así los asuntos. Ricardo Lagos antes de llegar a la presidencia y lanzarse a los brazos del modelo inició una gira y en todos los lugares visitados y entrevistados se confesó, renegó de su pasado y trató de justificar el fuego que iniciaron aquel fatídico día como si de un exorcismo se tratara.

No soy Allende, no soy su continuador, seré un estadista, un gendarme del sistema, seré quien cautele los sagrados intereses de lo que existe en el que vive Chile. Haré todos los esfuerzos para que las Fuerzas Armadas no sean llevadas a la plaza pública para pagar por sus crímenes, y lo cumplió sin dudarlo.

Lagos no es la izquierda, ni el progresismo, ni la prosperidad, ni los cambios, ni la alternativa, ni el segundo tiempo, una vedette en el caño del empresariado. Chile, el país con propietarios con dos domicilios….CasaPiedra y las Islas Vírgenes Británicas.

Comparte este artículo
Deja un comentario

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *