El crecimiento individual muchas veces va de la mano con el crecimiento colectivo dentro de una empresa o institución.
Poder plantear objetivos claros, concisos y medibles desde el punto de vista propio es tan importante como los objetivos generales del entorno laboral.
Para ello existe una metodología de gestión y establecimiento de objetivos denominada okr cuya sigla en inglés es Objetives and Key Results, y su traducción al español es Objetivos y Resultados Claves.
Mediante esta metodología las organizaciones pueden alinear y medir el progreso grupal e individual hacia metas específicas.
La metodología okr se basa en establecer objetivos ambiciosos pero que sean medibles para que, mediante los resultados, se pueda evaluar la evolución grupal, particular y organizacional.
La importancia de los objetivos laborales
Los objetivos personales son uno de los principales motores de crecimiento en las organizaciones. El empuje individual bien orientado puede dar grandes resultados.
Brindan orientación y enfoque en las tareas con una dirección clara y un propósito determinado. Lo que se traduce en concentración y en decisiones correctas.
Además, son un elemento motivacional importante, así como también contribuyen a la satisfacción personal y al sentirse a gusto con las tareas.
Otro aspecto importante es que elevan el desarrollo profesional, ya que uno se esfuerza por comprender nuevos conocimientos y adquirir nuevas habilidades por medio de capacitaciones y en la búsqueda de desafíos interesantes.
Los objetivos laborales individuales ayudan también a tomar buenas decisiones para alcanzar esas metas, y así evaluar si se acercan o alejan de ese fin.
Conseguir esos objetivos será motivo de festejo y celebración, lo que se traduce en felicidad desde el punto de vista laboral.
¿Cómo establecer okr de forma correcta?
Si bien es algo difícil de establecer con seguridad, si se logran cumplir algunas pautas es posible que los okr sean bien ejecutados.
Para ello es necesario definir objetivos significativos, que sean inspiradores y que impliquen un verdadero desafío. El gran por qué.
El gran por qué es aquello que nos permite hacer un esfuerzo superior, el que nos levanta de la cama cada mañana, aunque no tengamos ganas. El empujón para hacer eso que me cuesta.
Este objetivo puede ser monetario, material, o bien una meta específica. Por ejemplo, cambiar el auto a fin de año, ganar cierto dinero, un viaje, ser el mejor vendedor de la empresa, llegar a un puesto jerárquico o cambiar a un área mejor.
El segundo paso es crear resultados claves medibles, o sea indicadores tangibles que permitan ver el progreso.
Deben ser mensurables y cuantificables, es decir que se puedan verificar. Lo ideal es que sean desafiantes, pero a su vez realistas y posibles de alcanzar.
Por ejemplo, conseguir tantas ventas, generar cierta cantidad de contactos y prospecciones, conseguir mejores precios de proveedores, etcétera.
El tercer paso es establecer límites de tiempo para esos objetivos. Lo ideal es asignar un período específico no mayor a tres meses, aunque también se pueden estipular objetivos a largo plazo.
Este límite de tiempo es importante porque permite la planificación y aumenta la urgencia cuando se acerca la fecha. De esa forma se puede hacer foco de forma más precisa y con pasos seguros.
El cuarto paso es organizar esos okr con los okr del resto de la organización, ya sea con pares o con los objetivos de la empresa.
De esa forma se consigue alinear finalidades y el compromiso conjunto. Los okr serán más fácil de conseguir si existe una alineación de personas que saben lo que quieren y lo que hacen.
Por último, revisar y actualizar continuamente los okr. Entender que no son estáticos y que van a necesitar de ajustes continuos.
Ser flexible es parte del aprendizaje y el crecimiento, además de que en el camino aparecen nuevos retos que requieren de un nuevo enfoque y de una capacidad de aprendizaje continuo.
Es importante no frustrarse al final del tiempo establecido, hay que recordar que los okr son ambiciosos y desafiantes, y a veces eso implica que no se cumplan.
Lo bueno es intentarlo, hacer todo lo posible por alcanzarlos, y hacer los ajustes a tiempo es parte del camino.
Aplicaciones que permiten medir los objetivos
Hoy en día existen plataformas que brindan todo tipo de soluciones a nivel organizacional. Desde cursos y capacitaciones, pasando por soporte y programación, hasta mediciones de metas y progreso.
Lo importante es poder determinar cuál se ajusta a las necesidades de la empresa para poder utilizar esas plataformas de manera correcta.
Por ejemplo, Crehana, que brinda soluciones para organizaciones en todas sus líneas. Desde captación y reclutamiento, hasta herramientas para medir okr y metas.
Puntualmente, para los okr esta plataforma permite crear objetivos y resultados, hacer un seguimiento de esos objetivos, gestionar roles en la organización de la información, y por último, verificar esos resultados individuales.
También brinda métricas, seguimiento del progreso y colaboración en tiempo real para despejar dudas y plantear actualizaciones periódicas.
De esa forma se puede contar con la medición correcta de los objetivos y resultados okr dentro de un sistema bien organizado y prolijo.
Si bien los okr se pueden escribir simplemente en un papel, lo ideal es que esté sistematizado y que sea visible. De esa forma se pueden volcar los progresos y verificar los logros al final del tiempo establecido.
Una herramienta indispensable para el crecimiento
Como hemos visto, los okr motorizan el crecimiento individual y aportan al desafío empresarial constante por la superación.
En conclusión, los okr son fundamentales para el avance de una organización al proporcionar un enfoque estratégico, fomentar la alineación y colaboración, promover el rendimiento y la responsabilidad, permitir la adaptación ágil e impulsar la mejora continua.
Al utilizar los okr de manera efectiva, una organización puede alcanzar sus metas de crecimiento y mantenerse competitiva en un entorno empresarial fluctuante.