Lupita Valdivia
A los millones de usuarios que ocupan regularmente la red social llamada Facebook, más de alguna vez les habrá aparecido un video viral u otro tipo de contenido multimedia en su muro de noticias, plagado de “me gusta” y “compartido” muchas veces a gran velocidad. Usualmente, el contenido propagado se compone de situaciones cotidianas divertidas, gente haciendo alguna broma, bebés con aptitudes avanzadas o crueldad contra los animales. Es en estos últimos en los que me quiero enfocar. ¿Alguna vez alguien ha reflexionado seriamente acerca del contenido y nivel de violencia expuestos en este material? Cada vez que alguien “comparte” algo de este estilo, donde se muestra a una persona maltratando a un animal o una empresa ejerciendo métodos bruscos, me molesto. Creo que es completamente inapropiado que videos de tal violencia se muestren en una red social tan cercana a la gente hoy en día.
Admito que paso bastante tiempo en Facebook. Entre mis “amigos” tengo a gente de mi edad, a adultos y niños. Cuando veo a estos últimos conectados, me pregunto por qué tienen un perfil en una red social a tan corta edad. Como dije antes, Facebook está lleno de contenidos virales y creo que los que muestran violencia hacia los animales pueden resultar dañinos para estos niños en términos psicológicos. Esto es grave, si consideramos la cantidad de infantes que utilizan esta red social. Según un estudio realizado en el 2012 por la revista estadounidense “Consumer reports”, se estima que para aquella fecha había 5,6 millones de usuarios menores de trece años registrados en Facebook (cifra que se encuentra en constante alza). Además de los niños, hay también adultos susceptibles o con gran nivel de empatía, quienes también pueden dañarse ante contenidos de esta naturaleza. Agrego también que la nueva actualización de esta red social, permite que estos videos se reproduzcan sin necesidad de dar play. Es decir, aunque un niño o adulto susceptible no quiera ver alguna escena violenta, la verá de todas formas ya que se reproducirá automáticamente.
Otra razón por la cual creo que este contenido es tan dañino en las redes sociales, es que el material es utilizado erróneamente por grupos de poder y/o grupos ideológicos. Con los primeros, me refiero a grupos que lucran con la popularidad de lo publicado: se pide una cierta cantidad de “me gusta”, se pide que se “comparta” para que se haga viral y llegue a una gran masa de gente. Por otro lado, grupos ideológicos como lo son los Veganos o los Vegetarianos están constantemente subiendo videos de violencia animal e información sesgada con un objetivo completamente erróneo: que la gente deje de comer carne. Esta pésima conexión de “mira, maltratan a los animales, así que no comas carne” no tiene ningún sentido. Ahí el mensaje correcto sería “mira, maltratan a los animales, denunciemos a los maltratadores”. Como ejemplo de grupo ideológico, encontramos la asociación “People for the Ethical Treatment of Animals”, en cuyo eslogan oficial se lee “los animales no son nuestros para comer (…)” Esta asociación pretende que eliminemos la carne de nuestro régimen alimenticio a partir de ver videos y leer frases chocantes. En un artículo de la página oficial de la asociación se aprecian con claridad estas tácticas. Acá se recogen frases de empleados de mataderos donde dejan ver su crueldad y finalizan con un video de 60 segundos con imágenes de animales en mataderos. En la descripción del video dice lo siguiente: “¿La gente te pregunta por qué eres vegano? Quizá es hora de compartir este vídeo con ellos”
La última razón por la que estoy en contra de la exposición de este contenido, es que nunca se sabe con precisión quien fue el primero en subirlo a la red social. Tampoco se sabe quien grabó el video, quiénes participan en el video, en qué ciudad se grabó, etc. ¿Acaso la gente que sube los videos no sabe el delito que comete? Por ejemplo, este grupo en Facebook llamado “Promoviendo el veganismo” sube videos en los que se muestran grabaciones de empresas cuyo nombre no se especifica, y se expone cómo maltratan a animales. La veracidad de estos videos puede ponerse en duda y, además, es imposible dilucidar cuál empresa específica comete estos maltratos, lo que nos lleva a generalizar y pensar que todas las empresas actúan con irregularidades en sus procesos de producción. Es importante no caer en esta generalización que nace a partir de la escasez de información, para así no tener una mala imagen de las empresas que efectivamente brindan un buen trato a los animales.
En conclusión, es inadecuado que videos virales de maltrato animal se distribuyan en Facebook. Los daños psicológicos que podrían causar a niños, a personas sensibles u otros; la mala utilización del material por parte de grupos de poder y grupos ideológicos, y el error fatal de generalizar al pensar que todas las empresas de carnes torturan a animales, son razones suficientes para que reflexionemos acerca de qué vemos en la red y cuestionemos este tipo de contenido. Una solución para controlar la masificación de estos videos sería que Facebook modificará sus políticas relacionadas con la censura para que así exista un “filtro” que frenara cierto contenido indebido que circule en la red.