Por Juan Francisco Ortún Quijada
Periodista y académico U. Central
Sin pena ni gloria comenzó una nueva temporada del fútbol chileno que se dice profesional, pero que dista mucho de serlo, ya que son innumerables los problemas de las diferentes instituciones, inconvenientes del ente rector del balompié nuestro, algunos relacionados con dineros, difusos manejos de los clubes con empresarios, tirantes relaciones con el SIFUP, dueños de clubes que desde las sobras mueven sus piezas y otros que no vale la pena seguir enumerando.
Fundamentalmente el meollo del asunto se traduce en la poca transparencia en las eventuales soluciones de los problemas, a saber: ¿Qué pasó con la deuda que el fútbol tenía por la no televisación de partidos en el periodo del estallido social?, ¿qué sucedió con la eventual venta de inmuebles para solventar deudas de arrastre?, ¿cuándo será la fecha definitiva para que se separa la Federación de Fútbol de la Asociación (ANFP)?, ¿qué sucedió con la reglamentación de las Sociedades Anónimas Deportivas, su fiscalización y la independencia de los intereses de los diferentes clubes del fútbol?
Todo ello por nombrar sólo algunos de los inconvenientes que hoy tienen sumido al fútbol en un incierto próspero futuro. Se suspenden partidos por el mal estado de las canchas; las instalaciones de esos recintos son paupérrimas, basta ir a los sanitarios para darse cuenta; no se realizan encuentros de elementos juveniles; el VAR aún no se maneja con los conocimientos necesarios y elementos tecnológicos adecuados, etc.
Durante mucho tiempo me he preguntado si los presidentes de clubes que son los que mandan en el balompié nuestro, el Consejo de Presidentes, no se dan cuenta que, por intereses mezquinos, están matando una actividad que es social, que distrae al hincha, que aleja a jóvenes de vicios perennes. No lo sé. Pienso que la gran mayoría es gente preparada, profesional, educada y que esas condiciones le permitirían sacar adelante con éxito este quehacer.
Espero que, de una vez por todas, lleguen al fútbol personas que sirvan a esta acción y que no se sirvan de ella, toda vez que pese a todo lo descrito, aún los fanáticos disfrutan y aman el deporte rey.