Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Conferencista, escritor e investigador (PUC)
“Tu depresión no es un problema técnico, es una señal a la que debes prestar mucha atención” (Johann Hari, divulgador científico acerca de problemas de adicciones y depresión).
El “Trastorno del estado de ánimo con síntomas depresivos” está caracterizado por un patrón general de conductas y funciones cognoscitivas de connotación depresiva, que, generalmente, se presentan al inicio de la edad adulta –en algunos casos puede ser antes–, en diversos contextos y situaciones, y se manifiesta a través de cuatro o más síntomas, entre los cuales se destacan los siguientes:
- El estado de ánimo habitual de la persona afectada está dominado por sentimientos profundos de abatimiento, falta de energía, desesperanza, tristeza, desánimo, desilusión, infelicidad, etc.
- La concepción o imagen que tiene de sí misma la persona se centra, principalmente, en sentimientos de impotencia, de inutilidad (con frases tales como: “No sirvo para nada”) y de baja autoestima.
- La persona se critica, se culpa a sí misma por todo lo que sucede, o bien, se auto descalifica o abusa del auto reproche.
- Elucubra, se abstrae y rumia a menudo en su interior, al mismo tiempo que muestra una cierta tendencia a preocuparse por todo.
- Puede aparecer ante los ojos de quienes están cerca suyo como un sujeto que está constantemente criticando, que juzga a los demás y que le lleva la contraria a quienes se encuentran en su entorno cercano.
- Se muestra ante los otros como una persona con una cierta inclinación a ser pesimista y a pensar que todo va a fallar y a salir mal, bajo el principio de la “profecía autocumplida”.
- Es un sujeto que tiende a sentirse culpable por fracasos del pasado, o bien, a sentirse arrepentido por actos o acciones que ha realizado, aun cuando estos actos carecen de gran importancia o están en el pasado.
- Hay presencia frecuente de pensamientos sobre la muerte, pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
En las personas con un “Trastorno de Personalidad Depresivo” los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de episodios depresivos mayores y tampoco pueden ser explicados por la presencia de un trastorno de carácter distímico. El Trastorno Distímico, a su vez, se caracteriza por un estado de ánimo depresivo durante días y la mayor parte del día, con síntomas tales como: pérdida o aumento del apetito, insomnio o hipersomnia, dificultad para concentrarse, donde la principal diferencia entre un trastorno distímico y una depresión, es que en la distimia la sintomatología en menos grave que en la depresión, aun cuando más duradera.
Por otra parte, y de acuerdo con la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), para diagnosticar un “Trastorno Específico de la Personalidad” se requiere detectar un trastorno grave de la personalidad y del comportamiento de un individuo, que se acompañan de alteraciones personales y sociales considerables. En este sentido, los trastornos de personalidad representan un grupo de afecciones mentales en la cuales una persona tiene un patrón prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que es muy diferente a las expectativas de su cultura.
Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) los “trastornos de la personalidad” tienden a presentarse en la infancia y adolescencia y a persistir durante la edad adulta. Para diagnosticar un Trastorno Específico de la Personalidad se requiere la presencia de una alteración de la personalidad que no sea directamente atribuible a una lesión o enfermedad cerebral importante o a otros trastornos psiquiátricos, y que reúna las siguientes condiciones:
- Actitudes y comportamientos que presenta la persona que carecen de una cierta armonía y que afectan, por lo general, a varios aspectos de la personalidad del sujeto, tales como, por ejemplo: a la afectividad y emocionalidad, a la excitabilidad del sujeto, al control y manejo de los impulsos, a la manera de percibir y de pensar, así como también al estilo de relacionarse con los demás.
- La forma de comportamiento anormal por parte del individuo es duradera, de larga evolución y no se limita, exclusivamente, a episodios concretos de enfermedad mental.
- La forma de comportamiento anormal de la persona es de carácter generalizado y claramente desadaptativo para un conjunto amplio de situaciones individuales, laborales y sociales.
- Las manifestaciones señaladas previamente comienzan a aparecer durante la niñez o la adolescencia y persisten en la madurez.
- El trastorno conlleva un considerable malestar personal para el individuo afectado, aunque éste puede también aparecer en etapas avanzadas de su evolución.
- El trastorno se acompaña, por lo general –aunque no siempre– de un deterioro significativo del rendimiento profesional y social.
Destaquemos, finalmente, que el “Trastorno de Personalidad Depresivo” se caracteriza por la presencia de pesimismo, tristeza, abatimiento, tendencia a aislarse y querer estar solo, presencia de baja autoestima, sentimientos de inadecuación personal. A estos síntomas lo acompañan, asimismo, una tendencia al perfeccionismo y a la escrupulosidad excesiva, la persona suele ser autocrítica y se devalúa a sí misma. Con frecuencia, se desarrolla posteriormente, un trastorno del estado de ánimo más severo –Trastorno Depresivo Mayor– que parece representar la variante más extrema del “Trastorno de Personalidad Depresivo”.