Por Isabel González
Facultad de Derecho, U. Central
Con orgullo Chile exhibe hoy un Oscar en el que se premia como mejor película extranjera a ‘Una mujer fantástica’, éxito cinematográfico que tiene como tema central el respeto a la identidad de género, materia en la que Chile se encuentra en deuda, manteniendo hace 5 años en discusión parlamentaria sobre un proyecto ley de identidad de género, que regula la posibilidad de cambiar el sexo a una persona, mediante una gestión administrativa en el Registro Civil, que le permita modificar la partida de nacimiento y sus documentos de identidad, lo que repercute además en una serie de aspectos legales y sociales, tales como el presentarse formalmente con un nombre y sexo con el que se identifica íntima y personalmente distinto al que registra su identidad inicial.
Esta larga tramitación parlamentaria, que ha tenido infinidad de avances y retrocesos, ha logrado un impulso en su tramitación a través del arte como instrumento de cambio social, con este premio a la mejor película basada en una historia de discriminación frente a la identidad de género, otorga visibilidad a este importante derecho humano. Tramitación que ha pasado por la Comisión de Derechos Humanos del Senado, cámara donde se le realizaron múltiples observaciones a propósito de la edad en la que se puede ejercer este derecho y la posibilidad de que exista oposición de terceras personas a esta gestión, entre otras objeciones, las que una vez resueltas se le envío a la Cámara de Diputados, quien ha hecho observaciones que fueron revisadas por el Senado, él que las rechazo, razón por la que debe pasar ahora a la Comisión Mixta, junto a las indicaciones del ejecutivo, que se refieren principalmente al ejercicio de este derecho por los niños, niñas y adolescentes.
Sin embargo, es sorprendente que Chile lograra recrear con tanta excelencia una producción, que muestra de manera tan diáfana toda las situaciones sociales, familiares, físicas y emocionales de las personas que sufren discriminación por esta causa y aún más la valentía y resiliencia con que superan estos padecimientos, a pesar de convivir con una cultura tan castigadora y discriminadora respecto a esta temática, frente a la que la ciudadanía enfrentada al caso personal y concreto, más que una idea genérica sobre el tema, reacciona menospreciando a la población trans-género, produciendo una tendencia al suicidio, que en algunos años ha alcanzado al 41%, por falta de aceptación social. Una muestra de ello es lo ocurrido a la misma actriz de dicha película, Daniela Vega, quién debió viajar a recibir el Oscar con pasaporte masculino y a su regreso no pudo ser premiada por la Municipalidad de Ñuñoa como hija ilustre, por sus datos de identidad actual. Situaciones que los ciudadanos esperamos que no se vuelvan a repetir en nuestro país, con esta modificación legal que esperamos se apruebe pronto.