Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl
Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)
Lo primero que es preciso dejar en claro, es que no todos los niños alcanzan los mismos hitos en su desarrollo y crecimiento en igual momento –o etapa– que sus pares, por cuanto, ello depende, por ejemplo, del estilo de personalidad del menor, de su nivel de auto motivación, grado de interés y curiosidad intelectual, así como también del nivel de estimulación que ha recibido desde su hogar en las distintas áreas del desarrollo infantil, tales como: coordinación psicomotriz, lenguaje, creatividad, área cognitiva, etc.
Por lo tanto, si un niño(a) presenta deficiencias en algunas de las áreas arriba señaladas, los padres no tienen por qué razón angustiarse, ni tampoco pensar que el menor tiene algún tipo de retraso, por cuanto, los ritmos de aprendizaje y desarrollo son individuales y propios de cada ser humano. Dado que muchos padres se preguntan cómo pueden ellos colaborar para que sus hijos(as) puedan potenciar en forma óptima e integral su desarrollo, a continuación se dan algunas indicaciones y sugerencias prácticas de cómo hacerlo.
Es así, por ejemplo, que si los padres quieren potenciar el desarrollo psicomotor del niño, ello se puede lograr a través de incentivarlos para que practiquen simples juegos que a todos los niños les encantan, tales como el pillarse, jugar a la pinta, jugar al “un, dos, tres, momia es”, jugar a las bolitas, al emboque, practicar el ritmo y coordinación a través del baile y la música, o bien, por intermedio de la práctica de un deporte que sea del gusto del menor, de modo tal, que se pueda potenciar –y verificar– la utilización en forma integrada de los brazos, piernas y tronco del menor, al correr, saltar o trepar.
Para fomentar la creatividad, lo que tienen que hacer los padres es impulsar actividades recreativas tales como motivarlos a construir diversos objetos con los conocidos legos, a dibujar y colorear, armar puzles, moldear figuras con plastilina, leer libros que incentiven la imaginación, crear historias a partir de cuentos, etc.
Para reafirmar el nivel de constancia y perseverancia, lo primero que deben tener en cuenta los adultos, es que estos dos rasgos están relacionados directamente con el acto de permitir que el niño se pueda equivocar, sin que de inmediato sea corregido y/o castigado. Esto significa, que si el niño hace un dibujo que le quedó mal, que sea el mismo niño el que evalúe el resultado de su trabajo, quien lo corrija y continúe hasta terminar lo que inició.
Por otra parte, la responsabilidad se inculca en los niños asignándoles pequeñas tareas y deberes, tales como regar el jardín, cuidar plantas y árboles, alimentar a las mascotas, hacer las tareas escolares, poner la mesa, recoger la basura para cuidar el medio ambiente, etc.
La honestidad, la verdad y la justicia sólo pueden ser estimuladas a través del ejemplo que los padres entregan a sus hijos con la finalidad de que el papá y la mamá se conviertan en sus referentes, en tanto que la solidaridad se puede incentivar motivando al niño a que visite a un compañero del colegio que esté enfermo, o bien, que ayude a un amigo en aquellas tareas que más le cuestan.
La capacidad de trabajar en equipo se puede incentivar motivando al menor a realizar juegos y trabajos con otros niños, y, al mismo tiempo que el niño propone acciones e ideas al grupo, también sea capaz de aceptar las ideas de otros, respetando las reglas que han sido establecidas entre todos en los juegos y trabajos colectivos. Lo anterior implica, que el niño se comporta de acuerdo con las normas establecidas en el objetivo de organizar el grupo y lograr la convivencia grupal.
Incluso más. Aquellos padres interesados en constatar el grado de avance de sus hijos en el proceso de su desarrollo integral –tanto física, como así también en el plano intelectual, valórico y afectivo-emocional–, pueden diseñar su propio “Test de Habilidades Sociales y Personales en los niños”.
Por ejemplo, los padres –tutores y maestros– pueden verificar a través de la observación regular y del uso de una simple escala de cuatro puntos el grado de avance de un niño(a) en las diversas áreas que se quieran medir, donde el “Nivel de Logro” puede ser clasificado bajo los siguientes criterios: (a) No logrado, (b) Logro parcial con ayuda, (c) Logro parcial sin ayuda, (d) Logro total.
En función de la escala anterior, los padres pueden entonces verificar en forma directa el grado de avance, logro y/o desarrollo del niño(a) en áreas tales como:
1. Equilibrio y coordinación psicomotriz.
2. Constancia y perseverancia en el logro de objetivos y metas.
3. Nivel de responsabilidad que demuestra en las tareas y deberes encomendados.
4. Respeto a los acuerdos y normas grupales que han sido fijados entre los menores.
5. Puesta en práctica de los valores de honestidad, solidaridad, verdad, etc., entregados en casa.
6. Grado de inventiva y creatividad que muestra el menor.
Digamos finalmente, que es factible generar otras áreas específicas que se quieran evaluar a partir de las ya señaladas, con la finalidad de realizar observaciones más finas y detalladas, o bien, es posible acudir a la ayuda de personas expertas en el tema, quienes poseen algunos Test especialmente diseñados para la medición de habilidades sociales y personales de los niños y, por esta vía, poder contrastar los propios resultados y observaciones, con aquellas de los expertos, con el objetivo de verificar el grado de coincidencia, o bien, comprobar la existencia de brechas entre una observación y otra.