Desarrollo, Infancia y Creatividad

Publicado por Equipo GV 3 Min de lectura

Por Felipe Barros, 
Director Ejecutivo
Centro de Estudios Científicos-CECs & Universidad San Sebastián, Valdivia.

Hace rato que la economía de Chile crece poco. Se dice que hay que innovar, crear valor. Interrogado Picasso por su fuente de inspiración, respondió: “No creo en las musas, pero si llegan, ¡Que me pillen trabajando!”. Curiosamente la pintura no tiene musa propia, pero la ciencia sí. Se llama Urania y de ella depende nuestra misión, que es crear nuevos mundos, y de esa manera explicar y mejorar el actual.

Según el comité Bloom, el pensar tiene seis niveles de dificultad creciente. En la amplia base está el memorizar, luego entender, y más arriba aplicar, analizar, evaluar. Al tope de la sesuda pirámide está el acto de crear. Se aprende a contar con los dedos, luego a sumar, restar, multiplicar y dividir. Maravillado uno se da cuenta que multiplicar es lo mismo que sumar varias veces. Años después se desarrolla un teorema. Eureka!  La pirámide ha sido conquistada, metódicamente. Suena lógico, pero ¿Será así como realmente suceden las cosas? 

Un contraejemplo. Una pequeñita que apenas balbucea se encuentra por vez primera con un juego de LEGO. Toma una de las piezas y se la mete a la boca, comprobando su textura y dureza.  Luego la conecta con otra pieza, y otra más, armando y rompiendo, hasta quedar satisfecha con su magnífica escultura. Guau-guau!, exclama regocijada. Ha sido tele-transportada a la cumbre de la pirámide de Bloom, de un tirón, sin pisar peldaño alguno. 

Estas dos facetas del aprender, la lógica y la mágica, co-existen en tensión permanente, pues la musa Urania es hija de Mnemósine, la deidad de la memoria. La primera es esquiva y veleidosa, se nos escapa por entre los dedos; la otra es confiable y rigurosa, objetivable y comunicable. Cuando trabajan juntas ocurre el misterioso acto de la creación. 

En este mundo lleno de ciencia y tecnología, los datos abundan y las metodologías arrasan, pero ¿Cómo dejar que las musas hagan lo suyo? El suscrito es de los que piensan que nuestros jóvenes necesitan menos información y más juego, más espacio para errar y crear. En voz del genio malagueño: “Todos los niños nacen siendo artistas, el problema es cómo seguir siendo artistas al crecer”.

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