Salmones de la Historia nadan contracorriente… y mueren sin desovar

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

Se trata de la derecha ultraconservadora y del beaterío fundamentalista. En Chile son casi tragicómicos

QUIENES ALGO SABEN de política, así como quienes conocen lo suficiente respecto de los avatares que mueven al mundo, tienen claro cuán inoficioso e inútil resulta luchar contra el avance de la rueda de la Historia y del paso franco que la sociedad planetaria utiliza para crecer en moderna completitud.
Son, en definitiva, ‘salmones’ que nadan luchando contra la fuerte corriente del río social para finalmente morir en algún vado del mismo, pero sin haber desovado. Ejemplos al respecto sobran; el tribunal de la ‘santa’ inquisición española, los ‘divinos’ persecutores de brujas en el norte de Estados Unidos en los siglos XVII y XVIII, así como la porfiada y obtusa postura de los conservadores chilenos en la época de la llamada “república autoritaria”, acompañan a la porfía sin destino de la aristocracia banal y floja de la Francia pre revolucionaria en 1789.
Más allá de las angas y las mangas, la república finalmente impuso sus estándares democráticos instalándose en todos (o casi todos) los países de Europa occidental. También, de la misma laya, sucedió con los territorios africanos en pleno siglo veinte, en los cuales las naciones europeas mantenían su presencia colonial contra viento y marea, para que finalmente la rueda de la Historia pasara sobre sus cabezas y aquellos enclaves propiedades de hombres blancos y expoliadores se convirtieran en naciones soberanas.
¿No quisieron los césares combatir a sangre y fuego aquella religión monoteísta que hablaba de igualdad y justicia? ¿Y en qué acabó ello? Roma, aún imperial, abrazó esa fe y la difundió ‘oficialmente’ por el mundo conocido en la época.
Pero, dejemos los ejemplos de la antigüedad y regresemos al presente. La mayoría de las naciones del mundo actual han avanzado lo suficiente –y al ritmo de los tiempos- en materias que todavía resultan ser “controversiales” en nuestra conservadora sociedad local. Pese a los avances tecnológicos y a la rapidez e instantaneidad de las comunicaciones, y de las realidades globales, la característica geográfica de ‘isleños’ nos sigue marcando socialmente de manera indeleble pero firme, sobre todo y en particular a quienes con forman los grupos de poder político y económico, los cuales a pesar de contar con recursos para viajar y conocer, son quienes más luchan por evitar que en Chile se avance en el sentido y orientación que avanzan (y han avanzado) las naciones híper desarrolladas que esos mismos poderosos visitan a pleno placer y dicen valorar como ejemplos a seguir. No se entiende, ¿verdad? Valoran de ellas TODO, menos lo valórico… ¡qué contrasentido!
Es así que nuestros “administradores” se esfuerzan por impedir la concreción a completa existencia de las libertades fundamentales, como la de prensa, opinión y otras. Se jactan de que en Chile hay prensa ‘libre’, pero el 90% de ella pertenece a dos grupos económicos que están, más que asociados, hermanados en la defensa de una ideología que impulsa y defiende un sistema socioeconómico de características clasistas y predadoras. Para lograr tamaña acción, manejan las finanzas del estado e impiden que este reparta equitativamente en TODA la prensa existente el dinero presupuestado para publicitar sus programas y proyectos, privilegiando casi en su totalidad a los medios escritos que conforman aquellos dos consorcios cuya historia reciente habla de sediciones, mentiras y manejo mañoso de la información (así como la omisión a propósito de ciertas noticias –nacionales e internacionales- que les parecen inconvenientes para la salud del sistema).
¿Luchar contra la información veraz? Ya no pueden seguir haciéndolo con éxito absoluto…. las redes sociales y la prensa electrónica e independiente les han salido al camino. Poco a mucho, paso a salto, la prensa ‘oficial’ va perdiendo lectores e influencia. A tal grado es ello cierto que muchos diarios (y canales de televisión) aceptan ya ser pauteados por medios electrónicos y por la masiva influencia y propagación de informaciones y opiniones evacuadas por las redes sociales. No obstante, EMOL, COPESA y la TV abierta, insisten en ser ‘salmones’ de la Historia. Lo hacen, remontan las aguas… pero ya no están desovando, y de ello da fe la juventud con sus opiniones y objetivos tan consistentes como han demostrado ser sus organizaciones.
El consumo individual de marihuana, el aborto terapéutico, la asamblea constituyente, la democracia representativa, las elecciones que signifiquen una persona un voto (y nada con el binominal), la educación pública de calidad y gratuita, el derecho de los trabajadores a ala sindicalización y a la negociación colectiva, la preservación del medio ambiente, la propiedad y administración nacional-fiscal de los principales recursos naturales, etc., etc., son cuestiones que tarde o temprano (ojalá más temprano que tarde) serán hechos ciertos y cotidianos en nuestro país.
Quienes aún luchan desesperada y fanáticamente contra ellos, salmones de la Historia (que serán fagocitados por ese gran oso llamado ‘pueblo’ una vez que este deje de invernar políticamente), tienen la batalla perdida, y lo saben. Tal vez, sabiéndolo, continúan peleando y nadando contra corriente para contar con algo más de tiempo a objeto de seguir expoliando el país y su gente, el máximo posible, hasta el momento del ‘párele’ definitivo.

Por Arturo Alejandro Muñoz.

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