Por Hugo Pérez White
La crisis financiera ha afectado a todas las economías mundiales y el precio del cobre también ha sufrido las variaciones bursátiles y hemos constatado con asombro cómo van cayendo los precios en los mercados externos obligando a nuestras autoridades a poner más atención a la distribución de los recursos y maximizar su rendimiento. Por suerte el cobre está fluctuando en la bolsa y se mueve al vaivén de los vientos que esta crisis va provocando en el día a día y las esperanzas de revertir las situaciones adversas aún están visibles.
Destacados personeros propusieron en su momento de auge varias alternativas para resguardar los excedentes del cobre como aquellos que sugirieron invertir todo en gastos sociales, mientras otro sector argumentó que una parte se debía gastar en el país en obras de infraestructura y el resto depositarlo en la banca internacional para generar altos intereses y un tercer grupo propuso invertir en el extranjero para obtener buenos dividendos y estar preparados cuando lleguen períodos difíciles haciendo alusión a la crisis que ya se vislumbraba y que finalmente llegó.
Vimos a los trabajadores exigiendo mejores remuneraciones, a los estudiantes secundarios exigiendo mayores recursos económicos para garantizar una mejor calidad en la educación y a los profesores demandando al gobierno el pago la deuda histórica y en su momento se hicieron muchas elucubraciones, esperando la solución a todos los problemas y que aún subsisten, apelando a la sensibilidad social que el gobierno tiene con los trabajadores. Haciendo un poco de historia sobre los distintos períodos que ha pasado nuestra riqueza nacional, el cobre, he logrado escudriñar algunos textos alusivos al tema y pude obtener de ellos algunos antecedentes que vale la pena recordar como el aquel año de 1971, en que se efectuó la nacionalización del cobre aunque antes de esta fecha ya se había sido chilenizado.
En 1981, se aprobó la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras que estableció derechos de propiedad a través de la figura jurídica de la concesión plena. Esta ley desencadenó una gran expansión de las inversiones en minería y el descubrimiento y desarrollo de proyectos que se han transformado en la gran minería del cobre cuya producción chilena se ha multiplicado por cuatro en las dos últimas décadas, debido a los grandes depósitos de este mineral existentes en el subsuelo de nuestro país. Hay pruebas de la utilización del cobre en el área andina varios cientos de años antes de Cristo y se sabe también, que atacameños y diaguitas ya en esa época conocieron de la existencia de este metal.
En la época de La Colonia, la explotación del cobre se mantuvo como una pequeña industria y en 1810 la producción de los yacimientos chilenos llegaba a las 19.000 toneladas. Desde la segunda mitad del siglo XIX el cobre se transformó en uno de los principales productos de exportación, industria basada en la explotación de numerosos yacimientos de buena ley lo cual produjo una alta ocupación de mano de obra.-
Sólo en los comienzos del siglo XX se inició la explotación a gran escala coincidente con el incremento de la demanda mundial por el metal.-
En las últimas décadas, Chile se ha consolidado como el mayor productor mundial de cobre.
Se sabe que todos los recursos naturales expuestos a una alta explotación van disminuyendo con su extracción ilimitada y como no son elementos renovables están sujetos a su disminución paulatina y finalmente a su término. ¿Qué pasará entonces con nuestro cobre principal riqueza mineral del país si no lo explotamos racionalmente? Buena tarea para los economistas, inversionistas y trabajadores que han vivido momentos de euforia junto al rojo metal y que es el sustento de sus familias y progreso para el país.
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