Por Ivo Sapunar
Director Médico de Red Médica & Dental La Araucana
El cerebro tiene trillones de células llamadas neuronas. Hay más neuronas que estrellas en una galaxia, y estas maravillosas células, que han creado las maravillas de la Antigua Gracia, el arte del Renacimiento y la tecnología para llegar a Marte, funcionan y se relacionan como una red telefónica. Esta relación es posible gracias a unas sustancias químicas que producen las neuronas.
Para producir estas sustancias químicas, las neuronas deben estar bien alimentadas. Necesitan el combustible adecuado que es la glucosa. Gran parte de la glucosa (azúcar) que recibimos se va al cerebro para permitir que efectúe adecuadamente todo su trabajo en el pensamiento, la memoria, la capacidad de razonar y otras funciones.
Esa glucosa que nuestro cerebro necesita proviene de los hidratos de carbono de la alimentación, pero no de cualquier hidrato de carbono. Hay que consumir aquellos que liberan lentamente la glucosa a fin de conseguir un aporte permanente y progresivo. No es bueno que la glucosa llegue de golpe y en forma abundante al cerebro.
Para lograr lo anterior hay que consumir alimentos como las frutas, verduras, alimentos integrales y avena y se deben evitar los dulces, helados, pan blanco, caramelos, galletas y otros. También es importante que se consuman más comidas durante el día que las que ingerimos habitualmente. Para ello hay que agregar un bocadillo entre el desayuno y almuerzo, otro entre el almuerzo y la hora del té, uno más después del té y antes de la cena y finalmente uno antes de acostarse. Bocadillos que pueden ser un yogurt, una fruta, quesillo, palitos de zanahoria o apio, etc.
Es muy importante que el desayuno sea abundante, lo ideal es incluir quesillo, yogurt, frutas, jamón, pavo o pollo, pan integral y leche. ¿Cómo le vamos a pedir un buen rendimiento cerebral a una población escolar que sale de su casa habiendo consumido un desayuno escaso luego de 8 a 10 horas de sueño en que no se consumió nada? Llegan al colegio con algunos pesos que los gastan en comprar golosinas que no alimentan adecuadamente al cerebro.
Es aconsejable además consumir alimentos que sean ricos en omega 3 como los pescados, especialmente salmón, atún, sardinas y anchoas, porque este omega ayuda efectivamente a la función cerebral. Siguiendo estas simples indicaciones notarán que la función cerebral será muy efectiva y permitirá que el aprendizaje también lo sea. Como siempre lo digo: “no hay pastilla que pueda reemplazar a una alimentación adecuada para la función cerebral”.
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