El juego de azar: ¿pecado o diversión?

Publicado por Equipo GV 4 Min de lectura

Mucha gente se pregunta cómo pueden justificar los católicos los juegos de azar, como el bingo, sobre todo si se celebra justo en la iglesia. Vamos a analizarlo.

Para empezar, conviene señalar que el estereotipo de que los católicos suelen jugar al bingo es muy exagerado. De hecho, en muchas parroquias no se celebran eventos de este tipo. Además, el juego en sí, como tal, no se considera pecado. Si buscamos información en la Biblia, no hay ninguna condena directa de este tipo de entretenimiento.

Es importante darse cuenta de que el juego es esencialmente un entretenimiento por el que una persona paga. Como cualquier otra actividad recreativa, el juego sólo se convierte en un problema si se gasta dinero que se necesita para la familia u otras necesidades importantes. Por ejemplo, si alguien apuesta grandes sumas de dinero en el casino, dejando a su familia sin fondos, se considera como pecado. El Catecismo de la Iglesia Católica (párrafo 2413) lo afirma explícitamente. Lo mismo ocurre con cualquier gasto excesivo en ocio, ya sea coleccionismo, cine u otras aficiones.

Si la persona gasta una pequeña cantidad de dinero que puede permitirse, por ejemplo, en jugar al bingo o ir al cine, no hay nada malo en hacerlo. Además, pasar una tarde jugando al bingo con personas afines puede ser incluso más beneficioso que ver la televisión en casa.

Algunos sacerdotes que predican a las personas con adicción al juego les permiten jugar, pero recomiendan encarecidamente hacerlo en versiones demo, que de momento existen muchas, incluyendo los juegos más populares, aquí puedes ver un ejemplo de dichas versiones gratuitas y seguras. Esto ayuda a mover gradualmente a los jugadores a obtener emociones del juego en sí y quitar el foco de los números en la cuenta. La siguiente etapa de este trabajo es aprender a obtener emociones similares en la vida ordinaria de otro entretenimiento útil. Este método funciona mejor, porque al dejar de jugar abruptamente, como en el caso de otros tipos de adicción, una persona comienza a experimentar un fuerte síndrome de abstinencia, que a menudo conduce a un colapso.

¿Por qué puede ser adecuado el bingo en la iglesia?

La Iglesia católica suele organizar eventos como el bingo para recaudar fondos. De este modo, se apoya el trabajo de la parroquia, se ayuda a los pobres, se organizan programas educativos y otros proyectos benéficos. Los jugadores se dan cuenta de que su contribución se destina a una buena causa y obtienen una satisfacción moral adicional. 

Además, estos acontecimientos unen a la gente. Para muchos feligreses, una noche de bingo no es sólo un entretenimiento, sino también una oportunidad de pasar tiempo en compañía de amigos y personas afines. Esto contribuye a fortalecer la comunidad, creando relaciones cálidas y amistosas entre los feligreses.

¿Cuándo se vuelve peligroso el juego?

A pesar de la inocuidad de juegos como el bingo, no hay que olvidar los peligros del juego en general. Cuando una persona empieza a ver el juego como una forma de ganar dinero fácil, puede dejarse llevar y perder el control de sus finanzas y su tiempo. Esto puede acarrear graves consecuencias: deudas, conflictos familiares, adicción. La Iglesia condena estos casos. Cualquier afición que perjudique a una persona o a sus seres queridos es contraria a los principios cristianos. Por eso, es importante mantener el equilibrio y adoptar una actitud razonable ante cualquier diversión, incluido el juego.

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