Por Manuel José Irarrázaval
Director Instituto de Políticas Públicas en Salud, U. San Sebastián
Pocos días atrás, el Presidente Piñera anunció 30 medidas que buscarían una reducción en el gasto de bolsillo en medicamentos, que claramente es excesivo.
Parece una estrategia razonable apuntar a varios mecanismos complementarios para lograr el objetivo, porque medidas aisladas -probablemente- no serían efectivas. También es favorable que la mayoría de las propuestas no requieran discusión parlamentaria, ya que permite una ejecución más rápida.
Vale la pena identificar y seguir la pista administrativa a aquellas que eventualmente tendrán más relevancia:
1. Cumplimiento por parte del SNS de su obligación de disponer de los medicamentos que sus médicos indican en hospitales y consultorios.
2. Reforzar la vigilancia de la obligación de disponibilidad de medicamentos genéricos en todas las farmacias. Se echa de menos mayor claridad a las sanciones por incumplimientos.
3. Cenabast como gran poder de compra, puede resolver no sólo los requerimientos del sector público sino también de privados.
4. Seguro de Clase Media Protegida: Incorpora un límite conocido en el gasto anual para prestaciones más complejas, las que además de licitarse se cotizan como solución global al problema (GRD) y no más como acciones terapéuticas individuales.
5. Importación directa de medicamentos debidamente certificados por entes regulatorios internacionales, de manera individual o grupal.
6. Actualización de las canastas terapéuticas del AUGE y de Ley Ricarte Soto.
7. El fraccionamiento si bien es una medida que evita la compra en exceso y la automedicación, es técnicamente cara y compleja, por lo que requiere plazos razonables para implementarla.
8. Es indispensable un aumento de las capacidades de vigilancia del ISP, ya que se incrementa el riesgo de comercialización de medicamentos defectuosos o fraude.