Delincuencia Infantil: cada día más presente en la bitácora policial

Publicado por Equipo GV 4 Min de lectura

Por Hugo Perez White

delincuenciaLa delincuencia en general, está llegando a tal extremo que ya nadie está libre de ser víctima de algún asalto, flagelo que recorre el país provocando angustia y desesperación en las personas, que han visto peligrar sus viviendas, sus vidas y sus bienes y son asaltados por delincuentes que no trepidan en ejercer la violencia frustrando las esperanzas de una vida de trabajo y ahorros arrasando con muebles, joyas, dinero, enseres domésticos, vehículos motorizados de alta connotación comercial y electrónicos, mientras los moradores de las casas saqueadas son amenazados con armas de distinta índole.

Lo más preocupante para nuestra sociedad, es la proliferación de niños menores de edad en estos atracos que con audacia y con o sin discernimiento para darse cuenta del mal que causan a las personas violentadas ocasionando alteraciones profundas en las conductas de las personas asaltdas.

En estas pandillas actúan niños que no son imputables ante la justicia por los delitos cometidos y que actúan con el máximo de frialdad y precisión en estos atracos y ello les asegura un trato preferencial ante los tribunales de justicia.

Los estudios revelan que la mayoría de los delincuentes que roban o asaltan personas o casas lo hacen por la necesidad de obtener recursos económicos para adquirir drogas para su consumo habitual, pero, también las estadísticas informan que muchos niños y jóvenes delinquen por acostumbramiento y la acumulación de experiencias adquiridas de sus propios progenitores que han hecho de sus vidas una escuela del delito y así se van transmitiendo estos conocimientos y habilidades delictuales de generación en generación.

La ciudadanía espera y con justa razón, que algún día haya más tranquilidad en las calles y plazas de las ciudades para que jueguen los niños, los ancianos puedan recrear sus cansados ojos mirando los frondosos árboles que le dan sombra y las madres puedan pasear con sus hijos como otrora lo hacían sin mayores sobresaltos.

Los dueños de locales comerciales están preocupados por la secuencia y violencia demostrada por estas bandas de delincuentes que destruían y robaban todo lo que encontraban a su paso mediante los “alunizajes” con vehículos motorizados y se introducían a los locales comerciales previamente estudiados, rompiendo mamparas, rejas y cuanto encontraban en su camino para desvalijar en pocos minutos los establecimientos elegidos por los delincuentes.

Arrasaron con los cajeros automáticos, los cuales fueron sacados de sus bases dejando a la policía perpleja ante tanta eficiencia delictiva y si esta ola de delitos no se logró neutralizar, esta vorágine de violencia irá en aumento porque eliminar este flagelo parece ser una misión imposible.

Los pobladores están en estado de alerta permanente y la tranquilidad ciudadana a que estábamos acostumbrados, se ha convertido en suspicacia y desconfianza mutua, situación sicológica que está afectando seriamente nuestra estabilidad emocional.

Lo más preocupante para las autoridades y los organismos policiales es que en cada acto delictivo que se logra desbaratar aparecen niños en escena que en vez de proyectar su mentalidad en hacer de sus vidas un centro de pensamiento positivo para vivir en un mundo mejor, buscan en la delincuencia un medio más expedito y rápido para satisfacer sus imaginativas necesidades.

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