Por Gonzalo Verdugo, Director Escuela de Arquitectura Universidad Mayor.
Para nadie es sorpresa saber que existe una percepción generalizada de la opinión pública nacional, sobre que las construcciones en madera “no son de material”, hecho que radica en malas experiencias en construcción y falta de mejoras en los estándares de productos provenientes de este noble material. Es contrastante el gran desarrollo que ha tenido la industria de la construcción, versus el lento avance que ha logrado la industria maderera en nuestro país, relegando su uso para la estructura de construcciones menores y en un porcentaje más bajo aún para revestimientos y mobiliario.
Al respecto se debe aclarar que la madera es un material para la construcción altamente eficiente desde varios puntos de vista, el cual tiene excelente comportamiento sísmico por su flexibilidad, resiste a la compresión cinco veces más que el hormigón, tiene gran ductibilidad de uso, fácil traslado, menor huella de carbono en su proceso de producción, vida útil y variadas posibilidades de reciclaje al término de ésta, todo a lo cual se suma su gran belleza estética y calidez visual sin necesidad de terminaciones especiales ni rebuscadas.
Corfo Regional de la Araucanía tiene claro que las nuevas tecnologías y usos de la madera serán clave para el desarrollo económico sustentable de la región, hecho que los ha llevado a promover una serie de iniciativas para la generación de productos de valor agregado. Es en este sentido que la Universidad Mayor, a través de sus Escuelas de Arquitectura e Ingeniería en Construcción, en coejecución con la Universidad Católica de Temuco y la Cámara Chilena de la Construcción, desarrollaron un innovador proyecto de investigación basado en el diseño y puesta a prueba en uso real de un “revestimiento térmico acústico en madera nativa para fachadas de viviendas”, el cual se estudió midiendo su comportamiento e influencia en la habitabilidad de tres viviendas seleccionadas en la localidad de Lonquimay, en la extrema Araucanía Andina, Zona Térmica 6 de la normativa chilena.
El trabajo se llevó a cabo durante dos años donde se midieron variables de temperatura interior, humedad relativa del aire, demanda energética para calefacción, puntos críticos de flujos de temperatura, reducción acústica de ruidos externos hacia el interior y comportamiento físico de las piezas de madera del sistema propuesto.
Los resultados obtenidos son alentadores augurando un buen futuro para el sistema propuesto, ya que éste mejora en un 73% el comportamiento térmico de los muros de fachadas, logrando cumplir con el estándar exigido por la normativa térmica chilena para muros en la Zona Térmica 7, la más crítica en el país en cuanto a bajas temperaturas.
El revestimiento de muros exteriores también demostró que si bien logra disminuir las variaciones de temperatura entre el día y la noche, tanto en invierno cómo en verano, la influencia de los muros en la demanda energética total de las viviendas es solo de un 17%, al igual que la cubierta con un 17%, siendo más influyentes en esta variable; el piso con un 38%, las infiltraciones de aire con un 21%, dejando a las ventanas con un reducido 5%, esto considerando una relación normal de ventanas versus muros.
En las viviendas revestidas se probaron tres especies de maderas nativas de las especies Nothofagus, en donde la que tuvo el mejor comportamiento físico fue el Raulí (Nothofagus Andina), versus el Coigüe y el Roble.
El sistema de revestimiento de muros propuesto se puede instalar sobre cualquier sistema constructivo, sea hormigón, albañilería o madera, y está conformado por piezas especiales elaboradas en madera nativa, anclajes de fijación y nivelación metálicos, una cámara de aire no ventilada de 4,5 cms y 50 mm de poliestireno expandido, todo lo cual viene desarrollado modularmente para su fácil y rápida instalación, permitiendo además re acomodar o cambiar piezas dañadas del forro de revestimiento perimetral.
La madera nativa chilena, proyectando su explotación con un cuidado plan de manejo forestal, es un recurso sustentable de gran potencial económico si se reorienta su desarrollo industrial para la generación de productos de alto valor agregado, todo lo cual depende de la creatividad en sus nuevos usos y la tecnologización de sus procesos de elaboración mejorando sus estándares de calidad.