El otro Incendio…

Publicado por Equipo GV 7 Min de lectura

La lógica del puerto habla que Valparaíso está diseñado para ser escenario de desgracias. Y eso los porteños lo saben. El incendio, que mantiene vigentes sus secuelas, pasó para los medios de comunicación. Para GV, existe uno que se mantiene vivo entre los damnificados. Y a eso apuntamos.

Tanto las autoridades locales, como las designadas por el gobierno central, coinciden en algo: la tragedia va a cruzar la administración de Bachelet, y será una herencia concreta para el próximo gobierno.

De manera soterrada, lo sostienen fuentes al interior del Gobierno Regional, se desató una feroz competencia con el Delegado Presidencial, institución que arrastra una mala fama que impresiona, algo que viene desde el anterior gobierno de la actual mandataria. Basta recordar la gestión de la actual Ministra del Trabajo, Javiera Blanco, en el Norte del país, y los recuerdos que permanecen frescos en la memoria de los habitantes de Chaitén.

Los pobladores perciben una suerte de estancamiento general en el trabajo de reconstrucción, no están contentos con la coordinación actual con las autoridades, sienten que se trabaja lento, demasiado lento, y que la llegada del invierno va dejar muchas cosas detenidas. Y buscan soluciones alternativas, de gestión propia.

El Municipio, cuestionado en todos los frentes, incluso entre sus propios concejales, se debate entre su discurso ciudadano, y una denuncia por “notable abandono de deberes” contra el alcalde.

Jorge Castro, conocedor del puerto, sabe que parte importante de su capital político se encuentra hipotecado, y que las consecuencias sólo se verán en las próximas elecciones, que algunos ya anticipan una derrota. Su entorno habla de que es necesario salir a defender su gestión, de las responsabilidades de terceros, y la Alianza, que mira desde la distancia, no se hace parte.

Tres autoridades tienen responsabilidad en la reconstrucción de Valparaíso, y ninguna cuenta con el apoyo de los afectados, que en su gran mayoría sienten nada se hace.

El trabajo del Intendente Regional ha sido silencioso, porque la responsabilidad de administrar una Región lo ha llevado a dejar que la iniciativa la tome el Delegado Presidencial, con los costos políticos que aquello significa, algo que el equipo más cercano a la primera autoridad regional tiene muy claro. Demasiado, al decir de muchos.

Así se mueve el escenario político donde se inserta la necesidad de los pobladores. Descontento entre sus dirigentes, descontento entre los afectados, genera espacios para la movilización social, algo que no está descartado, y que es tema constante entre los pobladores.

La llegada de los frentes de mal tiempo, la precariedad de las soluciones habitacionales, la falta de coordinación con los que “saben de cerro”, aumenta de manera exponencial, y las autoridades saben que se fragua un conflicto a corto plazo. El invierno se avecina a pasos agigantados, y con él la llegada de las enfermedades estacionales, el nuevo frente de batalla de los afectados y las autoridades.

Para los que viven la realidad día a día, no se ven soluciones, y apuntan sus dardos a la falta de experiencia de los encargados de estar en la primera línea de batalla, la falta de tolerancia de los coordinadores, el escaso diálogo existente, y el absoluto desconocimiento de los vericuetos geográficos.

El trabajo de los voluntarios , de las ONG’S es valorada por las personas porque ven acción y resolución, algo que extrañan de las autoridades locales.

Existe consenso absoluto entre los dirigentes que todo se pudo hacer mejor, si las autoridades hubieran desarrollado planes de coordinación con ellos, dejando de lado la tentación de “colocar” a los “amigos” en puesto de control de conflictos, algo de lo cual no tienen experiencia.

La evaluación de los afectados, los que viven “el otro incendio”, del actuar de las autoridades, y todo el aparataje estatal puesto a disposición de ellos, es muy claro: DEFICIENTE.

Y basta visitar la zona del conflicto, conversar con los afectados, observar lo realizado, ver y preguntar por lo que falta, para sacar una conclusión similar.

LOS NIÑOS….

Todos coinciden en el mismo diagnóstico: falta una operación a gran escala para mejorar y estabilizar la salud mental de los niños y los adultos mayores. Consultadas las autoridades regionales de Salud, comentaron que existe en “proyecto” un operativo de apoyo a los pobladores. Los dirigentes consultados por GV nos cuentan que se han realizado las peticiones al respecto, sin resultados concretos, y temen que esta materia sea olvidada en atención a las enormes necesidades pendientes y que requieren de atención inmediata. A juicio de varias familias consultadas por GV, la falta de apoyo genera escenarios muy complejos para los niños y los adultos mayores, y se teme por las secuelas a futuro.

Tras el devastador incendio que trajo a la vida de todos otro Valparaíso, el de los cerros olvidados. Las necesidades de los pobladores deben ser atendidas de manera urgente y prioritaria, dejando de lado la tentación de ser los primeros, los más fotografiados, los más solicitados. Las necesidades ya comentadas requieren de actos de heroísmo, de acciones llenas de pasión, de trabajo serio y responsable, el mínimo exigible a quienes ocupan cargos de confianza presidencial, amparados por la nunca bien ponderada “vocación de servicio público”..

Equipo GV.

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1 Comment
  • Las inundaciones o el terremoto en el norte, el tsunami del 2010 y el devastador incendio ocurrido en Valparaíso nos dejan una gran lección: que debido a la intrínseca ineficiencia del régimen neoliberal para atender nuestras necesidades, para planificar y preveer acciones concretas bajo este tipo de contingencias, cualquiera de nosotros puede ser un eventual damnificado. Es decir, el régimen basado en el libertinaje de los mercados, en el individualismo y en el consumismo patológico nos demuestra que somos vulnerables no solo porque intentamos vivir de un salario, de nuestro esfuerzo y trabajo, sino también porque la mayoría de las veces no tenemos derecho a elegir donde o como vivir. De hecho, el sector inmobiliario es otro de los grandes negocios para la élite de manera que para acceder a una vivienda digna la mayoría de nosotros tenemos que endeudarnos toda una vida. Por si no fuera suficiente de parte de las autoridades no existe la mínima voluntad de pensar la ciudad en términos democráticos e inclusivos para de esa forma mejorar nuestra calidad de vida; de ahí se entiende además que las necesidades de los pobladores no sean atendidas o la falta de sensibilidad, de preparación y de vocación de servicio público de las autoridades. En esas circunstancias no nos queda más que seguir organizarnos y luchando desde el movimiento social por esos derechos que nos fueron arrebatadas hace ya cuatro décadas.

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